Ibon Navarro tenía un plan
Ha cautivado por su papel como gestor, y demostrando una riqueza en la pizarra que rompe con el estereotipo del baloncesto actual, tan mecánico
Una semana que le catapulta a la primera fila de entrenadores, en un estatus máximo
Esta es la Copa de Ibon Navarro
Lo que ha logrado este Unicaja en la Copa trasciende más allá del baloncesto, por cómo ha enganchado el equipo, la forma de transmitir emociones y demostrando que a partir del trabajo, con un carácter competitivo inquebrantable, se pueden romper todas las barreras de todo tipo. Resultaba utópico pensar el pasado martes, ni el más osado, que el conjunto malagueño podía destrozar esta Copa y de la manera que se ha logrado, al margen de dejar en la cuneta a Madrid y Barça, algo inédito, es el cómo: siendo un equipo de una sola identidad, ya se avisaba antes del torneo da igual el rival. A base de pelotas, autoestima y sobre todo táctica, en esto último entra el papel de Ibon Navarro, sí, tenía un plan el vitoriano en esta Copa, que le debe lanzar sí o sí al estrellato, ya era respetado y adorado en Málaga, pero ahora también fuera porque es su Unicaja, un equipo de autor; muy parecido a cómo se empezó a ver a Alberto Díaz a nivel nacional tras el Eurobasket, ahora es el turno del vasco dar el siguiente paso, por muchas razones.
Primero porque ha demostrado que la pizarra tiene mucha cabida en el baloncesto actual, en un deporte tan estudiado, formado y mecánico, también el llevarlo a la práctica. "Todo el mundo puede pintar jugadas con imanes, luego debes tener jugadores que lo hagan", bromeaba Navarro. Ante el Barça fue su obra perfecta, su primera gran noche de verdad como entrenador del Unicaja, tenía un plan, por muy novelero que suene. Lo lideró Will Thomas y una exhibición desde el poste ya inolvidable, con su pachorra habitual, lento en los movimientos, pero un talento privilegiado para jugar a esto, se puso a repartir caramelos a sus compañeros ante un Vesely, no un cualquiera, fuera de sí. Cuántas anotaron Kalinoski o Perry cortando a canasta, cosa de la pizarra. También con una zona inédita esta temporada, tendrá algo de influencia un tal Sergio Scariolo, uno de los maestros de Ibon, y que también se sacó ese recurso de la zona en aquel partido de La Fonteta en el 2004.
Pero tenía Ibon Navarro otro regalo guardado frente al Real Madrid, mayor exhibición que el partido de cuartos de final. Se vio a un equipo muy suelto, dominando como nadie lo había hecho ante los blancos en la última década en la Copa. Sin sufrir y mostrando una madurez de campeón, también tuvo sus efectos un plan de partido donde salieron hasta los matices mínimos, centrado en frenar a un Tavares empequeñecido. Decidió el Unicaja atacar al caboverdiano, con Kravish y Osetkowski, vaya Copa de ambos, y se sacó rédito en la mayoría de acciones. Dirección impecable y una conexión con sus jugadores que hace que se le pudiese ganar en el rebote a los blancos, a base de dejarlo todo y bemoles. Luego el talento sale por inercia. Se veía a un Unicaja disfrutón, con un temple de tener muy controlada la situación, ni siquiera el Madrid pudo entrar al final. No hay muchos que puedan presumir de que este tipo de equipos claudique, y el Unicaja lo hizo, lección que se aprendió de días como Gran Canaria o precisamente en Badalona hace unos meses.
Con una rotación derrengada, la lengua fuera en varios efectivos, el Unicaja también encontró frescura en la final. Dejarlo todo y a partir de ahí que la inercia positiva de los primeros días de torneo, la gasolina para ganar también a Lenovo Tenerife en otro ejemplo de competitividad y optimizar todos tus recursos.
Es su semana, y se lo merece más que nadie por cómo de farragoso ha sido el camino. Scariolo, Perasovic, Ivanovic o Spahija han sido algunos de sus maestros. Casi una década a sus espaldas como entrenador jefe, ya está en la primera línea de los banquillos, pero esto solo es el punto de partida. Su trabajo en Málaga solo acaba de arrancar, ahora hay que seguir poniendo bases para que el Unicaja tenga una posición estable en ese lugar, pero lo de Badalona refrenda que es el camino ideal. Inevitablemente entra en la lista de grandes técnicos que han pasado por Los Guindos, qué cosas tiene el baloncesto y quién se lo habría imaginado en mayo. Ibon Navarro I de Málaga. Su plan salió a la perfección, y ya tiene su primer gran título como entrenador.
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