Ahora sí, empieza el baile (20:30)

Horario y previa del Joventut-Unicaja

El Unicaja viajó, 48 horas más tarde, para jugar ante el Joventut en el estreno de la Liga Endesa 2020/21

El equipo se ejercitó ayer y el factor mental para sobreponerse a estas situaciones gana peso

Las fotos del viaje del Unicaja a Badalona
Deon Thompson, a la salida del equipo hacia Barcelona. / Marilú Báez

Tras una tribulación y un cambio de día de partido in extremis al que hay que acostumbrarse, porque no será el último en estos tiempos convulsos, con los test, los protocolos covid y la pandemia, parece que sí, que este lunes arranca la temporada oficial del Unicaja, dos meses y medio después de que acabara la fase final de la ACB en Valencia, donde el equipo dejó un aire agridulce. Jugó bien, tuvo empaque y tuvo el pase a las semifinales de manera virtual, pero se le fue el control y acabó hincando la rodilla ante el campéon posterior, el Baskonia. Después llegó un verano con sólo un fichaje más el regreso de Francis Alonso y la consolidación de Yannick Nzosa.

Será en Badalona, donde jugó justamente el último partido 'normal' antes del estado de alarma, donde el Unicaja se reencuentre con el baloncesto oficial. Será una temporada extraña, marcada por unas circunstancias excepcionales, en la que el factor mental tendrá mucho peso. Abstraerse a una competición sin público (dicen los jugadores que al segundo partido ya se olvida), a cambios de partidos, con planificaciones que se deberán improvisar también tendrá peso junto al inevitable factor físico. Más allá de que quien pueda contagiarse con el virus (la Eurocup ya recoge supuestos de partidos con sólo ocho jugadores) quedaría afectado, habrá compresión de partidos y sobrecarga.

La pretemporada no dejó las mejores sensaciones ni resultados, pero ya queda sólo como anécdota. Técnico y jugadores aseguran que se han centrado en trabajar lo propio sin mirar más allá. Empieza a medirse todo desde hoy. Y, en la coyuntura actual, cualquier partido cuenta porque no se sabe cuál será el último, cuando pueden virar los formatos de las competiciones por las circunstancias extraordinarias. Y se piensa, por ejemplo, en el corte de la Copa del Rey.

Enfrente estará el Joventut de Badalona, que ha conformado un proyecto muy atractivo, fundiendo los jóvenes de la nueva generación (Zagars, Dimitrijevic, López-Arostegui, Parra, Birgander...) más la repatriación de un campeón del mundo como Pau Ribas y Ferran Bassas con la guinda de un Ante Tomic que privilegió quedarse en Barcelona tras dejar el club azulgrana. También recupera al lesionado Dawson, está el interesante Conor Morgan, también un Brodzyanski que estuvo en el radar del Unicaja y por el que se pagó traspaso al Obradoiro. No hay mejor cantera en España que la de la Penya, ahora con una situación económica más holgada tras la inversión de Grifols, una de las empresas más ricas del país.

Es el Joventut uno de los representantes de la pujante clase media de la Liga Endesa, en la que ya casi se ve engullido el Unicaja, cada vez más distanciado de los grandes económicamente aunque con el pedigrí todavía de ser un grande del baloncesto español. Hay que alimentarlo con resultados y, aunque es la Eurocup la competición con el premio más suculento, es la Liga la competición de todas las semanas y no deja de ser la mejor liga doméstica de Europa. Y también es la manera de engrasarse, porque cada semana es un partido de alta dificultad. La competición pone en su sitio al Unicaja desde esta noche en el Palau Olimpic.

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