Elena Moreno y Daniela Abies y la plata mundial sub 19: "Una experiencia que no se va a repetir nunca"
Las malagueñas regresan tras el subcampeonato del mundo conseguido en Madrid aún en una nube y con la mochila cargada de experiencias y motivaciones para seguir progresando en el futuro
Así son las subcampeonas del mundo
Elena Moreno y Daniel Abies aún estaban en una nube cuando poco antes de las 11:00 horas pisaban Málaga en un AVE desde Madrid. Pocas horas antes habían sido subcampeonas del mundo sub 19 en una final para el recuerdo, en la que se estuvo a punto de tumbar a Estados Unidos (66-69) en un duelo de tú a tú con la gran potencia del universo de la canasta. Semanas después del oro masculino, una plata femenina que recuerda la buena salud del baloncesto español y de un futuro ilusionante del que forman parte dos malagueñas, muy buenas amigas, que aún se frotan los ojos. Fue una noche larga de celebración, sin pegar ojo. Llegaban sin las medallas porque se las quedaron los padres para evitar olvidos o descuidos. Pero con una sonrisa enorme en sus caras por lo que habían vivido en un mes largo de concentración culminado con un torneo en el que acabaron llevando más de 6.000 personas a la final en el WiZink Center. Con varios talentos generacionales en el equipo, con los nombres de Iyana Martín, Awa Fam, Elena Buenavida, Alicia Flórez o Carla Brito, que sonarán mucho, Moreno y Abies pusieron la pica malagueña, síntoma del pujante baloncesto malagueño, que la próxima temporada juntará a dos equipos, CAB Estepona y Unicaja, en la Liga Challenge.
Era el debut en un gran torneo con la selección de Elena Moreno y la segunda experiencia de Daniela Abies, plata el año pasado en el Europeo sub 18. "El año pasado, cuando nos dijeron que era en Madrid el Mundial tras ganar la plata europea, fue impactante porque al fin y al cabo es en casa, tienes muchas más posibilidades de que su familia se acerque. Cuando me cogieron al equipo y también estaba Elena fue súper importante para nosotras. Era ahora o nunca, nunca vamos a jugar un Mundial otra vez y hemos sido subcampeonas... Ahora llegamos a Málaga ¿y qué?", decía con una gran sonrisa Daniela: "Nos hubiese gustado el oro, pero no dejamos de tener un gran puesto, nos fuimos a casa sabiendo que habíamos hecho un buen trabajo, habíamos rendido y era lo importante. Comparando con el Europeo del año pasado, que no tuve muchos minutos, esta vez sí tuve más oportunidades de jugar y creo que he tenido más y menos, pero he dado mi 100% y he dado todo lo que he podido".
"Cuando me cogió la selección e iba a ser en Madrid supe que iba a ser un sueño porque la gente nos acogió increíble, hemos llevado mucha gente al WiZink, que es complicado. Se han volcado y ha sido una experiencia única que no se va a repetir nunca y por eso la hemos vivido hasta el final muy intensa", decía Elena, que acabó siendo titular y jugando casi 20 minutos de media por partido, en una labor oscura, con mucha intensidad y defensa, pero esencial para el funcionamiento del equipo: "Me siento súper afortunada, no me esperaba que iba a haber tanta confianza en mí. Era mi primer año y no pensaba que iba a tener tantos minutos y protagonismo. Súper agradecida y súper contenta por lo que he vivido".
"Poco a poco se va extendiendo más el baloncesto femenino y eso hace que desde las más pequeñas hasta las que tienen nuestra edad y son jóvenes quieren seguir luchando para llegar a algo más. No entrar entre las 12 no significa que seas más o menos buena. Pero todas luchamos por estar ahí y tenemos la referencia de las que están por arriba. E igual pasa con las niñas pequeñas", decía la ahora jugadora de Wichita State en la NCAA sobre el legado que puede dejar esta medalla, que se suman a las ya conseguidos en los últimos años, idea en la que incidía la alero del Unicaja: "En Madrid se nos acercaban muchas niñas súper ilusionadas diciéndonos que querían ser como nosotras. Eso es lo que más me llena. Ver que quieren ser como tú hacen que impulse el baloncesto femenino, no sólo en Málaga sino a nivel nacional".
Las dos jugadoras malagueñas son buenas amigas y han vivido una experiencia única de la mano. "Lo mejor que nos ha podido pasar, estábamos juntas en la habitación. Somos un show, nos lo pasamos súper bien, nos apoyamos cuando estamos mal, nos ayudamos. Yo le decía que era la mejor compañera que podía tener, de siempre. Durante el mes ha habido momentos de bajones también, pero lo hemos llevado súper bien", señalaba Moreno sobre su compañera, al tiempo que destacaba el gran ambiente reinante en el equipo: "Son personas que seguía desde antes de jugar con ellas. Es admirable el trabajo que hay fuera de ellas. El liderazgo que tienen y cómo han llevado al equipo a lo más alto, hasta la final. Ellas tienen mucha experiencia y han conseguido a las que somos más nuevas impulsarnos y servirnos de guía". También ha sido un campeonato novedoso con una pista nueva de cristal con muchísimas posibilidades que ha sido revolucionaria. "La impresión era rara porque te salía de abajo. El tacto era diferente al del parqué al principio, pero después súper bien, no notas mucho lo que hacen ahí en la pista pero ves las fotos y es impresionante lo que se llega a conseguir con la tecnología", decía la cajista.
Moreno enlaza en pocos meses un ascenso con el Unicaja a Liga Challenge y este subcampeonato mundial en su primera experiencia con la selección. "Ha sido muy completo. Yo le doy la importancia al grupo. No hubiera ascendido si no fuera por el equipo, igual que esta medalla no hubiera sido posible sin el staff y la familia que se ha creado. He aprendido este año que cuanto mejor grupo formas fuera de la pista mejor se refleja en el juego. Ascenso y medalla por el buen rollo y buen grupo", es la lección que extrae la cajista, que en unas semanas comenzará la preparación con el resto de compañeras, el bloque que subió más algunos refuerzos, a las órdenes de un nuevo técnico, Francis Trujillo.
Mientras, Abies se marchará en breve a Wichita (Kansas), donde ya jugó su primera temporada en la NCAA, ahora con más jerarquía. "Súper contenta. Yo era la única de primer año del equipo y es verdad que es muy típico que te cueste más arrancar con los minutos y al principio fui corta de minutos. A veces me desanimaba, pero empecé a darle más duro y todo fue mejor. Es verdad que aprendí mucho, pero también me he ganado todos los minutos. Ha habido subidas y bajadas, es un primer año fuera de casa sin tu familia al lado. Pero ya tengo ganas de volver a Wichita", cerraba. Antes, unos días para bajar de la nube que han vivido en el último mes. Dos malagueñas subcampeonas del mundo sub 19.
No hay comentarios