El disperso centrado
Unicaja Baloncesto | Mathias Lessort
Mathias Lessort emerge antes del primer tramo decisivo de la temporada mostrando constancia y solidez
Suple la tara de los tiros libres con impacto en otras facetas del juego
Mathias Lessort ha tenido la visita estos días por Málaga de Ronny Turiaf. Contaba hace poco el jugador del Unicaja que el pívot, internacional francés y con dilatada trayectoria en la NBA después de formarse en Gonzaga (universidad de Domas Sabonis y Kyle Wiltjer), era su referente baloncestístico porque fue el primer jugador de Martinica en llegar a la NBA. En la isla caribeña, territorio francés de ultramar, tienen sus raíces futbolistas como Thierry Henry, Raphaël Varane o Nicolas Anelka. Ya tuvo el Unicaja un carismático jugador nacido en las Antillas francesas, miembro del mejor equipo de la historia del club, Florent Pietrus. Él era de Guadalupe.
Justo cuando el Unicaja ha pasado un momento más crítico (hasta ahora) esta temporada ha sido cuando se ha visto una mejor versión de Mathias Lessort en Málaga. Con 23 años cumplidos en septiembre, su progresión está siendo visible durante la temporada. Se está también consolidando en la selección francesa aprovechando la coyuntura de las ventanas y ayer se conoció que formará parte de los 12 jugadores para los partidos de febrero de les bleus, que jugarán ante la Finlandia de Sasu Salin y la República Checa. Ya está clasificada Francia para el Mundial, pero Vincent Collet sigue contando con el jugador del Unicaja. La competencia para estar en el Mundial de China es bastante alta con los jugadores de Euroliga y NBA que no juegan durante la temporada, pero Lessort hace su trabajo.
Tiene el francés una aparente forma de ser dispersa, a veces histriónica. Su cuenta de Instagram es un bullicio constante. En los calentamientos de los partidos hace siempre alguna trastada, algo que al principio desconcertaba a los compañeros y técnicos y ahora entienden como una manera de centrarse en el partido, de decir que se acabaron las bromas. Es querido en el vestuario, se le ve como un agitador en el sentido positivo, manda buenas vibraciones.
Lessort da pasos en la maduración de su baloncesto. Su segunda parte ante el Limoges recuerda que también puede ser decisivo en minutos finales aunque la tara de los tiros libres (57% durante toda la temporada) es una tara. Es el tercer jugador que más veces va a la línea de 4.60 metros en toda la Eurocup (60 ocasiones, con un 55% de acierto). En la Liga Endesa lanzó 58 veces y metió 35, un 60.3%. Ha tenido alguna secuencia bajo presión en la que ha metido los dos tiros libres, pero carece de esa fiabilidad que, por ejemplo, sí posee su compañero de posición, Giorgi Shermadini.
Los números acumulados de Mathias Lessort en la temporada no son deslumbrantes, 9.4 puntos y 4.9 rebotes con 20 minutos por partido. Pero en el último mes ha crecido en constancia, ha sido el jugador más valorado en tres ocasiones y el máximo anotador en otras tres de los últimos seis partidos disputados, en los que promedia 11.3 puntos, 5.8 rebotes y 17 de valoración. Y tuvo un -1 ante el Movistar en un partido en el que las faltas rápidas le sacaron del duelo.
En el repertorio de Lessort ha aumentado la capacidad para crearse canastas por sí solo, sea en el poste bajo, tras rebote de ataque o, también, en bote y de cara. Su capacidad atlética le permite realizar espectaculares mates (sólo Poirier machaca más en la Liga Endesa; el cajista la hunde 1.5 veces por duelo), pero la jugada que protagonizó ante el Limoges tras rebotear en aro propio, subir el balón y encarar a Samuels para meter una canasta más adicional fue, de alguna manera, la condensación de las mejores cualidades del interior francés. Además, tiene buen tacto para acabar pese a esa tara en los tiros libres y su manejo de la izquierda no es nada malo.
Un aspecto en el que había más dudas era sobre la lectura del juego de Lessort. Y un detalle positivo es que adquiere capacidad para repartir juego. Da 1.3 asistencias por encuentro. Igual que Salin y más que Wiltjer o Milosavljevic, por ejemplo, en la plantilla. O el doble justo de Shermadini. Ve bien al tirador en el lado débil y ello sólo puede repercutir en su beneficio.
Vienen ahora partidos de máxima exigencia en los que seguir midiendo la progresión de Lessort. El de mañana en Santiago, el trascendente de Limoges y una traca importante contra Barcelona, Valencia, Real Madrid, Estrella Roja y Manresa antes de desembocar en la Copa del Rey. En la paradoja del ecosistema del baloncesto, cuanto mejor lo haga en esta segunda mitad de temporada seguramente más lejos esté de Málaga la próxima.
No hay comentarios