España se va llena de energía de Málaga (86-77)

Resultado y crónica del España-Francia

Gran prueba de la selección, que somete a Francia, con protagonismo repartido y centelleos de Pau Gasol, Ricky Rubio, Sergio Rodríguez y Abalde

Pau Gasol entra a canasta. / Javier Albiñana

España-Francia, efluvio de partido grande, muchas batallas pasadas y potencialmente un partido por medalla en los inminentes Juegos de Tokio. Nunca se había jugado un encuentro en el Carpena con tantos jugadores que hayan actuado o actuén en la NBA. Juntando las dos plantillas, casi un 70%. Aún en un estado previo al de competición, se percibía un nivel de baloncesto distinto al que habitualmente se puede contemplar en las mismas tablas del Martín Carpena. Las mismas que en 2001 fueron el soporte del estruendoso estadillo de Pau Gasol. Eran los primeros pasos ante los grandes focos para una carrera de absoluta leyenda que aún está vigente. Tras dos años parado, el de Sant Boi ha afinado su forma y se le puede ver a un nivel aún potente en baloncesto FIBA recién cumplidos los 41 años. La ovación del Carpena recordaba que era el último partido, salvo cambio imprevisto de planes, como jugador profesional en España. Una carrera alucinante a la que le quedan los duelos en París, Las Vegas y, ojalá, seis batallas más en Tokio. La prueba fue satisfactoria, con un triunfo (86-77) de nivel.

En un partido de máximo nivel, destellos de calidad extrema. Sin la tensión de un partido oficial, pero pasado el ecuador de la preparación, a 18 días del primer partido en los Juegos. Dominaba Francia 16-23 con puntos de Luwawu-Cabarot, alero de Brooklyn que pide minutos. La salida a pista de Pau Gasol equilibró el duelo. Aún pesa en el juego y metió ocho puntos en su primera rotación, con catálogo amplio. Un triple, tiro corto, tiro libre y una canasta poderosa. También grandes minutos de Alberto Abalde, a las puertas de su primer gran campeonato, poderoso en los dos lados de la cancha. Sus piernas vendrán bien. Jugó Darío Brizuela (los descartes fueron Alocén, Abrines y López-Aróstegui), que le dio un buen pase a Juancho Hernangómez y experimentó lo que es jugar a nivel extremo. Dio un susto Juancho, que se fue al vestuario con importantes gestos de dolor después de un choque en su hombro izquierdo. Es un jugador, por sus cualidades, importantísimo en los esquemas de Sergio Scariolo, quien, obviamente, también se llevó su ovación importante.

Mandaba España con buenas sensaciones al descanso (44-38), con acierto en el tiro y buenas circulaciones de balón. Con la sobredosis de energía de Garuba, con el oficio de Rudy y Claver y Marc Gasol engrasando el juego desde los dos postes. Tras el paso por el vestuario, estirón hasta el 61-51, con show de Ricky Rubio. Tras un año complicado en Minnesota, el mago catalán vuelve a ser el base titular del equipo español, como siempre que estuvo sano en la era Scariolo. En un parpadeo, metió sus triples, dio algún pase ejemplar y volvió a sonreír, algo que no se le había visto hacer en los últimos meses.

Lideraba 65-58 tras 30 minutos España, subida en una buena ola de juego y confianza, superando poco después la barrera de los 10 puntos (73-60) tras dos triples mágicos y otro par de asistencias exquisitas de Sergio Rodríguez, que, con menos piernas quizá, conserva intacta la magia. Era una prueba, pero Málaga disfrutó de un espectáculo de baloncesto, pocos mejores se pueden ver fuera de la NBA. La selección sacó músculo ante un gran rival. La vieja guardia ya está en órbita para asaltar Tokio. Y en su último partido en España se cargó con la energía positiva de Málaga para una misión de máxima dificultad pero para la que demostró estar en el buen camino. La ovación atronadora del Carpena al acabar evidenciaba que se lo había pasado muy bien.

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