Mario Saint-Supéry, exhibición antes de ir con la selección

Mario Saint-Supéry, frente a Fuenlabrada
Mario Saint-Supéry, frente a Fuenlabrada / TIZONA

El inicio de Mario Saint-Supéry en el Tizona Burgos no ha podido ser más productivo. Creciendo en minutos en los esquemas de Diego Ocampo, en un proceso de adaptación natural y veloz. El canterano del Unicaja, cedido hasta final de temporada, tomó el Fernando Martín de Fuenlabrada, cancha que ha visto mucha élite, para dar otra victoria a los burgaleses (79-85), la tercera en tres partidos desde que el malagueño llegó al Plantío. 18 puntos (2/4 en tiros de dos, 2/3 en triples y 8/10 en tiros libres), 4 asistencias, 2 rebotes, 7 faltas recibidas y 23 de valoración. Tarjeta de 23 minutos en pista. Se ha hecho dueño de un Tizona que es de los mejores equipos de LEB Oro, una liga con cierta complejidad, que mantiene la tendencia del competiciones superiores en primar lo físico, una de las grandes virtudes de Saint-Supéry, cuerpo en desarrollo con sus todavía 17 años, pero un privilegiado, que irá a más en las próximas semanas. Mientras en Burgos disfrutan de su potencial, también en Los Guindos, de momento una salida que ha dado un rédito por encima de lo imaginado. Entrada en un ecosistema distinto al de Málaga, vida diferente la de Burgos a la malagueña. Y ha caído de pie.

Ese partido ante Fuenlabrada, club que no es uno de los potentes de la categoría (13º con 7-14), pero con Tomás Bellas como pareja de baile, cierto que el veterano base, de 36 años, no mantiene las prestaciones a sus años de ACB; pero es un jugador con una carrera establecida en el primer nivel, con muchos a sus espaldas en competiciones europeas y una ACB que le dejó de lado hace pocos meses. Ese aprendizaje tan rico, con un Diego Campo que ya ha manifestado recientemente que lo ve como un base, posición que hay que explotar. Y el preparador del Tizona se caracteriza por ser preciso con jugadores del perfil de Mario, aunque el malagueño tiene muchas cosas para jugar de '2'. Qué gran noticia ver a Saint-Supéry con tal impacto en una LEB Oro que puede devorarte. Un privilegio en Burgos.

Saint-Supéry estrenó esa llamada de Scariolo, como condición de invitado, con ganas de justificar esa llamada, señal de una personalidad especial. Se concentrará con la selección en los próximos días, y ahí podrá aprender con Alberto Díaz, Carlos Alocén o un tal Ricky Rubio. Semanas de esponja.

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