Galatasaray-Unicaja: Segundo asalto potente (18:00)
Los malagueños estarán clasificados para cuartos de final si asaltan el Sinan Erdem Arena, mientras que los turcos se juegan sobrevivir en la competición
Mejorar las prestaciones del Carpena, el camino hacia el pleno
Osetkowski y Kravish son duda
Una lección para el futuro
No dejó el Unicaja buenas sensaciones el pasado martes, quitando esos minutos inmensos de Brizuela y algún que otro chispazo. Es la lectura constructiva con la que se afronta el segundo partido de la serie (como si de play off se tratase) ante este desordenado Galatasaray, incómodo por no saber qué te vas a encontrar. A poco que los de Ibon Navarro sí encuentren ese tono en el Sinan Erdem Arena esta tarde (18:00), debería verse algo muy distinto a lo del Carpena. El retrogusto fue agradable por cómo se resolvió ese triunfo local, pero el Galata supo hacer pupa al campeón de Copa, con individualidades que pueden hacer daño en un breve espacio, plantilla que estaba confeccionada en verano para pelear esta BCL; ahora obligados a ganar a los malagueños para seguir con vida, sin margen de error en lo que resta de fase. Ese factor de ansiedad que debería aprovechar un Unicaja, que pese a estar lejos del nivel habitual, llega muy lanzado.
Estará el Unicaja clasificado si es capaz de ganar en Estambul. No hay más cuentas. Sería terminar la primera parte de los deberes, mantener la imbatibilidad y que ese runrún con la BCL en Málaga siga aumentando, el gran objetivo archiconocido del club en la segunda mitad de temporada, prácticamente visto como una obsesión. Antes hay que sellar el pase para los cuartos de final y bregar con el AEK de Atenas el liderato de grupo, indispensable y prioritario por cómo de llano sería el camino hasta una Final Four, pero todo eso queda lejos aún.
La expedición cajista, sin tiempo para estirar las piernas, llegó a tierras turcas ayer a última hora de la tarde. Lo que más preocupa es el estado de Osetkowski, ausente en el Palacio por un virus gastrointestinal, al igual que Kravish, quien vuelve a Estambul, el último capítulo de su carrera antes de llegar a Málaga. Quiso ayudar el pívot en el primer partido de la serie pese a no estar en condiciones, de los mejores pese a estar justo de fuerzas. Bendita joya la que firmó el Unicaja en verano. A la espera de que algunos jugadores mejoren sus prestaciones, demasiado dependientes los verdes al estallido de Brizuela, también de Perry. Va contra la naturaleza de este equipo, de ahí que exista esa sensación de que todo depende de ver un buen nivel del conjunto malagueño.
Justificó el Galatasaray en el Carpena el porqué es uno de los gallos de la competición. Sin ser el grupo más cohesionado, pero con esa pizca de talento que no tienen otros. Dejó buenas sensaciones por momentos, aunque le faltó ver la sangre cuando el Unicaja estaba en su punto más titubeante. Se marcharon al menos de Málaga siendo el equipo que más había batallado este curso en BCL, al margen ese traspié cascarilla con el Dinamo de Sassari. Caloiaro tuvo momentos de dominio, poco acompañado, pero cuentan con jugadores con mucha dinamita en las manos: McGee, Russell y Ennis; un trío que no estuvo inspirado en el Palacio. Un segundo asalto más tenso aún, del que pocas referencias se pueden extraer del primero. Difícilmente se pueda ver a un Unicaja peor.
El escenario es inmejorable. Un Sinan Erdem Arena que es enorme, el tercero con mayor aforo de Europa (16.000 espectadores) y moderno; era el favorito a acoger la Final Four de la BCL, hasta que apareció la opción de Málaga, apalabrada, pero que depende de la presencia del Unicaja.
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