Anicet Lavodrama: "El Unicaja está en una encrucijada como club de élite de baloncesto"

El mítico jugador de la ACB en los años 80 y 90 vive en la provincia desde 2014, forma parte de varios proyectos y explica su visión de la zona y el Unicaja

Repaso a su trayectoria profesional con una visión particular de la vida

Su campus en Málaga

Anicet Lavodrama posa para 'Málaga Hoy'.
Anicet Lavodrama posa para 'Málaga Hoy'. / Javier Albiñana

Richard Anicet Lavodrama Ondoma (Bangui, República Centroafricana, 1963) fue jugador de culto en la incipiente y pujante Liga ACB de los años 80 y primera mitad de los 90. Fue la referencia del mítico OAR Ferrol, clásico de la Liga en aquella época. Mates, tapones y una espectacularidad en el juego que le hizo ser un hombre carismático. Con un apellido sonoro y rotundo, casi 40 años después sigue en España. Se asentó en Málaga desde 2014, colabora en diversos medios de comunicación y proyectos, como el Campus de Tecnificación ASIS Sport, que se celebra esta semana y que inició en 2016. Ayudar a que los jóvenes compatibilicen estudios y deporte es uno de sus grandes alicientes. Repasa con Málaga Hoy una trayectoria con mucha acción y llena de experiencias vitales.

-En breve empieza una nueva edición de su campus. ¿Qué ofrece?

-Al dejar de jugar mucha gente me invitaba a participar en eventos y campus. En muchos era más bien un servicio de guardería y de buscar rendimiento económico, tener muchos participantes, muchos chavales. Yo creo en el baloncesto para disfrutar. Y que para disfrutar necesitan conocer el juego, ser muy buenos técnicamente y que, cuando encuentren dificultad en competición, técnica o táctica, siempre puedan poner las manos o su mente en esa mochilita de lo que se les ha enseñado y encontrar una herramienta. Sobre todo, técnica. Con la técnica vas a poder afrontar todos los retos. Después viene tu forma física, trabajar tu mente... El campus ofrece esa opción. Empecé en Málaga en 2016 con la primera edición. Los hice también en Galicia, Asturias, Canarias, en Estados Unidos, Costa de Marfil... Es enseñar a nivel técnico para un mayor disfrute y entendimiento del juego. Trabajamos con entrenamiento cognitivo, con el apoyo de un un psicólogo y entrenador, Carlos Bernabé, que desarrolló ese método que ayuda a jugadores de todos los niveles a coger mucho mejor los refuerzos e información que vaya recibiendo para gestionar mejor la ansiedad, la presión y el estrés. El número de participantes no excede de un grupo que podamos controlar, máximo 25-30. Contamos con personas muy experimentadas en el desarrollo técnico-táctico de los jugadores. He contado con José María Margall, Predrag Krneta, que trabajó mucho con Bodiroga, Dejan Prokic, Carlos Bernabé... Este año viene Dejan Prokic, con quien empecé en 2016. Es un privilegio contar con ellos y que muchos de los chicos que empezaron ese año repitan. Son 9-10 días de trabajo, sesiones de mañana y tarde, de dos horas y mucho trabajo técnico. Contaremos con un centro de trabajo físico, técnico y nutrición que es Trainme de Fuengirola, con Nacho Batallán. Me siento privilegiado con la confianza de los padres.

-Trabaja también con la Chus Mateo Academy.

-Tuve la suerte de que Chus contactara conmigo para ver si podía ocuparme de su academia, de poder combinar la vertiente deportiva y académica, que tiene en un acuerdo con el Colegio Novaschool de Añoreta, donde hay muy buenas instalaciones, como en otros buenos colegios de la provincia. Hay una buena propuesta bilingüe, español e inglés. De lunes a viernes trabajamos hora u hora y media antes de que los chicos entren a clase a las 8:45. Ha habido buenos chavales, familias que se han acogido al proyecto. Desde Finlandia, Suecia, Noruega, Italia, Estados Unidos, Senegal, también de España desde Madrid, Alicante, Ciudad Real o Canarias. Chicos de Málaga también. Es una de las asignaturas pendientes del baloncesto en España, de las canteras, que se puedan seguir formando a los chavales combinando las dos patas con la tercera, que es la familia.

"En mi campus intentamos darle a los chavales herramientas para que estén en la mochila para usarlas”

-Es imposible competir ahí con Estados Unidos.

-No hay color porque en España hay unos hábitos y tradiciones. Tenemos 17 comunidades autónomas, ponerse de acuerdo a nivel social y político, ya lo vemos, es complicado. Hay una convicción de que no se pueden cambiar las cosas. Y sí se pueden cambiar las cosas. Yo llegué a España y en los pabellones se jugaba con una niebla de humo, todo el mundo fumaba en un recinto cerrado. Entonces se planteaba y parecía que eso era impensable que desapareciera. Pues se cambió esa costumbre y se agradece hoy en día que todo el mundo piense que eso no es sano y es el camino. Competir con EEUU, que lleva muchos años funcionando de esta manera, no es fácil. El crecimiento de cualquier joven tiene que ver con lo que se le forma en casa, con lo que cada docente le forma en el colegio, en el instituto y la universidad y con el deporte que decida practicar el joven o la joven. En España, en el último recuento que hice, había algo más de 80 universidades. En un país de 47 millones de habitantes, disponer de casi 100, que ya se iba acercando a esa cifra, universidades públicas y privadas es una gran parte de la infraestructura que haría falta. En Málaga hay mucha tradición en la provincia y en los colegios. San Estanislao, Los Olivos, Maristas, Asunción, Novaschool, Torrequebrada, Salliver... Muchos colegios tienen buenos programas. Ofrecen deportes en todos los ámbitos. Lo he vivido porque participaron en un evento en el que yo tomé parte también, la Copa Colegial. Es una de las mejores fórmulas. La economía no da para que los clubes puedan sostenerse siendo profesionales. La formación deportiva debe de estar dentro de donde papá y mamá llevan a su hija e hijo a formarse cada mañana. Formación académica, personal y deportiva dentro de los colegios. Es un deber porque la sociedad debe fabricar en masa posibles contribuyentes. Tenemos sueños de ser Rafa Nadal, Pau Gasol, Carolina Marín... Y luego un mínimo porcentaje llega. No hay tantas plazas a nivel profesional. En baloncesto puede haber 300 plazas de trabajo a alto nivel de ACB. En las otras dos ligas LEB no hay tantas plazas profesionales. El salario mínimo interprofesional no lo puede sostener la economía de los clubes. Lo realista y responsable es que la formación deportiva se haga en los centros académicos, que vaya de la mano de la formación como ciudadano y potencial contribuyente. Tiene que ser la responsabilidad y el objetivo. Debe haber profesionales para un deporte de alto nivel, que la gente cobre acorde a la estructura de un club profesional y luego los trabajadores que van a contribuir: comprando sus casas, sus propiedades, sus negocios, van a invertir en la sociedad... La gente no llegará a ser Rafa Nadal, Fermín Cacho o Amaya Valdemoro. Elijo ser periodista, científico, fontanero, farmacéutico. La fórmula que ofrece Chus Mateo es la ideal. Por eso tantas chicas, sobre todo, deciden elegir ir a EEUU porque piensan formarse sin abandonar el deporte. Es la manera responsable de formar a la juventud en un país.

-Se formó en EEUU, cuatro años en Houston.

-Vengo de una sociedad no había deporte profesional, en República Centroafricana. Casi toda la familia había practicado deporte. La persona que era mi referente era mi hermana mayor, Philomène, que es pediatra en Costa de Marfil. La seguía, la veía entrenar. Después, mis hermanos también la siguieron. Todo el mundo hacía balonmano, atletismo o baloncesto como parte de la educación física.

Anicet Lavodrama, en su etapa en la NCAA.
Anicet Lavodrama, en su etapa en la NCAA.

-¿Cuántos hermanos eran?

-19, falleció mi hermano pequeño. Mis padres eran católicos practicantes y mi padre era un persona muy sociable (risas). Mi padre fue embajador, diplomático. Vivió en distintos países. Yo iba con mi padre adonde le destinaban. Fue embajador en República Democrática del Congo, Costa de Marfil, Noruega, Suecia, Dinamarca y yo le seguí a varios de esos países. Son como los directores de banco, vas cuatro años a un país y te pasan a otro destino diplomático después. En Costa de Marfil, cuando tenía 11-12 años, fue cuando empecé con el baloncesto. Cuando terminó allí volvimos a la República Centroafricana. Hice lo que era el COU, el Segundo de Bachillerato ahora, en Bangui y la Federación de Baloncesto contrató a un americano, Christopher Pound, para ser asesor técnico y llevar la selección junior. Participamos en el Afrobasket de 1980 y fue la primera vez que me crucé con un tal Hakeem Olajuwon. Se hizo en Luanda, la capital de Angola. Llegamos a la final contra los angoleños. Mi entrenador habló conmigo, también con Hakeem, que ya estaba despuntando. Recuerdo una conversación con Hakeem en la cafetería de la ciudadela donde estábamos todos los equipos, me dijo que mi entrenador había hablado con él y que se iba a ir a EEUU. A mí también me lo dijo, pero no me apetecía mucho. Yo quería estudiar y el baloncesto para mí no era una prioridad. Hakeem, siendo de Nigeria, tenía más esa mentalidad de deporte profesional. Yo perseguía mi diploma universitario. Le dije al entrenador que había que hablarlo con mis padres. Terminó el Afrobasket, quedamos segundos, mi padre habló con el embajador de EEUU en la República Centroafricana y le dijo que esa fórmula es de lo mejor que hay para que el joven no dejara de estudiar y practicara un baloncesto de muy alto nivel dentro de una estructura muy buena. La NCAA no era profesional, pero sí estaba llevado como un organismo profesional. Sigue siendo de las mejores ligas que hay en el mundo. Hakeem se fue en la 80/81 a la universidad pública de Houston, donde coincidió con Clyde Drexler, Larry Micheaux, Michael Young, más tarde iría Ricky Winslow también. Yo fui también ese año a una privada, Houston Baptist University.

"La experiencia que tuve en la NCAA fue de lo mejor de mi vida deportiva, personal y económica”

-¿Qué tal la experiencia?

-Muy buena, de lo mejor de vida personal, deportiva y económica. Siempre me gustaron los idiomas desde pequeño.

-¿Cuántos habla?

-Me encanta esa pregunta (risas). Siempre me gustaron. Mis padres me lo facilitaron. Tener en tu casa al embajador de tal país o del otro pues es algo fascinante. Digamos que puedo ir a varios países del mundo y no sentirme fuera de lugar (risas). Para mí la experiencia fue lo mejor. Por cómo se lleva el sistema académico universitario para mí es de lo más enriquecedor. Yo me gradué en el año 85 y allí se siguen recordando las gestas del equipo, como se recuerdan las de UCLA, Duke, North Carolina de Michael Jordan... Siguen resaltando y reforzando eso para que siga habiendo un hilo conductual en la vida de la persona. Para mí es ejemplar y lo que hay que hacer, dar reconocimiento. En España hay que acordarse de Indurain, Corbalán, Fernando Martín, Arantxa Sánchez Vicario... EEUU eso lo hace muy bien. Para mí fue de las mejores experiencias de mi vida, añadió mucho valor a mi formación. Hice doble grado de finanzas y management, lo que aquí se dice ADE ahora.

-Le cogieron los Clippers en el draft.

-Tras mis cuatro años en la universidad me escogieron, sí. Fue la segunda elección suya, en tercera ronda. Entonces había siete rondas y menos equipos. Justo en ese año cambiaban los Clippers de San Diego a Los Angeles. Para mí fue un privilegio ser drafteado, aunque mi cabeza estaba en las finanzas, mi idea era ir a Wall Street. Aunque mi vocación, mi pasión, era estudiar medicina. Mis pasiones son mi familia, la medicina y mi deporte favorito, el tenis. Pero me drafteraon y fui a Los Angeles. Antes del campamento de verano ir a UCLA y jugar con Magic Johnson, Byron Scott, Rambis, que Magic me llevara en el coche de vuelta al Hotel Marriott que había cerca del aeropuerto de Los Angeles... Es un privilegio del que en ese momento no me daba cuenta, pero ahora le doy muchísimo valor por la imagen y la impresión que tuve de Magic Johnson en la conversación y el trato. En los Clippers había gente extraordinaria. Junior Bridgeman, Marques Johnson, Derek Smith, que falleció lamentablemente... Talentazos, un entorno profesional que en esa época aún supera lo que existe aquí en Euroliga. Extraordinaria toda la estructura a disposición del deporte. Me hizo también ilusión que me draftearan antes de Arvydas Sabonis, que es uno de mis deportistas favoritos de todos los tiempos, sin esas lesiones hubiera estado en el Olimpo de los mejores pívots de la historia... Para mí eso es una anécdota que me encanta contar a mis hijos y los jugadores.

"Me hizo ilusión que me draftearon por delante de Arvydas Sabonis, uno de los más grandes”

-Pega el salto rápido a España una vez no se queda en la NBA.

-Me draftearon y me fui de Houston a Los Angeles. Durante el campamento yo estaba terminando mi TFC y lo hice estando en el hotel, muy orgulloso de ello por tener mi licenciatura. Durante la liga de verano van muchos clubes a reclutar. Un señor se me acercó al final de una jornada en el hotel. "Hola, soy Moncho Monsalve. Me gusta lo que haces. Si no te quedas en los Clippers tengo un contrato para ti en un pequeño lugar al norte de España", me dijo.

-¿Había estado en España?

-No, nunca. Había viajado con la selección junior. A la Unión Soviética, Nigeria, Angola, Costa de Marfil. Pero nunca a España. Sabíamos de España por las pocas imágenes que llegaban. Corbalán, Santillana, Brabender... De las revistas y alguna imagen. Yo siempre jugué de pívot, con 22 años era joven y bajito allí, me dijo Don Chaney, el entrenador, que les gustaba pero que en mi puesto había jugadores como Michael Cage, Jay Murphy, Cedric Maxwell... Veteranos muy contrastados. Entonces me dijeron que podrían pensar más tarde en mí. Moncho Monsalve lo supo. Ahora puede parece increíble, porque no había internet ni nada, pero él tenía contactos por allí. Escribió a mi entrenador de universidad, Gene Iba, y me comunicó que me mandaron un fax desde España, desde un lugar llamado Ferrol. Me mandó la propuesta Moncho, hablamos por teléfono. Y cojo el avión. Los de la agencia me mandaban a Santiago de Chile (risas). El billete ponía Santiago y el que ellos conocían eran de Chile, no de Compostela.

-¿Qué país se encuentra?

-El año 1985 era un año muy interesante para España, era un país que se estaba transformando tras la época de Franco. En cuanto al baloncesto, para mí Ferrol era uno de los mejores sitios donde podía llegar un jugador joven. En Ferrol había mucha construcción naval, era un lugar boyante económicamente, había mucha sensibilidad por pasar a la época democrática. La pregunta constante que me hacían era '¿Te gusta esto, Anicet?'. Me la hacían 90.000 veces. Me decían que España no estaba en Europa. Y yo pensaba 'joder, España sí está en Europa'. Sí había esa consciencia de que no se había alcanzado a lo que se consideraba de verdad Europa: Gran Bretaña, Alemania, Francia... Me encontré con un lugar que para mí hasta hoy es mi hogar, como es Ferrol. Me acogieron de forma maravillosa. Moncho Monsalve era el mejor entrenador que podía tener para comenzar esa andadura. La plantilla, con Manolito Aller, uno de mis mejores amigos, casi un hermano, el capitán Miguel Loureiro, Nate Davis, un veterano extraordinario que era una referencia, ya conocía la Liga y con una familia bien asentada... Me ayudó a hacer esa transición. Mucha lluvia, eso me asustó un poco (risas). Pero me siento bendecido de haber tenido ese recorrido Bangui, Houston y Ferrol.

-Fueron varios años en Galicia.

-Llegué al final de 1985 y estuve hasta la temporada 1992/93. La ACB ya estaba más asentada y se pedían requisitos y apoyos institucionales. A nivel político la ciudad no complementó lo que los patrocinadores estaban aportando para que la ACB validara la candidatura del OAR Ferrol. Esa falta de apoyo del gobierno municipal hizo que desapareciera el club. Wayne Brabender y la directiva del Forum Valladolid pensaron que era el pívot para sustituir a Arvydas Sabonis, que se iba al Madrid. Ahí fui, otra fantástica experiencia. Que te entrene Wayne Brabender, que me había ido a ver varias veces a Houston en verano, tener de compañero a Oscar Schmidt fue otro privilegio. Una ciudad muy exigente de baloncesto, pero jugar con Oscar, Lalo García o Andrei Fetisov fue un privilegio.

-Entre medias va a los Juegos Olímpicos de Seúl.

-Sí, jugaba en Ferrol entonces. La República Centroafricana siempre tuvo una tradición de baloncesto, se hicieron esfuerzo por desarrollar tanto el masculino como el femenino. Mi primer Afrobasket senior fue en Alejandría, en 1983, aún estaba en la universidad. Competimos bastante bien pero éramos una selección joven. En 1985, tras los Juegos de Los Angeles, en Costa de Marfil. Y en 1987 es la consagración, ganamos el Afrobasket en Túnez a Egipto la final y nos clasificamos para Seúl'88.

-¿Qué tal la experiencia?

-El summum, el summum. Jugamos contra la Unión Soviética de Sabonis, Volkov, Tarakanov, todos esos nombres... La Yugoslavia de Petrovic, Kukoc, Divac, Radja, Cutura, contra Brasil de Óscar, contra Puerto Rico con Piculín Ortiz, contra Australia de Andrew Gaze... Maravilloso, los Juegos Olímpicos son el summum del deportista, por lo que significa el olimpismo, los mejores están allí. Es la primera victoria de la historia para una selección africana en los Juegos Olímpicos, le ganamos a los anfitriones, Corea del Sur. Éramos buenos, no muy altos, pero bastante buenos. Dejar la bandera del país alto, representar a mi país... No hay nada más. No pasamos a los cuartos de final, pero quedé como segundo reboteador detrás, otra vez, de Sabas, y cuarto o quinto anotador. Me siento afortunado por aquello. Aquello es fantástico, maravilloso. Estar en el desfile inaugural, ver el estadio lleno, todas esas banderas. Hablar con gente de Vanuatu, ver en la cafetería de la Villa Olímpica a Steffi Graff o Carl Lewis... Es complicado expresar lo que significa para alguien que ama el deporte.

-Por su formación y por su origen siempre ha intentado defender lo africano, ayudar a gente de su país y su continente.

-No defiendo a lo africano especialmente, por mi educación y mis padres defiendo a todo el mundo. A todo ser humano que esté en posición de desventaja y desamparo. He vivido en un entorno muy multicultural gracias al trabajo de mis padres, a lo que pude hacer en el baloncesto. Es una responsabilidad responder cuando hay una necesidad de cualquier ser humano en el mundo. No hay distinción. Yo defiendo a lo de Ferrol, lo de Valladolid, lo de Badalona, que también jugué allí, lo de Costa de Marfil, lo de Congo, Kinshasa... Lo de Málaga, por supuesto. Voy a defender a quien esté en una situación de desamparo o injusticia. Para mí es lo que quiero que se sepa y resalte. África es un continente con mucho potencial.

-Aquí en Europa hay a veces esa visión errónea de África como un continente uniforme.

-Es, con todo el respeto, algo cateto. Es un continente. Oigo a la gente aquí decir 'es que los americanos se creen que los Estados Unidos es así y el resto del mundo es tal'. Y después pasa que en el resto del mundo se piensa lo mismo de África. Cuando tienes la suerte de vivir en distintas culturas y entornos te hace gracia todo esto. Para mí España, Europa del sur, está al ladito de África, está ahí. No conocer lo que está justo ahí es o una voluntad o un complejo que cierta gente tiene de no querer asociarse a algo que todo el mundo sabe que históricamente ha habido. Unos crímenes, tragedia, injusticias hacia esos países de África. Hay muchos recuentos de la historia que intentar poner ahí un velo suave, pero ha habido crímenes de las sociedades que han colonizado y sacado provecho de los recursos del continente. África tiene 54 países y, como Europa, no es uniforme. He vivido muchos años en Galicia y allí también se decía 'no somos portugueses'. El idioma es el mismo, estamos pegados a Portugal. Si uno quiere diferenciarse desde España a Portugal, Italia o Rumanía... Es falta de educación o formación o no ser consciente. Igual reprochamos a americanos o franceses el concepto que tienen de España. Es lo mismo.

Anicet Lavodrama machaca.
Anicet Lavodrama machaca.

-Continente con mucho potencial, decía.

-Es evidente. Hay grandes deportistas si hablamos de deportes. A nivel intelectual también hay grandes personajes. Hay científicos muy buenos. Vivimos en un mundo muy competitivo. El capitalismo es eso, hay una competencia por intentar resaltar una parte y denigrar y menospreciar a otra. Siempre es competición. Sólo hay que leer. Es una suerte que tengamos acceso a muchas bibliotecas, YouTube, fuentes de información distintas para saber lo que existe en cada país. El subsuelo de África es lo que alimenta este teléfono móvil y el tuyo, una gran parte de lo que nos ayuda con la tecnología informática e inalámbrica. Con las armas nucleares, que ojalá no existiesen, el uranio sale del subsuelo de África. A países como Suiza, yo he vivido allí, o Bélgica se les conoce por el chocolate, famoso en el mundo. Pero yo allí no vi árboles de cacao. El chocolate procede, en gran parte, de Costa de Marfil. O el café mismo, muchas materias primas vienen de África. Diamantes, oro, petróleo... Se intenta no encarecer esas materias primas manteniendo al continente africano en una escala menor, quizá por la naturaleza de la cultura y personas en África, que es cordial y acogedora. No es quizá tan egoísta y no tiene el punto de mira de puesto en sacar rendimiento. África se ha comportado de una forma que le perjudicó porque no consiguió establecer una hegemonía y pensar siempre de forma competitiva. Se lleva varios años intentándolo. Hay varios países que son ya muy competitivos en el mercado internacional. Sólo los complejos hacen pensar que África es menos como continente.

"Jugar unos Juegos Olímpicos es el summum, es complicado expresar lo que significa”

-Se va democratizando también.

-Entre comillas, la democracia es una falacia. Presidentes en EEUU o Gran Bretaña o aquí en España, en Brasil o en otros países que hay democracia... No hubieran sido lógico. La democracia se sabe que no existe realmente. Es una fórmula idealmente positiva pero todo está controlado por los grandes intereses. En África ha habido democracias desde los años 70. La primera primera ministra mujer fue en la República Centroafricana. Es a veces falta de conocimiento, de querer conocer mejor. África tiene muchos países que llevan años aplicando la democracia, pero sabemos que en realidad, de verdad, no existe completamente.

-¿Cómo ha cambiado el baloncesto desde que jugaba?

-El baloncesto profesional ayudó mucho a que se desarrollase más. Los medios a disposición, la tecnología, las infraestructuras y el conocimiento científico ligado a la preparación física, la nutrición, la naturaleza cognitiva. La estructura que rige el deporte, tuve la suerte de trabajar cinco años en la FIBA con el señor Stankovic, la ves desde otra perspectiva. El entrenador tiene acceso a mucha más información, hay mayor formación de entrenadores, hay más intercambio y el mestizaje ayuda a que tengamos que un país tan pequeñito como Eslovenia sea campeón de Europa. Que España pasara ese freno que tenía y sea campeona del mundo, varias veces medallista olímpico, es fantástico. El deportista y jugador de baloncesto ha crecido. En España ya el jugador no teme exportar su talento. Tampoco los entrenadores. Empezó en su momento Fernando Martín, atreviéndose a ir a EEUU, Ferrán Martínez se fue a Grecia. El jugador español, que era un poco casero, se atrevió a salir. Hay mayor cobertura de prensa, tenemos más contenido, más riqueza con todas las plataformas que hay. El público tiene más información y mantiene la posibilidad de conocer cómo fue en los años 40, los 60 o los 80 o 90 hasta hoy. Es muy profesional al alto nivel, ojalá fuera más profesionalizado en estructura de cantera, que es lo que me gustaría. En cuanto a talento, ha habido grandes jugadores y jugadoras, hay mucha más versatilidad y opciones. Hay cosas que ya se veían en los años 60 o 70, pero con jugadores con mayor rango de posibilidades.

-¿Qué le atrae de Málaga?

-Llegué en 2014. Si yo pudiera elegir, me encantaría estar en Ferrol. La economía quedó muy tocada con la caída de la industria naval, el tejido económico se desplomó. Entonces tenemos que elegir fuera. Málaga es una ciudad boyante, con altísimo potencial. Tiene un aeropuerto internacional, terminal de AVE, puerto internacional... Es un entorno ideal. Me formé como persona emprendedora. Entonces el entorno social y económico de Málaga me parece un lugar con mucho potencial. Se instalan grandes entidades como Tesla o Google, que el PTA esté lleno de tantas empresas, que haya tanta comunidad multicultural en toda la provincia, es un entorno que a mí me gusta. Aunque yo prefiero el agua fría del norte (risas). Málaga me ofrece un entorno con mucho deporte de alto nivel y que me permite desarrollarme empresarialmente. Es uno de los mejores entornos que hay en España y Europa.

Anicet Lavodrama, durante la entrevista.
Anicet Lavodrama, durante la entrevista. / Javier Albiñana

-Sigue el día a día del Unicaja. ¿En qué momento le parece que está el club?

-De transición. Los que rigen y gestionan el club se tienen que dar cuenta de que no es sólo a nivel histórico lo que ha expuesto la plantilla senior masculina. El deporte de alto nivel, hoy en día, es mucho más que el resultado de la temporada y el rendimiento de los jugadores. Es una entidad profesional, es una empresa. El balance que hay que hacer es el haber y el debe, los ingresos y los gastos, si todo eso cuadra. Y luego cuál es el producto que se ofrece y cuál es su cliente. Cualquier empresa de alto nivel hoy en día tiene que decidir los valores que quiere proyectar y transmitir a través de tu cultura, lo que quieres presentar a la sociedad, contribuir a ella. Hay que pensar así. Cuando participo en tertulias, algunas veces coincidimos, es lo que pienso que hay que transmitir. Es una responsabilidad cómo se financia eso. Una parte de dinero viene de los abonados, que gastan para que una entidad refleje sus sueños, su capacidad, su dinamismo, su proyección en la sociedad a través del baloncesto. Ahora mismo creo que el club está en una encrucijada que aún no supo identificar. Cuando se entrevista a mucha gente se pregunta por el plan estratégico del club. Creo que no está bien definido. Aún se sigue pensando que el deporte es como un acto de benevolencia. Hay un dinero, hay un presupuesto que hay que gastar y fichar. Es una irresponsabilidad pensar sólo así. Hay que hacer un balance, es una empresa profesional. Hay que gente que trabaja y hay que financiar esa actividad. Cuál es el producto y el servicio que se ofrece, hay que definir cuál es tu cliente. Hay que pensar desde esa perspectiva. Luego, si eso está bien definido, la acción deportiva que veremos como espectáculo representará esa forma de pensar. Si no, vamos a pensar con una óptica muy estrecha y cortoplacista. Se va a echar la culpa a Joan Plaza, a Aíto García Reneses, a Luis Casimiro, a Fotis Katsikaris, a Ibon Navarro o a tal o cual jugador. Hay que fichar a este o al otro y se acabó. Eso es muy atrevido, poco responsable. No pueden ser que los grandes, el Manchester, el Bayern, el Madrid o el Barça, estén equivocados. Hay que pensar así. Luego el rendimiento deportivo reflejará justamente tu capacidad de ver, pensar y gestionar de forma profesional. Para mí, el Unicaja está en una encrucijada como club de élite de baloncesto y tiene mucho trabajo delante. Si no, se van a estar haciendo parches siempre. Se echa a Casimiro, se ficha a Katsikaris, se echa a Katsikaris, se ficha a Ibon Navarro, se echará a jugadores... Hay que verlo así. La plantilla está donde tiene que estar. Echo en falta que se vea y se resalte más todo lo que se hace con el baloncesto femenino en todas las categorías y también los equipos de cantera masculinos. Hay muy buenos entrenadores que trabajan duro para contribuir al caminar del Unicaja. Hay muy buen baloncesto, me gustaría que los entrenadores de cantera estuvieran remunerados como se debe porque están formando a los ciudadanos del futuro. Habría que tener a los mejores entrenadores en cantera, con una buena remuneración, un reconocimiento de la responsabilidad que hay en la formación. Y el producto se verá reflejado en los exponentes máximos, el equipo senior femenino y el equipo senior masculino.

"Hoy queremos que todo funcione enseguida; Nzosa es un jugador muy joven, sólo acaba de empezar”

-El caso de Yannick Nzosa. ¿Cómo lo ha visto desde su explosión y esta última temporada?

-Culturalmente, hoy en día tenemos teléfonos móviles, telemandos, ordenadores y queremos que todo funcione enseguida. Abro mi ordenador y si tarda más de cinco segundos ya estoy maldiciendo. Tenemos demasiada prisa. No estamos dejando a los jóvenes crecer, madurar y hacerse adultos. Les queremos proyectar demasiado rápido hacia adelante, en una perspectiva adulta que no tienen. Yannick Nzosa es un jugador muy joven que sólo acaba de empezar en el deporte profesional, hace apenas dos temporadas y media. Aún no lo conoce del todo. Es un chico de alto potencial, tiene todas las herramientas, sobre todo mentales, para pretender ser un deportista de alto nivel, con características físicas y atléticas óptimas. Pero sigue siendo un niño, muy rookie aún. El Unicaja está, como dije, está en una encrucijada porque todavía no tiene formada su razón de ser, su cultura. La formación de los jóvenes, sea Pablo Sánchez o Yannick Nzosa, no va en línea recta porque el club no ha definido eso. No todo el mundo va a ser Luka Doncic. Yannick tiene características y actitudes para ser a largo plazo un muy buen deportista senior de alto nivel. El club no ha sido capaz, como ha pasado también con Viny Okouo, Dejan Todorovic, Romaric Belemene o el propio Francis Alonso, de diseñar una hoja de ruta pensando a largo plazo. Eso repercute en el desarrollo en dientes de sierra de los jóvenes. Nzosa es muy trabajador, un chico espectacular. Le conozco personalmente, quise traerle a España, a Canterbury en Gran Canaria, pero no pudo venir a mitad de temporada. El Stella Azzurra le propuso algo y se fue para allá. Creo que saldrá entre los 25 primeros en el draft de la NBA.

-¿Lo ve tan alto?

-Sí, sí, es un chico de alto potencial. En la NBA no fichan al deportista ya hecho, fichan al potencial. Obviamente tienen las herramientas y estructuras para desarrollar jugadores. Vemos jugadores muy jóvenes pero el entorno de la NBA, todos los mecanismos que tiene el deporte en Estados Unidos permiten desarrollar muy bien a los jugadores. Hay estructuras que tienen demasiada prisa o hay malos formadores pero Yannick Nzosa es un deportista de muy alto nivel. No ha tenido esa progresión lineal porque el Unicaja no ha tenido un desarrollo lineal en cuanto a lo que es su estructura de desarrollo de formación. Pablo Sánchez, por ejemplo, debía estar en esa plantilla.

-Vienen jugadores africanos, pero no todos llegan. ¿Cómo se gestiona eso?

-Cuando se trae a un niño, lo coges de sus casas y los pones en un entorno donde hay una proyección profesional en el deporte. Hay una dificultad con Mario Saint-Supéry o Pablo Sánchez, que están aquí cerca. Pero cuando traes a un chico de un país que está a cinco o siete horas de avión es una responsabilidad mayor. Saltamos etapas. Traemos a un chico africano, pero tenga 13, 15 o 17 años sigue siendo un chaval. No podemos pensar que automáticamente tiene que disponer de la madurez para responsabilizarse de su propia formación. La responsabilidad de la formación siempre es de los adultos, es de la estructura profesional, no de los niños. Los adultos quieren hoy en día desquitarse de esa responsabilidad porque la temen. Todo el mundo juzga a los jóvenes como si fueran adultos. Cuando llega un chico de un entorno diferente, venga de Cataluña o Gran Canaria, o se vaya de Málaga a Galicia o Madrid, hace falta adaptación y el joven necesita del adulto, de la formación que ha recibido en su familia y también de los adultos que le reciben. Muchos de los clubes y asociaciones no tienen la capacidad real ni las estructuras para acoger los jóvenes extranjeros y formarles adecuadamente. Es lo que pasa con muchos jugadores africanos. Vienen de entornos con muchos menos medios, algunos carentes de canchas o de un calendario de trabajo vinculado a los estudios. Por eso hay tantos fracasos, pero el fracaso no es de los jóvenes, sino de los adultos y los clubes. Para mí, los clubes que mejor forman son Baskonia y Joventut. Son quienes mejor lo comprenden. Vienen jugadores de Brasil, de África, de Europa del Este. Ellos, si vas y preguntas, intentan simular un entorno lo más familiar posible. Unos mentores e instructores a nivel médico y desarrollo cognitivo, unos formadores a nivel académico porque no todos van a llegar a nivel profesional. Un chaval o una chavala con 13 años no sabemos si llegará. Veías a Luka Doncic con 12 años e intuías que era un jugador profesional, pero puede pasar cualquier cosa. Su camino fue bien trazado y bien recorrido. Pero hay muchos chicos que no llegan y el fracaso no es de ellos. Es ese estigma que se pone sobre los chavales africanos. Cuando llega, se suele decir 'ese tiene 50 años'. ¿Usted estaba cuando ha nacido? ¿Sabe cómo es su familia? Se les trae, se les intenta sacar un resultado. Si no lo conseguimos, porque somos malos entrenadores o no tenemos una buena estructura, le ponemos en una residencia y no están monitorizados, educados y formados para ayudarles a crecer, a madurar, a hacer bien la transición. Pues el porcentaje de no tener éxito o decepción es mayor. Es una responsabilidad porque se está lastimando a muchos jóvenes.

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