Francis Alonso y Rubén Guerrero, dos decisiones delicadas
Con los dos malagueños hay opciones de corte con el año que les queda de contrato
Ha habido partidos esta temporada en los que han jugado cinco jugadores de Los Guindos un partido del Unicaja, un motivo de orgullo para la cantera. Dos de ellos, Francis Alonso y Rubén Guerrero, que han seguido una carrera similar. Al acabar su etapa junior se marcharon a Estados Unidos, cinco y seis años, respectivamente. Al acabar su ciclo universitario, regresó a Málaga tras un prolongado máster. Acaba ahora el primer tramo de contrato que firmaron. El club tiene cláusula de corte. Nzosa aparte, son, con diferencia, los jugadores que menos cobran de la plantilla.
Una de las decisiones que tienen que tomar los encargados de la confección de la plantilla es decidir si acometer una renovación, esperar al año que viene o cortarlos. Desprenderse de dos jugadores en los que se ha invertido tiempo y dinero, que son económicos y de la casa, debutaron con la selección española y se acercan a su madurez, es una decisión bastante delicada.
Juzgar a jugadores una temporada con tantos condicionantes como esta, con la deriva que tomó, es complicado. Puede llevar a tomar decisiones erróneas. Parece una temeridad desprenderse de un jugador como Francis Alonso, que durante media temporada rebasó todas las expectativas. Así y todo, ha acabado la temporada con porcentajes de 86% en libres, 52% en tiros dos y 43% en triples. Con Katsikaris su minutaje e importancia se redujo drásticamente, aunque en los últimos partidos volvió a jugar más. Un tirador de su calibre, por más que tenga campos de mejora, sobre todo defensivamente, con el plus de ser cupo y de la casa, tiene mucho valor. Y no hay que olvidar que ha sido su primera temporada completa como profesional. Es cierto que la estructura de plantilla, con Jaime Fernández y Darío Brizuela también, es debatible.
Rubén Guerrero ha tenido que asumir un rol mayor que el de tercer pívot para el que estaba designado tras Thompson y Gerun. Quizá quien mejor explicó el proceso fue Sergio Scariolo en estas páginas. "Es como un ejemplo un poco exagerado. Estoy en un avión y a los dos pilotos les da un yuyu y me toca pilotar a mí porque estoy en primera fila. Rubén tiene que trabajar para ser un segundo cinco de alto nivel. Pero llegará. Que de repente la valoración tenga que ser negativa porque deba ser el primero o el segundo... Falla algo en la lógica", razonaba el seleccionador. Un jugador nacional, de 25 años, de 2.13 y esas condiciones físicas es especie reservada. Es verdad que se ha parecido detener su evolución y que el nivel de enero y febrero, antes del confinamiento, no lo ha tenido con continuidad. Antes de los cambios estructurales, su renovación estaba pactada. Ahora, en el aire. Suárez, Abromaitis y Nzosa tienen contrato garantizado de los interiores.
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