Kendrick Perry, MVP marca registrada
El de Florida fue clave para el título y, tras ser elegido en el quinteto ideal de la competición, remacha con una actuación estelar que le vale ser elegido mejor jugador
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La crónica: Un Unicaja de culto
Kendrick Dennard Perry (Florida, 1992) es el líder espiritual de este Unicaja. El jugador más menudo, el jugador, con permiso de Alberto, más querido. Sus carismáticas rastas, su liderazgo natural, su juego explosivo.... Muchas cosas en la coctelera. Es el MVP del torneo, de esta Basketball Champions League. En un bloque como el Unicaja es muy complicado elegir por la coralidad del ambiente. Sus 17 puntos en momentos claves del partido, con apariciones estelares en el segundo y el último cuarto, le valieron el galardón en la votación. Acompañado de su esposa en este viaje, se tiraba sobre el suelo led del Belgrado Arena para celebrar el triunfo en los papelillos.
Chascarrillos y frases hechas dejará Perry, como Job is not finished o el Certified in person. El trabajo no está acabado, aplicable a la actualidad porque la ACB está por delante ante una oportunidad que se ha fabricado, y marca registrada, la suya en particular, la que se ha fabricado entrando en los corazones de los malagueños.
“Tranquilo, la va a partir”, decía el director deportivo del Unicaja, Juanma Rodríguez, en conversaciones informales en el Crowne Plaza cuando se le cuestionaba por el momento del montenegrino de pasaporte. Y tenía razón Rodríguez, la ha partido ese chico de Florida que se crió jugando al lado de dos estrellas de Euroliga, Shane Larkin y Scottie Wilbekin, que antes de la pasada Copa del Rey describían al jugador. “KP es una persona especial, tiene un corazón enorme”, coinciden ambos.
Hay detalles que no trascienden más allá del seno de un vestuario, pero que a veces definen bien a la persona. En su primera temporada en Málaga, Perry se interesó por la festividad de los Reyes Magos. Cuando le explicaron, entró en el vestuario y pidió 200 euros a cada compañero para comprar regalos para niños de familias pobres. Igualmente, con las entradas para cada partido que cada jugador dispone, alguna vez que no las tenía reservadas las ha devuelto al club para que fueran repartidas a algún colectivo desfavorecido. Y más detalles que no trascienden. Es el tipo de persona que Larkin y Wilbekin conocen desde hace dos décadas.
“Lo que más destacaría de Kendrick es lo bueno y simpático que es. A todo el mundo que conozco y que lo conoce habla bien de él y lo adora. Es de las cosas más positivas que puedes decir de una persona. Siempre está pensando cómo ayudar, hace muchas cosas para la comunidad. Es una gran persona, no encontrarás a alguien que te diga que no lo es”, sentencia Wilbekin sobre su compañero desde niño.
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