Jonathan Barreiro: Un fichaje “estratégico” y una duda razonable
El Unicaja consuma su llegada hasta 2024 en una operación inesperada y que se impulsó en los últimos días
Hay 11 jugadores con contrato en vigor ahora mismo en la plantilla, pero pueden salir varios aún
El equilibrio de la plantilla de fondo
Justo tres meses después de que Eduardo García dimitiera como presidente del Unicaja, después de 90 días en los que la principal decisión tomada, aparte de renovar a Fotis Katsikaris y de un nombramiento de un presidente interino, Sergio Corral, había sido el cambio desde la esfera Euroliga/Eurocup al universo FIBA/BCL, entendido colectivamente como un paso atrás, el club malagueño mandó un mensaje potente con la oficialización del fichaje de Jonathan Barreiro hasta 2024. Un esfuerzo importante del jugador, que meses atrás cambió su empresa de representación (de Romaior a Octagon), permitió equilibrar la operación económicamente, con el pago de esos 150.000 euros de cláusula de rescisión al Casademont Zaragoza. Mañana el importe subía 100.000 euros más.
Es una operación la del fichaje de Barreiro (Cerceda, 1997), ala-pívot internacional de 2.03 metros, que se larvó tiempo atrás y estuvo a punto de ejecutarse en el verano de 2020. No sucedió así, pero quedaron los puentes tendidos. Varias circunstancias concurrieron para que desde el fin de semana se acelerara la operación. Se confirmó el viernes que el Casademont Zaragoza no competiría la próxima campaña en la Basketball Champions League, nuevo territorio cajista. Esta temporada acabó tercero, con Luis Casimiro en el tramo final. Ya había cierto desgaste y, tras cinco años en Zaragoza, el jugador buscaba un paso más para crecer. Había llegado desde la cantera del Real Madrid, donde jugó con Luka Doncic dominando Europa, y maduró a orillas del Ebro para subir en el escalafón. Fotis Katsikaris veía con muy buenos ojos el fichaje. Estaba el límite temporal del 30 de junio que elevaba la cláusula. Y equipos de Euroliga o poderoso de Eurocup (en Valencia se había hablado de su fichaje desde hacía meses) no acometieron el paso definitivo para ficharle. Y la operación acabó cuadrando pese a que el mensaje desde dentro del club desde meses atrás era que se iba hacia una línea mucho más austera y había pasada la época de pagar traspasos y contratos altos. Así lo parecían corroborar las no llegadas de Darius Thompson y Artem Pustovyi, por los que se presentaron ofertas modestas. Con las cuentas ahora más fiscalizadas por la Fundación, hubo luz verde.
Y es porque Barreiro se consideraba un fichaje “estratégico”, por más que parezca desconcertante con el contexto de aparente recesión económica y en expectativas. En la línea de antes Suárez, más tarde Jaime y Brizuela y la alternativa de los canteranos (Alberto, Alonso y Guerrero, más Pablo Sánchez como satélite), se vio la opción de potenciar e incrementar el núcleo nacional. Siete jugadores, la idea con Sánchez es que esté a tiempo completo como jugador número 13 del equipo. Sin olvidar a Nzosa, otro canterano y potencial español a medio plazo.
Barreiro es un tres que ha evolucionado a cuatro, el proceso que siguió en su día Carlos Suárez aunque años antes en su carrera, seguramente propiciado por la evolución del baloncesto. Jugador visto desde niño como claro proyecto de élite de baloncesto español, ha ido quemando etapas. Y entiende como un salto en su carrera el viaje de Zaragoza a Málaga.
La llegada de Barreiro es un fichaje potencialmente muy bueno, pero plantea algunas dudas en la configuración de la plantilla de la próxima temporada. La coexistencia de Suárez y el gallego es una incógnita, en función de cómo sea la estructura definitiva. Características similares, como ha sucedido con el puesto de escolta, con Jaime Fernández, Darío Brizuela y Francis Alonso. Virtudes y defectos. Barreiro puede ser un tres de partida, ya se marchó Waczynski y queda Bouteille ahí, pero tiende al puesto de ala-pívot. El francés y Abromaitis son jugadores con contrato, aunque su continuidad no es segura. Pagar a al norteamericano para que se vaya y fiche por un rival directísimo como el Lenovo Tenerife no es una operación ejemplar. No ha llegado ninguna proposición real tampoco por Bouteille. Tienen libertad para buscarse destino, pero comienza ahora una partida más larga.
Con Francis Alonso y Rubén Guerrero no se ejerció la cláusula de corte que había, por lo que también continuarán. Mensaje incluido en la nota de prensa del club. Hay 11 jugadores con contrato (Díaz, Brizuela, Fernández, Alonso, Sánchez, Bouteille, Barreiro, Abromaitis, Suárez, Nzosa y Guerrero). Faltarían dos fichajes, un interior y un exterior. Pero hay muchas papeletas para que el verano de mercado sea más largo, con salida de jugadores o reubicación de roles. Porque, básicamente, es complicado equilibrar todas las deficiencias estructurales que había en la plantilla del año pasado con sólo dos jugadores más. El fichaje de Barreiro ayuda y es una grata noticia, pero la acumulación de buenos jugadores no garantiza un equilibrio para competir con garantías. El primer paso en el mercado ha sido firme, pero debe ser acompañado con más movimientos para inflar las expectativas y el potencial.
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