Ibon Navarro eleva la exigencia

Su tono tras ganar a Le Mans, dentro de hacer autocrítica, es un mensaje contundente y directo a la plantilla; talante único desde que llegó a Málaga

Esto dijo Ibon Navarro

El Carpena suma otro récord

Ibon Navarro, ante Le Mans / Javier Albiñana
Jorge Cabrera

25 de octubre 2023 - 17:20

Ha sorprendido en exceso la rueda de prensa de Ibon Navarro tras ganar a Le Mans, lo más reseñable de un partido que adquirió picante con las valoraciones del entrenador del Unicaja. En un tono irascible, aunque comedido, reconocía el enfado consigo mismo por cómo se había preparado el partido ante los galos, decisión de no entrenar el lunes, tras volver de Vitoria, consensuada con el resto del cuerpo técnico, que tuvo un efecto contraproducente. Y lo plasmó Ibon Navarro con un semblante nunca antes visto en Málaga, y eso que ha tenido contextos infinitamente más negativos para estallar. Opuesto a ese mensaje de paz y tranquilidad cuando el Unicaja encadenó tres derrotas seguidas. Parece que hace siglos, pero hay que irse tan solo dos semanas atrás. Visiblemente enfadado por la imagen, pobre, del conjunto cajista, pero un dardo a la plantilla en el que se pretender aumentar las exigencias, porque las prestaciones del Unicaja fueron bajas en concentración e intensidad, y ya pasó en Zaragoza o Gran Canaria, con desconexiones que fueron más penetrantes que en BCL. En esas derrotas, la exposición del técnico vitoriano fue opuesta.

No es casualidad que se dé en una situación del Unicaja con cuatro victorias consecutivas, en una onda favorable, pese a las bajas prestaciones ante Le Mans, y ese ligero bache de comienzos de octubre que queda atrás. Quiere tener Ibon Navarro enchufado a un vestuario sin grietas, aunque esos manifiestos públicos pueden llegar a tener su peligro, grupo que asume esa responsabilidad, como decía Kravish en zona mixta; de asumir que no se estuvo al nivel, y apreciar esa autocrítica en el primer nivel es difícil contemplar. Habrá que ver qué efectos tiene ese toque ante los medios, pero desde luego que ha sido una sorpresa en el entorno del Unicaja, porque el propio entrenador había seguido una línea antagónica. ¿Algo sobreactuado? Es una forma de afilar el colmillo de los jugadores, también hay recursos en ese manual a la hora de dirigir los mensajes, como cualquier entrenador de élite, porque se cayó en la complacencia ante Le Mans, y quizá ante un rival de mayor enjundia se habría pagado caro; victoria que nunca estuvo en peligro pese a ese nivel de concentración "ínfimo". Ensayo-error y se seguirá otra línea a la hora de preparar un partido de BCL con poco margen.

Adquiere un aliciente el partido de este sábado ante el Breogán, el segundo de los cuatro compromisos seguidos que se resolverán en el Carpena. Ver cómo será la respuesta del Unicaja en esos intangibles, que hasta ahora eran innegociables, y ya se han visto esta temporada al menos dos veces. Antes se tuvo esa mano izquierda porque cualquier pulso habría supuesto echar más gasolina. Ahora, apoyado en los buenos resultados, nadie se libró. Decía a comienzos de curso que hay que buscar nuevas formas de incentivar al jugador, buscar nuevos canales para que ese mensaje llegue. Esta vez ha sido a través de la vía pública, también hubo reprimenda en un vestuario que es una esponja. Siempre ha habido respuestas ante una situación desagradable, no como esta, porque es una nueva cara de Ibon Navarro.

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