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La gran aventura universitaria en la vertiente baloncestística de Francis Alonso tocó a su fin. Salvo que el comité de selección de la NCAA repesque a su equipo para March Madness en base a sus buenos resultados, no es sencillo pero no parece imposible, jugó su último partido con UNCG. Cabe también la posibilidad de que se le invite a algunos torneos alternativos que se celebran entre los equipos que no tuvieron el pase, como el NIT.
Cuatro años en Greensboro, más una temporada en el Prepschool en Cushing Academy, acabaron en la final de la Southern Conference. Su equipo soñó con repetir en la March Madness, a la que había billete si se ganaba, y dominó durante 35 minutos ante Wofford, catalogado como uno de los 20 mejores equipos del país. Acabó desfondado (58-70, dominaba 55-50 a falta de cinco minutos).
Alonso intentó liderar a su equipo. Sobremarcado y vigilado hasta con tres hombres en algún momento, metió 21 puntos. Sin buenos porcentajes, pero era la única manera de que su equipo se mantuviera vivo. Lo consiguió hasta muy cerca de la orilla, pero se impuso el mayor físico de Wofford. Como días atrás hizo Rubén Guerrero, pone fin a su carrera universitaria.
Alonso, convertido en leyenda de su universidad, acaba un lustro de formación deportiva y académica en Estados Unidos. Deja registros inexplorados por jugadores españoles en la NCAA. Es el máximo anotador nacional en la historia de la liga universitaria, con más de 2.000 puntos. Por allí pasaron en su día internacionales absolutos como Rodrigo de la Fuente, Iker Iturbe o, ahora, Sebas Sáiz. Sólo Kyle Hines (ahora en el CSKA) le supera en su universidad.
Visiblemente emocionado, Francis Alonso hacía balance en la sala de prensa tras el encuentro. "Ha sido una oportunidad para toda mi vida. Haber estado cuatro años aquí con compañeros de gran talento, con los entrenadores que he tenido ha sido una oportunidad para aprender y una experiencia que no voy a olvidar nunca. UNCG me ha dado vida, una oportunidad para crecer como jugador y como persona. Voy a estar agradecido por todo lo que han hecho por mí y nunca lo voy a olvidar", afirmaba Alonso.
En su última temporada, Alonso firmó sus mejores registros anotadores (17.1 puntos), que fueron in crescendo desde su primer año (13.1, 14.9 y 15.6 en los tres anteriores). Aumentaron los tiros y fue su peor temporada en el triple (36.7% por el 46.2% de la mejor). Promedió este año también 2.5 asistencias y 2.3 rebotes en 28 minutos por duelo. Ha jugado más de escolta de base, habrá que ver cuál es su evolución en el profesionalismo, aunque en el baloncesto moderno se difuminan las dos posiciones.
"Creo que tenemos un currículum increíble para obtener la invitación para ir al torneo de la NCAA. Mi equipo merece estar ahí. Esta conferencia merece más de un puesto. Estos tipos se han ganado el derecho para estar ahí por la manera en la que han jugado todo el año", decía Wes Miller, entrenador de Greensboro. Hay una plaza automática para el campeón, Wofford, y queda a criterio del comité de la NCAA otorgar las plazas restantes. La SoCon es una conferencia mid-major, segundo escalón de la Liga. Pero el gran récord de Greensboro esta temporada, cerca de las 30 victorias, el mejor de su historia, hace albergar opciones.
Llega ahora el momento del salto al profesionalismo. De momento, Alonso permanecerá en Estados Unidos hasta el final del curso universitario. Después, se abre el abanico. En este lustro desde que abandonó la cantera de Los Guindos, donde se había formado desde la EBG, no dejó de competir con la selección española, con la que fue campeona de Europa sub 20 en 2016. Después ha seguido en la órbita de Sergio Scariolo con alguna llamada para la experimental sub 22 y presencia en una prelista para las ventanas.
Cabe la posibilidad de haya una vez acaba la temporada algún entrenamiento con franquicias NBA. Alonso se ha labrado fama de gran tirados en la NCAA y ha aparecido muy arriba en los rankings de especialistas. No aparece en previsiones altas para salir en el draft en las páginas dedicadas a ello, este año puede ser elegido al acabar su periplo universitario. Ya meditó presentarse el año pasado. "Si hay alguna oferta allí, habría que estudiarla. Alcanzar la NBA sería un sueño y hay que aprovechar cualquier oportunidad que te surja, pero en este tipo de decisiones influyen muchas circunstancias: minutos, dinero, estilo de vida y otras cosas como la familia. Si recibo ofertas de la ACB o Estados Unidos, las estudiaré", decía el pasado verano, cuando trabajaba en el Carpena.
En Málaga se ha seguido con interés la evolución de Alonso, hijo de Paco, ex jugador y ex entrenador del Caja de Ronda y del Unicaja. Ahora es consejero de la entidad. Francis ha mostrado públicamente más de una vez su ilusión por regresar algún día al primer equipo del Unicaja. "Es uno de los objetivos que tengo en mi carrera, jugar en Málaga ante mi gente", decía también. Carlos Jiménez, director deportivo, estuvo el mes pasado para ver en acción en directo en Greensboro tanto a Alonso como a Guerrero en el duelo directo que tuvieron en temporada regular. El club hizo las gestiones en su día para tener derecho de tanteo por los dos si deciden volver a España. Y así será.
La experiencia de Alonso y Guerrero ha servido para familiarizarse en Málaga con el baloncesto universitario, hasta vino su universidad a entrenar y jugar en la provincia. También han abierto una vía para jugadores malagueños. Jesús Carralero el verano pasado o Gody Dike en el próximo, es muy posible también que algún miembro del equipo junior, emprendieron la aventura americana.
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