Visto y Oído
Emperatriz
Katsikaris tras el Monbus Obradoiro - Unicaja Baloncesto
Que a Fotis Katsikaris no le había gustado el inicio de su equipo en la pista del Obradoiro quedó claro desde el principio con esa monumental bronca que echó a sus jugadores. Después de la victoria in extremis atendió a los medios de comunicación para hacer su valoración. Ni el canastón sobre la bocina de Brizuela cambió el gesto al entrenador del Unicaja. Su enfado era evidente.
“Hemos salido al partido muy mal. No me gustó nada el primer cuarto, la energía, la concentración… Estábamos detrás de ellos en todo momento, atrás y delante, sobre todo atrás. No hemos usado las faltas, ni hemos defendido, entonces metieron casi 30 puntos con mucha comodidad. Y nosotros mirándonos unos a otros. Son cosas que a mí la verdad es que no me gustan, no me gustan, de verdad", comenzó su alegato después del partido en Santiago de Compostela.
El entrenador griego hablaba con palabras pero también con el cuerpo. Los gestos, las pausas, las respiraciones... Quiere enderezar de verdad a este Unicaja y no quiere permitir que en la cancha se vea justo lo que se trata de corregir en el día a día: "Son cosas que estamos trabajando, cosas que estamos hablando mucho. Individualmente y como grupo. Y lo hemos hablado todos, estamos de acuerdo en que tenemos once finales hasta que acabe la liga regular".
Katsikaris, ahora que el equipo se ha reforzado, no quiere excusas sino todo lo contrario, abnegada entrega hasta el límite de las fuerzas: "Entonces cuando llegamos a finales será una preparación mental, una concentración altísima, una energía altísima porque tenemos doce jugadores ya. Entonces todo el que esté en la pista tiene que dar el máximo porque si no vamos a tener problemas. La reacción del segundo cuarto ha sido mejor".
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