Mario Saint-Supéry y Guille del Pino.
Mario Saint-Supéry y Guille del Pino. / Javier Albiñana

El Unicaja y el Tizona Burgos cerraron este miércoles la cesión de Mario Saint-Supéry por el cuadro castellanoleonés hasta final de temporada. El equipo de LEBOro ya había mostrado un gran interés en el joven jugador malagueño durante el pasado verano. Ahora, con la marcha de Didac Cuevas, su base titular, a la ACBcon el Casademont Zaragoza, se había reactivado. Ha sido una semana en la que en Los Guindos se ha valorado desde distintas ópticas la mejor opción para el futuro de un jugador que se considera estructural para el futuro. Tiene contrato hasta 2028, pero aún no ha cumplido los 18.

Han pesado varios factores en la operación. La opinión de Ibon Navarro era contraria a la salida de Saint-Supéry a mitad de temporada, aunque ya dejó claro que respetaría la decisión que finalmente se tomara por el club mirando por el futuro del jugador. En la situación actual, con Jonathan Barreiro lesionado, hace falta un cupo más en BCL que en ACB. De ahí que en la convocatoria ante el Tofas entrara el aún más joven Guille del Pino (16 años, aunque muy prometedor también) y se quedara fuera David Kravish dentro de las rotaciones habituales. Un jugador norteamericano debe quedarse fuera en la BCL. Saint-Supéry ha jugado casi 100 minutos entre ACB y BCL, aunque los agentes y familia del jugador veían más productiva la cesión.

Hay diferentes conexiones. El agente de Saint-Supéry es Igor Crespo, que destaca por una cartera selecta (Mirotic, Abrines, Juancho Hernangómez...) en vez de abundante, tuvo alguna buena experiencia con Diego Ocampo, el entrenador del Tizona Burgos. Fue clave en la adaptación al baloncesto europeo y mejora de Leandro Bolmaro en el Barcelona. El malagueño Nacho Rodríguez contrató en su etapa de director deportivo del club azulgrana a Ocampo para dirigir el filial. Allí trabajó con Bolmaro y su mejora fue constante y rápida, tanto que al año siguiente ya jugaría minutos de calidad con Jasikevicius y daría después el salto a la NBA. Ahora es jugador esencial en la rotación del Bayern con Pablo Laso. Bolmaro, que en Argentina lanzó su carrera tutelado en la Academia del histórico base cajista Pepe Sánchez (Crespo fue su agente) en Bahía Blanca, es un buen ejemplo. Hay más de aquella etapa azulgrana, como Brancou Badio, que hoy es una de las sensaciones de la ACB en Manresa. O Sergi Martínez y Juani Marcos, ahora en Girona. Y el propio Michael Caicedo, lesionado pero en la primera plantilla culé. Todos ellos pasaron por las manos de Ocampo, que tiene un método de trabajo valorado por la progresión de los jóvenes. Trabaja de manera individual con ellos en dobles sesiones y es lo que intenta hacer en Burgos. Su preferencia era haber tenido a Saint-Supéry desde verano para que conociera el sistema de trabajo y estuviera rodado para sacar todo el jugo en la segunda mitad de temporada, pero las circunstancias han propiciado que sea en enero.

El Tizona está en la parte alta de la LEBOro, en zona play off. La idea es que Saint-Supéry tenga minutos para paliar la baja de Cuevas. Es un equipo con rotaciones y en el que juegan los 12. Una experiencia más para la joven perla malagueña para madurar y salir de la zona de confort. En su lugar empezará a frecuentar el primer equipo Guille del Pino, que ya tuviera minutos en pretemporada. Como Mario, MVP de un Europeo sub 16.

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