De Maradona a Pippen, leyendas en el Meliá Costa del Sol

Copa del Rey Málaga 2020

Olajuwon, Di Stefano, Kubala, Indurain, Perico Delgado, Cipollini, Cruyff, Menotti, Bilardo...La nómina de noches inolvidables es casi infinita

Foto del libro de recuerdos del Meliá Costa del Sol en la que aparece Diego Armando Maradona en una de sus visitas. / Romero
Adriano Espinal

12 de febrero 2020 - 08:44

En el verano de 1991 Alexander Yakovlevich Gomelsky y Scotty Marie Pippen tomaban el sol en el mismo hotel. 20 días antes de la coincidencia, Pippen levantaba su primer anillo de campeón de la NBA después de una final memorable en la que los ChicagoBulls se merendaron (4-1) a los Lakers de Jhonson, Worthy, Perkins o el joven Divac. Empezaba el reinado rojo en la NBA. Según recogía Diario 16, Pippen rechazaba ir a los Juegos Olímpicos de Barcelona. “La NBA es muy larga, 82 partidos en ocho meses más los de exhibición, estamos muy cansados cuando acaba la temporada”.

Pippen no estaba al tanto de lo que se estaba cociendo a fuego lento y la culpa la tenía un viejo de los que veía disfrutar con su familia en el hall del Meliá Costa del Sol. Gomelsky no sólo era el seleccionador de la URRS. Era uno de los hombres más importantes del baloncesto en territorio europeo, sumaba siete oros en los Europeos, dos en el Mundial y un oro olímpico: el de Seúl 88, cuando eliminó a los Estados Unidos y le ganó la final a Yugoslavia. Ése oro fue el final de los jugadores amateurs en el combinado estadounidense. Menos de un año después, en Barcelona 92, Pippen formó parte del Dream Team, Yugoslavia y la URRS no existían. En su lugar, Croacia (plata) y la Comunidad Estados Independientes (bronce).

Gomelsky y Pippen eran dos huéspedes más del Meliá Costa del Sol. El cuartel general de la presente Copa del Rey de baloncesto saca brillo a la pátina de lugar idóneo para preparar grandes eventos que tiene el edificio. En la playa de El Bajondillo de Torremolinos preparó el Reynolds de Perico DelgadoMiguel Indurain, Gorospe, Mauri– su asalto al Tour de Francia de 1988. Era enero y en el Costa del Sol iniciaron su preparación para una temporada histórica.

Como ellos, era común que otros equipos de la máxima categoría de fútbol o baloncesto hiciesen su pretemporada en dicho lugar (Betis, Zaragoza, OAR Ferrol...). En el Mundial de Fútbol del 82, mientras en La Rosaleda jugaron Escocia, la URRS y Nueva Zelanda, Di Stéfano brindaba por Naranjito con un vistoso cóctel en el recibidor. Así eran los 80, naturales, aún no se moría de postureo. En ésa década y en los años precedentes (el hotel se inauguró en el 1976) todos los equipos de Primera se concentraban en el Costa del Sol, también la Selección Española. Acampar en el paseo para ver a los futbolistas era habitual. A menudo, también el Málaga se concentraba en las instalaciones.

Cuando Maradona llegó al aeropuerto de Málaga a mediados de octubre del 82 le pusieron dos policías y un guardia civil como escolta. Como si le hubiese hecho falta. Mientras su entrenador Udo Lattek no sabía cual de los mil incendios que tenía en el vestuario atacar, el pelusa –que esa misma semana había dado una entrevista en su país que no gustó en el Barcelona– llegó a la Costa del Sol con su representante, su padre, dos amigos y algún familiar más. Se hizo fotos con casi todos los que se le pidieron a la distancia que deja un séquito como el que él llevaba. Al día siguiente marcó el último gol del 1-4 de los blaugrana al Málaga.

“El conserje del hotel Meliá Costa del Sol ha desmentido la supuesta fuga de algunos jugadores del Español en la concentración del pasado sábado del equipo blanquiazul. Como es sabido, las informaciones acerca de la supuesta escapada indicaban que había sido el citado conserje el que había comentado a unos periodistas de Barcelona la marcha de varios jugadores con destino a Torremolinos, la nuit”, rezaba El Mundo Deportivo en abril de esa misma campaña. El Espanyol también se concentró allí. Todo bajo control en los 80.

El hotel era en un foco de famosos de toda índole: actores, actrices, ministros, presidentes, Lola Flores, directores de cine, deportistas. Con Byron Scott se cambió de década. El que fuese compañero de Magic en los Lakers y número 4 del draft del 83 ya tenía tres anillos cuando llegó a un campus en la Costa del Sol –el mismo que trajo a Pippen– y se aventuró a predecir el final europeo de su carrera como jugador unos cinco años después de aquel 1990, según recogía el diario El Sol. Erró por poco: jugó en la NBA hasta el 1997, colgó las botas después de ganar la Liga Griega con el Panathinaikos al año siguiente. No aventuró anda de su carrera como entrenador que le ha distinguido como técnico principal en dos All Stars y como entrenador del año en 2008.

Hakem Olajuwon ha sido otro de los huéspedes insignes en el hotel más famoso de la playa de El Bajondillo: llegó en su plenitud como jugador durante verano del 92 –sí, al mismo campus– y se quedó algunos días después del evento seducido por el complejo en el que se alojaba y el cumbre del verano en Torremolinos. Estuvo a gusto. Como él, hay un rosario inimaginable de personajes: de Menotti a Bilardo; de Felipe González a Luis Roldán. De Perico Delgado a Mario Cipollini. El italiano y su equipo se dejaron ver en la Vuelta del 2000 que salió de Málaga. Dos días después de salir del Meliá Costa del Sol, el italiano fue expulsado por darle un puñetazo a Francisco Cerezo en el control de firmas. De Julio Salinas a David Beckham. El inglés fue junto a Zidane la principal atracción del Real Madrid cuando visitó en 2003 al Málaga. Los blanquiazules arrancaron el campeonato enfrentándose en los primeros compases a los galácticos de Florentino Pérez y lo concluyeron contra el Valencia campeón.

La Copa del Rey tendrá como cuartel general al Meliá Costa del Sol, todos los equipos estarán bajo el mismo techo con la única distinción a la hora de comer y de acotar zonas entre jugadores y resto del personal, ya que periodistas y organización también estarán dentro de las 380 habitaciones reservadas para el evento. Es grande el despliegue pero no llenará la instalación que tienen un total de 540 habitaciones, una capacidad de 1065 personas a todo confort, sin estar apretados. Así es el Meliá Costa del Sol, un coleccionista de recuerdos que casi siempre empiezan con expresiones similares: “Vuelo a AGP, habitación en el Costa del Sol”. Aún debe ponerse el tiempo amarillo sobre las fotografías de esta Copa.

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