Galatasaray-Unicaja: Kriptonita turca (72-67)

El Unicaja se ve superado por el Galatasaray, que volvió a meter al equipo malagueño en su ritmo, y ahora habrá que rematar el pase a los cuartos de final en las próximas semanas

Carter lanza a canasta.
Carter lanza a canasta. / BCL

La kriptonita turca ha quitado energía esta semana al Unicaja. El equipo malagueño hincó la rodilla en la cancha del Galatasaray y aún tendrá que masticar bastante la clasificación para los cuartos de final de la BCL (72-67). Ya se sacó raspando el partido del martes en el Carpena y no llegó para ganar en el Sinan Erdem de Estambul. No fue un clásico infierno turco en las gradas, pero sí un partido muy incómodo. Andreas Pistiolis, con su futuro en al aire, ha hurgado en las debilidades del Unicaja y ello, unido al estado propio, lejos de ser óptimo, ha propiciado que se vean en 48 horas las peores versiones del Unicaja en la temporada. Hay que dar crédito al equipo turco, favorito claro a la Final Four a principio de temporada. Ha usado las armas y se ha jugado en este doble duelo más tiempo a lo que ellos pretendían. Una victoria por cinco puntos para cada equipo que deja el average particular igualado, un escenario no descartable que haya que recurrir a él. La victoria le quitaba algo de dramatismo y tensión a los dos últimos del grupo. Se puede ver por los dos lados. También obligará a mantener la concentración en Europa, aunque exija un esfuerzo físico.

Los hombres de Ibon Navarro ha dado lógicos síntomas de saturación, son muchas emociones, esfuerzos, también desconexiones, en las últimas semanas. Ha habido un bajón esperable en el juego y es una derrota que impide celebrar el pase al Top 8, al contrario, va a ser arduo. No se puede fallar ante el Limoges y habrá que cerrar en Atenas, con la calculadora en la mano en función de lo que ocurra en la pista griega entre el AEK y el Galatasaray. El partido fue pobre en términos de calidad del Unicaja, pero siempre competitivo, es algo en lo que no se traiciona. El primer y último cuarto fueron especialmente dañinos. Amenazó con romper el Galatasaray, aguantó el Unicaja, al final del primer tiempo (41-37) peleaba, mejoró en la segunda mitad. Hubo varios momentos claves. Con +6, un triple sobre la bocina de McGee tras una gran defensa. Ni comenzó a buen nivel ni acabó decentemente. Enlazó seis minutos sin anotar en el cuarto final el cuadro malagueño, metido en un ritmo anárquico de los turcos, otra vez con constantes defensas zonales que el Unicaja no leyó bien. Mucho bote y poco pase en esos momentos. También dificultad para encontrar posiciones de poste bajo para que los pívots produjeran. Hay que reconocer el esfuerzo de Kravish y Osetkowski después de un virus que les ha dejado tocado. Evidenciaron que no estaban a buen nivel físico. Con -2 a falta de dos minutos, al californiano le quitaron un rebote de las manos que parecía claro. Momentos, detalles.

No se puede convertir la BCL en una obsesión. El viento a favor de la Copa, el hecho de que la Final Four sería en Málaga de clasificarse y las ganas de levantar un título en el Carpena no deben sacar del carril a un equipo que ha sobrepasado las mejores expectativas. Vienen semanas exigentes, las piernas pesan y mentalmente el equipo no está tan fresco. Nada irreparable, al contrario. Un motivo más para seguir haciendo historia.

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