España sub 17 reactiva el factor Carpena (70-68)

Mundial sub 17

Tremenda victoria ante Australia, tras ir por detrás el grueso del partido, para llegar a las semifinales del Mundial sub 17 en Málaga

Risacher aplaca a Eslovenia

Los jugadores españoles celebran la victoria.
Los jugadores españoles celebran la victoria. / FEB

“Este equipo tiene algo, tiene alma. Somos capaces de sacar los partidos en cualquier situación estando juntos, que es como hay que hacerlo”, reflexiona con extraña lucidez dos minutos después de acabar el partido el malagueño Álvaro Folgueiras, desde El Palo, clave en la reacción de España sub 17 para volver de un partido durísimo ante una Australia que honra la tradición de su baloncesto. El ala-pívot del Unicaja mete un triple en una transición que enciende al Carpena en el último cuarto (57-58). España había estado colgada del abismo, sin sentirse cómoda casi nunca. Pero tiene ese “algo”, llámenle talento, fe, competitividad... O Lucas Hernández Langarita, que se coronó con un partido extraordinario para guiar a España a las semifinales de la Copa del Mundo tras derrotar a los aussies (70-68). El maño, hijo de jugadora, tiró de España en los momentos difíciles. Sacando tiros de media distancia en la maraña australiana, refugiados a ratos en defensas zonales. También con triples que eran bocanadas de oxígeno.

España supo sufrir, no marcharse. “La gente ha estado extraordinaria, hemos sentido que nos llevaba”, decía el pequeño Conrad Martínez, de la exquisita escuela de directores de juego de Badalona, capital también en la remontada, haciéndose con el timón en el último cuarto, recuperando un balón inverosímil en un contraataque australiano para marcharse por seis a falta de cuatro minutos. Cinco segundos después, Langarita reducía a uno con un triplazo desde la esquina. Antes, durante varios tramos, el gigante Aday Mara aguantó al equipo, barriendo no menos de cuatro balones del aro que eran canasta y aportando soluciones. No fue el día del mejor talento puro de la generación, Sergio de Larrea, pero allí salió el grupo junto, “como hay que hacerlo”, según Folgueiras, para llegar a las semifinales.

Son partidos fundacionales en esta generación, que dejan cicatrices o tatuajes. Y seguro que este grupo nunca olvidará cómo sacó ese partido contra Australia en el Carpena. Fue por delante durante más de 35 minutos, gobernó el ritmo, se jugó más a lo que querían. Pero al final de los 40 minutos, mientras suena y se canta el “Sweet Caroline”, “Good times never seemed so good”, España celebra la victoria. Competirá por las medallas en el fin de semana. Se ve la orilla de la tierra prometida. Si había 2.000 personas en el Carpena, el número debe crecer este sábado para medirse a la gran Francia (21:00) de Zaccharie Risacher, excelso hijo que saca los gentes de su padre Stéphane, e Illan Pietrus, el base vástago de Flo. España nunca ganó una medalla en el Mundial sub 17 masculino. Tiene dos oportunidades. Y, si se vence a los galos, el premio de un duelo a muerte contra Estados Unidos.

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