"Grababa los partidos de Jasikevicius en la Final Four y los veía en CD"
Entrevista con Alberto Díaz
Alberto Díaz habla sobre la situación del Unicaja en la víspera de la Copa del Rey: "Esto lo hemos generado nosotros y tenemos que salir nosotros"
"La Copa puede ser un punto de inflexión para nosotros, es diferente a todo", dice el base malagueño
Alberto Díaz Ortiz (Málaga, 1994) es desde años el rostro reconocible del Unicaja, el orgullo de Los Guindos. Varias lesiones musculares le han impedido tener la constancia en el nivel de años atrás, como cuando estuvo más de 200 partidos seguidos sin perderse uno. En la víspera de la Copa del Rey atiende a Málaga Hoy y relata cuáles son las sensaciones de un vestuario que está sufriendo. Aunque la racha de partidos perdidos es intolerable para un club como el Unicaja, recuerda que ahí dentro hay gente comprometida y que padece. Y que no hay nadie más responsable de la situación que ellos mismos. Sentado en las pistas en las que empezó a jugar con seis años, hace un repaso a la situación.
-El año pasado se consiguió una final. ¿Qué recuerdos le traen?
-Creo que la final del año pasado fue muy bonita e importante, por cómo fueron las circunstancias. Fue una manera muy bonita de llegar. Esta temporada, con las complicaciones que estamos teniendo y las cosas que nos están pasando, puede ser un punto de inflexión para nosotros. La Copa es especial, es diferente a todo, y a un partido puede pasar cualquier cosa.
-Lleva unas cuantas. ¿Qué aprendió de lo que supone jugar una Copa?
-Es sobrevivir día a día, es el espíritu de la Copa, lo bonito de la competición. Y también aprendí que cualquiera puede dar la sorpresa. Eso nos hace creer más en nosotros, en pensar que podemos hacerlo. ¿Por qué no soñar?
-¿Cómo se viven estos momentos duros en un vestuario? Hay menos alegría, imagino, y cuesta encontrar un punto de apoyo para cambiarlo todo.
-Evidentemente, es frustrante, somos los primeros a los que no nos gusta estar en esta situación, no nos gusta estar así. Nos gusta ganar, pero teniendo esta racha se hace todo más duro. Tenemos que afrontarlo como hombres, como personas que hemos sido nosotros los que hemos llegado a esta situación y entonces ahora hay que trabajar, no lamentarse y tirar hacia delante.
-Le habrán dado muchas vueltas. ¿En qué momento se descoloca todo?
-Competimos, competimos y llegas a los últimos 6-7 minutos con ventaja y nos entran las dudas. En ese momento clave es cuando más sereno tienes que estar y en ese momentos nos afecta lo que llevamos atrás, la mochila. Y es lo que tenemos que cambiar.
-Desde fuera parece que les falta autoestima, como si se creyeran peores jugadores de lo que son.
-Evidentemente, no estamos en nuestra plenitud de confianza, es evidente. Puede ser ese nuestro punto a cambiar. Ahora se ve todo oscuro, negro, todo el doble de costoso. Pero es que esto lo hemos generado nosotros y tenemos que salir de ello nosotros.
-Un cambio de entrenador siempre es malo a primera de temporada. Su debut como profesional, de hecho, llega en una temporada con cambio de técnico.
-Evidentemente es algo que no nos gusta, nos duele. Significa que no hemos hecho bien nuestro trabajo. Los jugadores somos los principales culpables y duele. Con Luis también me pasó en Fuenlabrada, que a él lo echaron a mitad de temporada. Es una espinita que siempre se tiene, te duele especialmente. Intentas que todo vaya bien, pero el deporte es así y tienes que asumirlo. Evidentemente es culpa de todos, mía el primero. Hemos cambiado, hay que cambiar la dinámica, hay que cambiar el chip y mirar adelante.
-¿Puede ser un problema la hiperresponsabilización y que se pongan más presión de la cuenta?
-Bueno, al final no somos niños. Jugamos al baloncesto, sabemos este mundo cómo es y lo que hay. Tenemos que centrarnos en el presente. Las cosas pasan, por la cabeza del jugador pasan muchas cosas. Pero no nos podemos quejar, hablar de presión ni nada de eso. Tenemos que mirar hacia delante.
-¿Qué ha dado el cambio de entrenador?
-Fotis es un grandísimo entrenador, de gran nivel. Ha venido para limpiar nuestras mentes, para empezar de cero. Para crear una dinámica nueva y más positiva. Su filosofía es más táctica, organizada y estructurada. Es un cambio que poco a poco vamos asimilando. Pero como equipo nos queda mucho por mejorar.
-¿Cómo ayuda la victoria en Fuenlabrada?
-Al final es una victoria antes de la Copa que nos da ese positivismo para constatar que lo que estamos trabajando va por buen camino. Nos hemos quitado un poco de lastre, esa mochila que teníamos encima y que nos pesaba. Afrontamos con mucha energía la semana de trabajo y ahora el partido. En Fuenlabrada conseguimos estar los 40 minutos centrados, sin conceder ventajas, sin permitir que ellos se acercasen tras conseguir una renta buena. Nos sentimos más sólidos y seguros.
-El año pasado había un consenso, cuando se llegó a la final de Copa, de que era el camino para crecer. Un núcleo nacional, con gente de la casa, a partir del que crecer. ¿Cree que la idea es la buena y, aunque no haya salido bien, hay que insistir por ahí?
-Sí, yo creo que sí. Al final es un núcleo fuerte, compacto. Que nos ha dado alegrías y también hay momentos malos de los que hay que salir. Pero yo creo que sí. Al final los últimos equipos ganadores, que han conseguidos cosas importantes en ACB o fuera, es con un núcleo fuerte de españoles. ¿Por qué no? Es una buena política, con canteranos, futuros jugadores malagueños. El Unicaja puede ser un referente en ese sentido.
-En una situación crítica debutó con el primer equipo, allá en 2012. Este año está emergiendo Yannick Nzosa. La cantera está ahí en estos momentos, por mirar algún matiz positivo.
-Tenemos una cantera con muchísimos jugadores, de mucho nivel. La irrupción de Yannick es algo muy positivo para la cantera, para Málaga y los jóvenes. Muestra el camino de que uno tiene que estar preparado para el momento que le llegue y Yannick lo ha hecho, lo ha demostrado. Es un jugador con muchas cualidades y que parece que tiene esa veteranía a la hora de jugar siendo tan joven.
-¿Les sorprende?
-Sí, evidentemente. Es un talento innato, más allá del físico. Es innato, con mucha calidad y proyección. Lo está demostrando ya, en una situación como ésta. Aun así, creo que tenemos que protegerle, cuidarle, no darle la presión que tiene ahora. Hay que recordar que es un niño. Tiene que seguir centrado, como lo está, que siga con los pies en la tierra, como lo está, y él seguirá su camino y seguro que nos dará muchas alegrías.
-¿Cómo está físicamente tras varias semanas compitiendo después de su lesión? Ya estuvo 30 minutos ante el Fuenlabrada.
-Cada vez me encuentro mejor, con más ritmo, esperemos que pronto esté aún mejor. Al final te afecta todo, cuando llega el cansancio vas un segundo más tarde tanto con las piernas como con la mente también, no hay esa fluidez para hacer las cosas naturalmente después de un tiempo fuera. Es un cúmulo de cosas que tienes que ir cogiendo poco a poco hasta sentirte jugador de nuevo.
-Jugó 200 partidos seguidos sin lesionarse, ahora han venido varias temporadas con varias lesiones musculares. ¿Le da muchas vueltas? ¿Buscan razones?
-Claro, uno se pone a pensar en que por qué pasan estas lesiones y cómo se pueden solucionar y prevenir. Sé que el deporte es así, pero esto me va a hacer mejor jugador. He mejorado mi manera de cuidarme. Estoy aplicando todo lo que puedo. Vas cambiando la alimentación, tratando más tu cuerpo, cuidas tanto el tono físico como la técnica y la táctica. Fuera de los entrenamientos habituales trabajo con los aparatos y la tecnología que hay, intento estar siempre cuidándome para evitar, no sólo para estar recuperando. Pienso que voy a ser mejor tras estas lesiones.
-Hablemos del Barça. Una derrota sólo en 2021, un gran equipo. ¿Recuerda al Jasikevicius jugador?
-Sí, llegué a jugar contra él, estaba yo en Fuenlabrada. Para mí siempre ha sido un referente, me gustó siempre mucho. Tengo anécdotas de grabar sus finales de Final Four con Panathinaikos y verlas en CD. Con un amigo que éramos, somos, unos frikis del baloncesto nos veíamos repetidas las Final Four y las teníamos grabadas. Entre Jasikevicius y Diamantidis hacían una pareja que me llamaban la atención. Cuando empiezas te fijas en los mejores y los campeones y ellos lo eran. Te fijas en todos. Como base fue un referente. Y demuestra como entrenador que es de los mejores, está haciendo a su equipo ganar mucho.
-También está Álex Abrines, que debutó el mismo año que usted con el Unicaja. Confesó que pasó un mal momento pero ahora está a un gran nivel, aunque se perdió los últimos partidos por lesión.
-Es un jugador de una calidad tremenda, brutal. Es nivel NBA. Ha recuperado ese nivel de juego y confianza que estaba perdiendo. Verlo a ese nivel es una alegría, pero contra nosotros esperemos que no esté así (risas). Un jugador con esa calidad hay que disfrutarlo.
-¿Qué recuerda de aquel año de los dos en el primer equipo?
-Éramos dos niños, con mucha ilusión y ganas de comernos el mundo. Fue un punto de apoyo importante, junto a Berni, Augusto... Un punto importante para mí, para integrarme al grupo. Ahí ya le veías el nivel que tenía, de estrella. Hemos pasado buenos momentos a pesar de que aquel año fue duro.
-No hay contacto físico con la afición, hay críticas duras a través de las redes. ¿Qué les llega? ¿Intentan abstraerse?
-Yo particularmente intento abstraerme. Evidentemente, soy de aquí, inevitablemente me llegan las cosas y la afición no está contenta y es normal. Ellos quieren ver a su equipo ganador. Pero es ese punto de exigencia de este club. Hay también gente que nos apoya y nos da ánimos. Pero son sentimientos lógicos que te tienen que servir de motivación y no como látigo. Somos profesionales, vivimos de esto, amamos esto. A nadie le gusta perder, menos a este nivel. Y cuando pierdes tanto te duele el orgullo, pero tenemos que ser lo suficientemente hombres para sacar esta situación y para saber que nadie nos va a ayudar ahí abajo, somos los que jugamos.
-Sinceramente, ¿se puede competir con el Barcelona?
-Creemos en ello, trabajamos para ello. Es el favorito el Barça a todos los niveles. Pero queremos estar ahí en el partido, pelear hasta el final y ¿por qué no? llevarnos el partido. Tras la victoria en Fuenlabrada, Fotis nos dijo que era el camino, que había muchas cosas que mejorar, que había que seguir mejorando, que éste es el camino que queremos coger y el nivel que queremos poner siempre. Está claro que el Barcelona es otro nivel competitivo. Pero, ¿por qué no? El equipo tiene que seguir serio. Esta victoria no cambia nada de lo que ha pasado atrás, es un paso adelante para coger confianza. Pero, lógicamente, el equipo está mucho más alto de moral ahora.
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