Europeo sub 18: España asegura medalla en otra lección de Álvaro Folgueiras
De nuevo crucial el trabajo del malagueño en una semifinal durísima frente a Francia (58-70); el rival por el oro será Serbia
Su partido de cuartos de final
España asegura medalla en el Europeo sub 18, a la final en Nis (Serbia) después de una semifinal de mucho sufrimiento ante Francia, a la que se terminó domando después de fases de angustia (58-70). Básica la labor, de nuevo, de Álvaro Folgueiras, el mejor de los canteranos de Unicaja en el campeonato (8 puntos, 5 rebotes y 15 de valoración); apareciendo en momentos precisos durante el último cuarto y que agradeció su equipo, la garra de esta España sub 18 que tufa a oro. Más en un segundo plano Mario Saint-Supery, aunque también con su cuota de responsabilidad y un Rubén Vicente que no jugó. Hay que cerrar el trabajo. El rival por el trono será Serbia, que superó en la otra semifinal a Alemania por 65-54.
Demasiado fluctuó el nivel de España, selección sobrada de talento, camino que había sido plácido hasta el penúltimo día de competición, pero Francia te exige altas dosis de solidez, contestar de esa manera. Partido tosco, duro, lo que fue por muchos momentos frente a Turquía en cuartos de final, multiplicado. Se repuso a un preocupante primer cuarto (14-5). Solo dos canastas de campo, ansiedad en aumento ante la falta de ideas y un laberinto de difícil salida. Impactante porque no se había visto a esta España en Nis, consecuencia de estar en un escenario grande; jugar una semifinal con Francia, el otro gran contendiente hacia el oro y muy exigido.
Encontró Javi Zamora un quinteto productivo, con ese trabajo de Folgueiras que tanto rédito dio en los cuartos de final; Mara y Langarita imponiéndose al músculo de los galos, con Illan Pietrus, medio malagueño, hijo de Florient. Metódica selección, sin la magia de los finalistas. España tuvo esos chispazos de calidad y fue capaz de tomar una iniciativa interesante al descanso (24-31). Segundo cuarto de 10-26 en diez minutos de gran mérito, completos y sin lunares, pero que solo servían si se prologaban en la segunda parte. Se había hecho lo más difícil.
Retorno a ese baloncesto que no convenía a las virtudes de España, aunque empezó a obtener beneficio de una zona 3-2 que por momentos ahogó a los franceses. Del 40-35, España se marchó al último cuarto con un 41-47, otra vida salvada gracias a buenas acciones de Langarita, crecieron Saint-Supéry y Folgueiras en esas labores de contener. No obstante, sin tener un control manifiesto. En otro momento de crisis, con el 49-51, emergió de nuevo la figura de Álvaro Folgueiras, de nuevo como catalizador, el que conectó al resto. El malagueño y un inspiradísimo Langarita dieron forma al triunfo, el canterano de Casademont Zaragoza, bautizado como el pequeño Juan Carlos Navarro, según el narrador de FIBA, esa forma de ejecutar se puede asemejar. Otra buena comparación merece Folgueiras, segunda lección en un campeonato donde ha ido creciendo.
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