Unicaja

Lenovo Tenerife - Unicaja: Esta vez fue cruz (87-86)

Kalinoski, en acción.

Kalinoski, en acción. / ACB Photo / E. Cobos

Las caras de los jugadores del Unicaja al acabar el partido son una excelente señal después de caer (87-86) en un tremendo choque en el Santiago Martín, reedición de la final de Belgrado apenas 72 horas después. Rabia y frustración porque se escapa un duelo que hace perder el liderato. Se daba por descontado que se acusaría el cansancio y los fastos. Después de un primer cuarto deficiente, el Unicaja reaccionó y jugó un partido a cara de perro. Mandó algún tramo, el rival reaccionó y volvió el equipo de Ibon Navarro para fabricarse una oportunidad de ganar el partido, pero los dos triples de un Kalinoski que estaba en racha (cuatro metió antes), el último a un segundo del final, no entraron. Y se marchó un triunfo que podía haber sido perfectamente malagueño. Es sólo la cuarta derrota en 2024, para dimensionar lo que está consiguiendo este equipo. Un número fisiológico. Se cierra un paréntesis y se abre otra racha.

Aunque un elegante pasillo del equipo canario y la afición lagunera aplaudió al Unicaja, quedaban los rescoldos de esa final de la BCL demasiado reciente y las declaraciones también de los máximos responsables del club canario atacando el baloncesto que practican los de Ibon Navarro. Muy antiguo, nada que no haya pasado antes. En cierta forma, que dos equipos así se vean finales, peleen por títulos y se genere una rivalidad es una excelente noticia. Pero ahora los que tenían sangre en el ojo eran los canarios tras esa derrota en Belgrado.

Salieron los de Vidorreta, que perdían a Kyle Guy tras el nacimiento de su hijo, lanzados y marcando distancias. Más agresivos e intensos, arrasando en el rebote y con mayor puntería que los malagueños. 25-9 era la mayor renta, antes de que triples de Djedovic y Kalinoski redujeran el hueco antes del primer cuarto. La tendencia del partido largo, aunque el Unicaja no había entrenado tras el título, podía favorecer al cuadro de Ibon ante la falta de efectivos del Lenovo, que intentaba rebajar las canastas en transición con un buen balance y también colapsar la zona e invitar a que ganara el partido con lanzamientos exteriores. Suelen decir los entrenadores que el cansancio se nota ahí, en las piernas. 4/19 era el balance al descanso para los de Ibon en el triple. No obstante, el partido había cambiado con la irrupción de Tyson Carter, que estaba flamenco. Hubo técnica a Thomas después de que Peruga advirtiera a todo el banquillo cajista, que protestaba la diferencia de criterio empleada. Pero centrado en el baloncesto, el Unicaja empezaba a fluir mejor. Dos buenos pases de Sima a Alberto, más puntos de Carter y una canasta de Taylor tras rebote comprimían la distancia (43-39) antes de un pequeño estirón local (47-39). Sin Guy se veía la versión más ortodoxa del Lenovo, buscando constantemente el desequilibrio en el 2x2 con Marcelinho o Fitipaldo, casi siempre encontrando tiros liberados, pero también hay una mayor previsibilidad.

El Unicaja salió como león enjaulado tras el descanso. Se había convertido el duelo en una cuestión de honor y el lenguaje corporal del equipo malagueño era excelente. Concentración, más agresividad, ganas de ganar. Triples de Kalinoski y Kravish, mate en transición con adicional de Thomas, triple de Barreiro... Todo a una velocidad enorme y, en un parpadeo, volteo del marcador (52-53). Amenazaba con estirar el Unicaja (58-64) después de que Barreiro remontara línea de fondo y Kalinoski metiera otro triple, pero las espadas estaban en todo lo alto (66-67) al final del tercer cuarto después de que le pitaran dos faltas dudosas a Carter.Shermadini emergió sobre el partido en el arranque del cuarto final en los dos lados de la pista. Ibon intentó castigarlo con Osetkowski, pero el Lenovo encontraba al georgiano y castigaba sin piedad. La situación empezaba a ser delicada (77-72) y el Unicaja había perdido algo de ritmo y flow. Los árbitros desquiciaban algo. Un tapón que parecía claro de Taylor era señalada falta, una técnica Ibon por protestar un ataque de Kalinoski cuando encaraba tras robo el aro rival. Las riendas del partido eran de Marcelinho (85-78), sublime a sus 40 años con varias canastas de mucho mérito. Y de Vidorreta, con los challenge o mojando la pista entre dos tiros lirbes de Will Thomas para que se secara y sus jugadores ganaran resuello. Volvió una última vez el Unicaja, tremenda defensa de Alberto en los dos minutos finales a Marcelinho con la ayuda de Kravish. Se colocó 87-86 tras dos tiros libres de Thomas. Y, tras dos buenas defensas, el Unicaja tuvo dos triples de Kalinoski para ponerse por delante. La última vez, a sólo un segundo, punteado por Shermadini. Era buen tiro. No entró, pero hay pronto revancha. Y es posible que contra el Lenovo Tenerife en los play off, no es descartable. Una rivalidad con picante que mejora a todos.

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