Gran Canaria - Unicaja: Brussino y más lecciones (88-70)

El Unicaja se rinde ante una exhibición de época del argentino (35 puntos y 49 de valoración) y acaba con una derrota amplia después de que echaran a Ibon Navarro

Siete puntos: era la renta de la ida, por lo que se pierde el average de los canarios

Las fotos del Gran Canaria-Unicaja
Alberto Díaz intenta marcharse de Albicy. / Acb Photo

El Unicaja encajó en Gran Canaria la derrota más dura de la temporada (88-70). Estaba plenamente en partido a falta de seis minutos para el final, a tres puntos de distancia, pero un estratosférico Nico Brussino (35 puntos y 49 de valoración), una serie de decisiones arbitrales polémicas (y alguna actitud chulesca) que el equipo malagueño no digirió bien y un agujero negro en el que se metió para no anotar hasta el final derivó en una derrota dura que le hizo perder el average y que los canarios y el Joventut se coloquen a un triunfo. Era posible caer en las islas, pero no de esta forma. Durante 35 minutos hubo opciones serias de ganar a otro de los equipos más en forma de la competición, distando de la mejor versión malagueña, que salvo en un tramo del segundo cuarto fue a siempre remolque. El Gran Canaria estuvo iluminado y metió varias canastas ciertamente improbables. Pero forma parte del juego asumir que habrá rivales en estado de gracia. Un feo final para un buen partido de baloncesto. El Unicaja está en el camino correcto, pero obviamente tiene que mejorar muchas cosas. Entre ellas la gestión de las decisiones arbitrales adversas.

Era un partido de rompe y rasga, como podía preverse antes de jugar en la pista canaria. El equipo local empezó gobernando el duelo de la mano de Andrew Albicy, pupilo de Ibon Navarro, en la creación y Brussino en la ejecución. Ibon Navarro apostaba por juntar a Carter y Kalinoski de salida junto a Perry. No estaba cómodo el equipo malagueño, pero con su proverbial capacidad para agarrarse a los partidos se encontraba en partido plenamente al final del primer cuarto.

La salida de Djedovic a pista cambió totalmente el viento del partido. También la marcha de Albicy y la salida de Bassas. El Unicaja subió el nivel defensivo, mordiendo atrás y alcanzando el ritmo que más le conviene. Tuvo groggy al Gran Canaria durante unos minutos, le endosó un parcial de 0-9 (19-25), pero no asestó un golpe que podía haber roto el duelo. Tuvo cuatro ataques consecutivos para aumentar la renta, pero no los jugó bien. No fueron buenos tiros. La frontera entre jugar rápido y la precipitación a veces es muy fina y el Unicaja la atravesó en algunos ataques. Había conseguido colapsar la ofensiva canaria, causaba pérdidas y corría, pero no ejecutaba con precisión. Perdió una buena oportunidad ahí y el Gran Canaria regresaba con Albicy en pista al mando. Tras varios cambios de liderato en el partido, los insulares se iban por delante (40-37). Los triples no entraban con continuidad para los dos equipos, por debajo del 30%.

Se había resguardado en la primera mitad Ibon Navarro a Will Thomas, que salía de inicio en la segunda. Pero volvió a salir más concentrado el equipo amarillo. Con Khalifa Diop haciendo daño en las continuaciones y con los canarios siendo más duros en los dos lados de la pista. Mandaban 48-39 con el Unicaja algo noquedo y con riesgo de ruptura. Ibon había pedido un tiempo muerto, pero lo canceló tras una lucha. Y su equipo encontraba algo de aire con Darío Brizuela, que igualaba el partido (57-57) tras meter 12 puntos en un tercer cuarto en el castigaba la defensa de Benite, pero dos canastas inverosímiles de Ferran Bassas y Slaughter en los últimos 15 segundos, sobre el final de una posesión y sobre el bocinazo del cuarto, dejaban la ventaja en manos de los canarios (62-58).

En el inicio del cuarto final Darío Brizuela, el jugador más enchufado, se torcía el tobillo en una defensa. Osetkowski fallaba un triple para poner por delante al Unicaja y el parcial de respuesta era cinco puntos de Brussino, demoledor durante todo el encuentro, acabando un triple en carrera desde casi ocho metros (7/7 en tiros de campo para 20 puntos en ese momento). Con 67-60 las luces se habían encendido y llegaba el tiempo muerto de Navarro a falta de siete minutos. Tras él, un desesperante dos más uno de Brussino y otro triple del argentino hundían la moral (73-64), pero Alberto no dejaba de creer. Triple, robo y asistencia a Will Thomas para un dos más uno de fe.

El partido estaba en su cima a falta de cinco minutos cuando Padrós y Caballero intervinieron con dos técnicas para echar a Ibon Navarro por protestar más otra a Alberto Díaz por simular en la misma jugada concediendo un triple a Slaughter después de castigar al pelirrojo por chocar con Diop en el bloqueo. Varias decisiones polémicas encadenadas y el partido se puso imposible. Más allá de la falta de tino de los árbitros, es algo que también debe aprender a gestionar mejor el equipo malagueño, las decisiones de los colegiados, que será adversas no pocas veces. Y habrá actitudes chulescas de los jueces y habrá que tragar porque ellos tienen la potestad de voltear un partido. Le pasó en el partido del Palau previamente, se descompuso. Los partidos candentes de la temporada se van a decidir por detalles mínimos y no se puede implosionar en estos momentos. Brussino hizo trizas el partido (87-70) y se perdió el average pero se deben aprender varias lecciones de una derrota bastante dura por la forma y por la distancia, que no refleja el hueco que existe entre los dos equipos, pero que escuece. Último sprint antes de la Copa con sangre en el ojo tras recibir un severo correctivo en Las Palmas.

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