“Apostar por el jugador español no es altruismo”
Entrevista con Jorge Garbajosa, presidente de la FEB
Jorge Garbajosa, MVP de la final de Copa ganada por el Unicaja en 2005, habla para ‘Málaga Hoy’ antes del inicio de la competición en el Carpena
“Es una competición muy divertida”, dice sobre el torneo
Jorge Garbajosa Chaparro (Torrejón de Ardoz, 1977) es el jugador más determinante de la historia del Unicaja. Su llegada en 2004 llevó al club a otra dimensión. La respuesta fue el título de Copa en 2005, se cumplirán ahora 15 años, y el de la ACB en 2006. Ahora es el presidente de la Federación España de Baloncesto (FEB) después de un periodo de reciclaje profesional tras acabar su carrera, justamente, en Málaga en la temporada 2011/12. Ahora está enfocado a una gestión integral, pero le gusta hablar de baloncesto, del juego. En cierta forma, él fue un pionero al convertirse en un interior que abrió el campo como no se había visto antes en el baloncesto español. Antes de la Copa del Rey de Málaga, mientras espera ser padre de manera inminente, Garbajosa atiende la llamada de Málaga Hoy para hablar de la Copa, de aquella de Zaragoza, de baloncesto, del Unicaja y de la situación de la canasta española.
–Ganó cuatro Copas en su carrera. Vitoria, dos en Treviso y Málaga. ¿Qué sensaciones tiene un jugador antes de un torneo así?
–Es una competición sobre todo muy divertida. Soy ferviente defensor de las competiciones a vida o muerte, eliminatorias, es un espectáculo añadido al juego en sí. Para el jugador, tener esa tensión previa es por lo que se hace profesional. Por vivir esos momentos es por lo que te haces profesional. A nivel a de aficionados no descubro nada con la fiesta que se monta. En ciudades como Málaga, tan de baloncesto, sin querer hacer de menos a otras, siendo grande pero manejable, se concentran más los focos de atención y el ambiente es espectacular.
–Se cumplen ahora 15 años de la Copa de Zaragoza. ¿Qué recuerdos tiene de aquello?
–Recuerdo que sufrimos mucho para clasificarnos, en una última jornada en la que teníamos que ganar a Valladolid y que el Baskonia ganara en Sevilla. Desde que se cerró el corte de la Copa, el equipo creció mucho hasta el inicio. Llegamos en un pico alto de la temporada, con mucha confianza. Habíamos tenido lesiones durante el primer tramo, pero ahí se habían ido y llegamos muy bien. Nos cruzamos con el Alicante, que tenía un equipo durísimo, con Larry y Quincy Lewis, Lucio, Nacho, Iñaki de Miguel... Como suele hacer Sergio con sus equipos, crecimos durante el torneo. Las semifinales fueron durísimas y contra el Madrid, con todo un equipazo, llegamos con toda la confianza. En esa semifinal se juntaron el aspecto táctico y mental, una zona 1-3-1 que no es un tipo de defensa habitual. No lo era entonces, ahora mucho menos. La táctica necesita del deseo de un equipo. Y ese equipo tenía altísimas prentesiones, no empezó bien, pero quería.
–Haciendo un repaso por aquel equipo, casi todos siguen en el baloncesto, alguno incluso jugando.
–Habría jugadores mejores y peores, pero éramos un equipo ambicioso. Era un equipo que cuando cogía una ventaja de 4-6 puntos y quedaban tres minutos, echábamos el candado, sabíamos jugar ahí cuando se deciden los partidos ajustados y con tensión. El Unicaja era un gran club, lo sigue siendo, por supuesto, pero le faltaba el espaldarazo a nivel nacional, esa autoestima de saber que le ganas títulos a los mejores. Fue un proyecto común y Sergio aunó todas esas individualidades. Fueron dos años de maravilla los que viví en ese ciclo.
–Estaba allí un Fran Vázquez pujante. Hace poco fue básico en las ventanas.
–Con mucho mérito, supuestamente él iba a ser el recambio de Zan Tabak, que tuvo muchos problemas físicos. Fran dio un paso adelante. Desde el Gran Canaria dio un paso más, un espaldarazo, se ganó esa la oportunidad. El paso adelante lanzó su gran carrera. Como todo un ejemplo, en su etapa ya parece que final, aunque no lo podemos decir muy alto, la figura de Fran en las ventanas fue decisiva y se reivindicó también como un jugador tremendo, como lo ha sido toda su carrera.
–Ahora trata con Scariolo como jefe y antes era subordinado. ¿Ha cambiado mucho aquello?
–Cambian los roles, lo que no cambia es una metodología y una forma de entender el balonceto muy similar. Estuvimos en Vitoria, Málaga, Rusia, selección... Esa conexión sólo pudo funcionar por entender el baloncesto de manera muy parecida. Los dos somos ambiciosos, queremos crecer, planificar con antelación, estamos en casi todo de acuerdo. Estar en todo igual no sería sano. Los dos tenemos siempre una puerta abierta a hablar para siempre llegar a la conclusión siempre pensando en el bien común.
–¿Qué se le quedó más grabado del Sergio entrenador?
–Sobre todo la ambición y la capacidad de trabajo a la hora de preparar un partido, de tenerlo todo controlado, pero dejando trabajar a los profesiones en su parcela. Esas enseñanzas las intento llevar en mi rol actual también. Intento supervisar, tener el control de todo lo que pasa, intentando entenderlo, pero a la vez hay que confiar en los profesionales de cada momento. En los momentos de derrota hay que asumir responsabilidades y en los de victoria pensar siempre en mejorar.
–Hace poco recordaba una racha de 11 victorias seguidas en Euroliga que tuvieron el año de la Liga. Me llamaba la atención en la hemeroteca que se debatía sobre que jugabas poco por dentro, que un pívot demasiado exterior.
–Mi carrera empieza a ser más exterior en Treviso. Allí teníamos pívots dominantes en el 1x1, difícilmente defendibles. Había que dejar espacios y, al mismo tiempo, ser productivos. Es una cuestión de inteligencia táctica. Si por fuera me defiende alguien más lento, es menos difícil atacarle. Con Zan y Fran ese año o Santiago el año después, cuanto más espacio tuvieran para jugar contra su par, mejor. Porque tenían la calidad para producir. O la jugada por encima del aro de Fran clásica, cuanto menos tráfico tuviera en la pintura, mejor. Pero también cuando me defendía un tres iba al poste y producía desde ahí. Lo importante es que el jugador supiera detectarlo. Y en ese equipo había esa inteligencia.
–¿Cómo fue esa metamorfosis, Jorge? ¿Qué tecla tocó Mike D’Antoni, ahora entrenador en Houston?
–Fue un tema de confianza. Yo era un jugador más interior, no se hizo en un momento. Como ejemplo de la confianza, ésta se construye día a día. En un partido en Treviso, hice un encuentro lamentable, no me entró nada, hice 0/7 o 0/8 en triples y me fui muy cabreado a casa, me sentí muy responsable. Mike me vio cómo me fui y me llamó por la noche, yo estaba en mi casa, y le dije que había sido un desastre. Él me dijo ‘me enfadaré contigo el día que no tomes las decisiones que debes, no cuando hagas lo que tienes que hacer y no tengas acierto’. Esas palabras, cuando tienes momentos de duda, te dan la vida. Si el entrenador mantiene su confianza, y tú lo notas de verdad, ayuda mucho. Ese es el aspecto mental o filosófico. Después queda lo técnico. Eso es horas, horas, horas, horas y más horas de trabajo. Aparte del entrenamiento colectivo. Técnica individual muchísima, ejercicios de tiro... Así día tras día.
–¿Le da tiempo a ver baloncesto? ¿Ver hacia dónde va el juego?
–Veo más baloncesto que nunca. Me gusta tener controlado y supervisado lo que puedo tener bajo control. Cuando hablamos con los seleccionadores, coordinadores o los directores técnicos me gusta saber de lo que se habla y sí, intento estar al día.
–Se debate ahora mucho sobre el uso masivo del triple.
–Es una consecuencia. Al principio sólo tiraban los escoltas, después también los bases, los aleros más tarde, los interiores ahora también lo necesitan. Antes, si medías por encima de dos metros, automáticamente te ponían a jugar de espaldas. Ahora se hace un trabajo más global. Le sumas que el jugador es más grande, físico y atlético y tienes que no puedes concentrar muchos jugadores en poco espacio, porque no circula el balón. En la FEB hemos evolucionado en esa metodología, con el juego por conceptos, tácticas, el spacing para abrir el campo... Es una evolución del juego.
–Recuerdo hablar con usted de que la FEB vivía una situación crítica antes de empezar las ventanas. Casi 40 jugadores intervinieron en el título mundial.
–Ha sido un viaje extraordinariamente difícil, pero ha sido de lo más bonito de mi carera. Con mucho trabajo de planificación, se hizo un esfuerzo económico importante. Insistir en ese método de trabajo no sólo en las ventanas, es un trabajo que no se ve desde fuera. En cambiar una metodología desde abajo, una actualización grande, estamos en manos un metodología extremadamente profesional. Con un conocimiento muy importante de los jugadores. Y sobre la base de nunca mentir a un jugador, pero sí de convencerle de que es parte de algo muy grande. La predisposición de los jugadores fue fabulosa. Hay que darle también su alta importancia a la apuesta de los clubes... Ha sido una reivindicación del jugador nacional, individual y colectivamente. Se suele elogiar la identificación de los jugadores nacionales, su compromiso con los clubes... Pero me suele faltar un elogio. Que los jugadores españoles son los mejores de Europa. No lo digo porque los aprecie, es la realidad. En el último año hemos sido campeones sub 16 y sub 18 de Europa, medalla de plata sub 20. Y campeones del mundo. Es un reivindicación al trabajo que está ahí.
–En esta situación, el Unicaja apuesta fuerte por el jugador nacional, con varios jugadores con protagonismo real. ¿Le viene bien a la selección?
–Le viene bien al baloncesto español, no sólo a la selección. Ahí tenemos al Valencia, que ganó una Liga con Rafa Martínez, San Emeterio, Oriola y Vives siendo muy importantes y ahora sigue en esa línea. No es una casualidad. No es altruismo apostar por el jugador nacional. Ese modelo funciona. El mejor Madrid de los últimos años ha tenido una base nacional con Llull, antes el Chacho, Felipe, Rudy... Con jugadores de fuera con mucho años en el país, como Carroll o ahora Taylor. Esa base nacional, esa identificación, pero también esa calidad. En Zaragoza vemos también eso con Alocén, San Miguel, Barreiro, Fran... El jugador nacional responde cuando tiene oportunidad. A nviel extradeportivo también, pero en la cancha son extremadamente importantes.
–También en LEB, en la esfera FEB, hay equipos con poca incidencia de los españoles.
–El tema es hasta dónde puedes regular e imponer. Abogamos por el convencimiento. Incentivamos la figura del jugador del sub 23 y la formación. Las normas son las que son. Para que para los clubes sean aún más atractivo ahora ofrecemos bonificaciones por cada jugador extra nacional que se incluye sobre la cuota porque creemos en ello. No basta con que haya un número mayor o menor de nuestros jugadores. En Liga Femenina 2 y Plata también pedimos que haya al menos un jugador de formación en cancha por equipo y la idea es subirlo a dos. Que la EBA, lo hemos intentado potenciar más esta temporada, sea una categoría donde el jugador nacional tenga mucho espacio. Son medidas en marcha, que tenemos que evaluar a final de temporada, pero la apuesta importante por la formación ya se está dando.
–La relación ACB-FEB parece en el mejor momento en mucho tiempo.
–Hay un objetivo común, el crecimiento del baloncesto español. Si te digo que estamos de acuerdo en todo te estaría mintiendo, tenemos nuestras discrepancias y punto de vista. Hay una protección de intereses de cada parte, pero hay un objetivo común y hay mucho diálogo. Hay una relación fluida de comunicación. Con las discrepancias, el objetivo es común, el baloncesto español tiene un potencial tremendo. Me gustaría que pudierais vivir el respeto que se le tiene al baloncesto español, te lo transmiten en congresos, desde la propia NBA, desde otros países, de cómo se valora nuestra organización. A la ACB le agradezco mucho su predisposición, ahora con su presidente Antonio Martín, para siempre crecer de manera conjunta.
–Robert Archibald y Kobe Bryant. Imagino que zarandea, alguien de su edad que muere.
–Fue muy duro. Lo de Robert no tiene la dimensión global de Kobe. Pero a los que hemos compartido vestuario con él nos tocó mucho. Es de esos jugadores que el aficionado no sabe dimensionar lo que significa para un equipo. Era extremadamente duro en la cancha, pero fuera era todo cercanía y amabilidad. Es de esos jugadores de equipo que se hacen querer. Lo de Kobe es un mazazo tremendo, los que compartimos cancha con él y también fuera de ella sabíamos que te ganaba al segundo y medio. Se lanzó a promocionar el baloncesto, también dándole importancia al femenino. Quería que el baloncesto fuera el deporte más popular del mundo y se prestaba a intentar conseguirlo. Era un lujo para el baloncesto tenerle. Ha sido muy doloroso.
–Se va creciendo y vemos Copas de la Reina con afluencia de gente. Puede sonar a utopía hoy, pero ¿se puede ver una de la Copa de la Reina con la magnitud de una Copa del Rey?
–¿Por qué no? No es una utopía. Las maratones no se corren al sprint porque en el kilómetro 4 te agotas. Damos pasos adelante. No podemos intentar ser ya igual que la Copa del Rey. De lo que se trata es de dar pasos firmes. La Copa de la Reina este año será en Salamanca, va a crecer más, ya fue en Vitoria un gran torneo. Los clubes lo ven como un lugar de encuentro y celebración, de exposición públicas, los medios lo veis cada vez con más interés. Hacemos un esfuerzo con un partido cada semana en Teledeporte, a través de las redes, la Liga Femenina va dando sus frutos, la apuesta de Endesa es grande, es un espaldarazo. Vamos por el buen camino. Intentamos tener una relación muy fluida, hay un proyecto común sostenido y sostenible.
–¿Es una buena noticia la apuesta del Unicaja?
–Sin ninguna duda. Ya Valencia está arriba. El Unicaja está en una Liga Femenina 2 con un proyecto muy ambicioso. Es muy importante que crezcan proyectos sólidos. Que haya proyectos como Girona, Salamanca o Gernika es una muy buena noticia. Que haya más proyectos con ambición de ascender y hacerse importantes. Somos el primer deporte femenino en España, sólo el voleibol italiano nos supera en fichas en Europa. Organizamos un Mundial modélico en Tenerife, tendremos el Europeo en 2021 para seguir regando. Tenemos 450.000 fichas y cada vez el porcentaje de mujeres es mayor. Tenemos un estudio hecho y, por el motivo que sea, hay muchas teorías, con 15-16 años muchas niñas dejan de jugar y lo retoman después. Tenemos que recuperar ese hueco, que siga siendo atractivo en esa época.
–Parece que volverá la selección a Málaga este verano. Ya anunció el Ayuntamiento un doble partido con Francia.
–La masculina está confirmada, la femenina ahora intentaremos cerrarlo tras la clasificación olímpica de los equipos. Málaga es baloncesto. Reitero mi agradecimiento a Diputación, Junta y Ayuntamiento, nos acogen con los brazos abiertos, el pabellón se llena, los medios os volcáis.
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