“Con energía y sin miedo”
Media Day del Unicaja antes de la Copa de Málaga 2020
El Unicaja prepara su debut en la Copa entre la ilusión y la responsabilidad
Se rehúye de favoritismos por la condición de anfitrión y se realzan las virtudes del Casademont Zaragoza
Los Guindos es la casa familiar del Unicaja, algo así como el hogar de los padres al que los mayores vuelven de vez en cuando. Allí, por las numerosas actividades del Carpena, está entrenando bastante el equipo malagueño este curso. El Media Day se celebra de manera inusual en la Avenida de Gregorio Diego, donde la calma matinal en las pistas exteriores contrasta con el bullicio que existe por las tardes, con cientos de niños entrenando. Mientras el equipo femenino, ya en rutina profesional por medios y dedicación, trabaja en la pista principal, salen poco a poco los jugadores a la segunda pista para atender a los medios y después ejercitarse.
Se conjuga ilusión y tensión. Hay siete debutantes en una Copa, no es un equipo muy experimentado en la competición. Guerrero, Ejim, Elegar, Adams, Toupane, Thompson y Gerun se estrenan en un torneo con sus coordenadas y códigos propios. Tocará aprender sobre la marcha. En el ambiente está que hay una oportunidad histórica de llegar a una final. Pero también eso puede presionar. En ese debate interno están en los jugadores cajistas. Quizá quien mejor lo define es Carlos Suárez, el decano copero del equipo. Debutó en 2005, con 18 años. Ganó en 2012 con el Madrid. Él, en el pulso a la plantilla, es quien más insiste en esa necesidad de ser humildes y de ponerse en el rol de corderos y no de lobos.
Suárez, que ya tuvo la experiencia de la Copa de 2014, aporta un detalle que quizá pasa desapercibido desde fuera. Se juega en el Carpena, el mismo parqué habitual. Pero todo lo de alrededor cambia bastante. “Por todo lo que mueve esta competición, es diferente. Estás en tu casa, con aficiones diferentes, ocho en el mismo pabellón. Es complicado por todo lo que rodea a la Copa. Tenemos que olvidarnos de lo que hay y jugar con energía y sin miedo. La gente nos pone la etiqueta de que debemos jugar la final sí o sí. Los otros equipos lo saben, nos ponen ese papel y nos trasladan también esa presión. Está claro que te quitas a los dos favoritos, pero también están en este cuadro Tenerife y Zaragoza, que están jugando un baloncesto increíble. También Andorra está jugando muy bien. Aquí te gana cualquiera. Valencia o Bilbao te pueden ganar a Barcelona o Madrid, vimos lo que sufrió el Barça en La Fonteta la semana anterior. Hay que jugar al máximo, no se puede guardar uno nada. Sin miedo y olvidarse de esa etiqueta de favorito, que no es verdad”, insiste Suárez.
El capitán hace un alegato por los resultados del equipo. “Siempre se ha dado mucho más ruido a las derrotas de Murcia o Estudiantes. Se puede ver que no hay ningún rival sencillo, vemos cómo aprieta un rival necesitado jugando en casa. En Bilbao no hicimos un buen baloncesto en la primera mitad, pero sí en la segunda, fue un gran partido. Creo que hemos jugado más buenos que malos momentos esta temporada, estoy seguro. Tenemos que tener la consistencia de tener más buenos momentos, prolongarlos. Es lo que va a marcar la diferencia. Es lo grande de la Copa del Rey. Si hacemos un partido como el de la primera parte en Bilbao, estamos fuera”, admite el de Aranjuez.
“Tengo buenas sensaciones, la situación es completamente distinta a la del año pasado con mi equipo. Tenemos un equipo bastante más potente del que teníamos el año pasado en el Estudiantes. Aunque perdimos en Bilbao creo que venimos de una dinámica muy buena y hay que aprovechar eso”, sostiene Darío Brizuela, muy mejorado de su esguince de tobillo que le tenía con muletas pocos días antes de meter 21 puntos en Bilbao.
“Es a vida o muerte, jugamos contra un equipo que lleva toda la ACB segundo y tercero y luchando por el primero. Sabemos que es vital para nosotros. La Copa es diferente. Si llegas con malas sensaciones es una forma de reivindicarte, te aísla de todo. Si llegas en un momento bueno intentas aprovecharlo. Todos los equipos se hermetizan. La gente es muy entusiasta y ve un camino hacia la final que quizá no es real. En nuestro cuadro no hemos ganado a ninguno de los tres en la fase regular, hay que tenerlo en cuenta. Jugamos con equipos que están luchando ahí arriba”, tercia el otro capitán e icono del club, Alberto Díaz: “Todos queremos llegar a la final, pero no hacerlo no sería un fracaso. Todo el mundo está pensando en la final cuando no es así. Hay un rival grande que tenemos que superar y ya se verá. Favoritos no hay. Barcelona y Madrid por presupuesto y plantilla siempre tienen más opciones, pero está abierto. No creo que nosotros por jugar en casa ganemos opciones. Primero que hay una maldición ahí... La Copa es especial, hay ocho aficiones, no juegas en casa realmente. Está dividido el público y no están tan en casa”.
“Es un equipo que juega muy alegre, muy suelto, que va con gran confianza. Es un juego muy repartido y eso le hace mucho más potente. Tenemos que hacer que no jueguen alegres y físicos”, asegura Alberto Díaz, mientras Jaime Fernández señala otra clave de la eliminatoria ante el Casademont, el rebote: “Está claro que hay que meter desde fuera, no queda otra, pero la clave es que ellos suman mucho tras el rebote. En casa ya nos hicieron mucho daño ahí. Tienen muchísimo talento, juegan de memoria. Si suman de segundas oportunidades es casi imposible competirles”.
“Hay que aprovechar este fin de semana porque podemos ganar a todos. Lo hemos demostrado esta temporada en Barcelona, Valencia o Baskonia y ahora jugamos en casa la Copa del Rey y hay que luchar hasta el final. Hemos jugado muy bien las dos últimas semanas, creo que ahora nos entendemos mucho mejor”, dice, mientras, Adam Waczynski: “No tengo presión, es una buena oportunidad para demostrar nuestra fuerza. Jugar en nuestra cancha hay que aprovecharlo y luchar”.
“Me han dicho de raparme o de ponerme el pelo de otro color si ganamos, pero eso me queda lejísimos, ahora es sólo el Zaragoza”, bromea Alberto Díaz cuando se le cuestiona qué haría si se alza el título. Lo que sí tiene claro Jaime es que disfrutará y que se acuerda de 13 años atrás. “La Copa es un torneo muy bonito, mi primera vez en un ambiente de Copa, espectacular, fue en Málaga 2007. Jugué la Minicopa en esa pista de ahí al lado. Me acuerdo perfectamente. Volver 13 años después, en la cancha grande, con mi afición. La vida da muchas vueltas y los sueños se cumplen. Quién le iba a decir a ese chaval que iba a estar aquí...”. Una vez conseguido ese reto, parafraseando a Carlos Suárez, hay que llegar al viernes en el punto de cocción exacto: “Con energía y sin miedo”. ¿Y por qué no soñar más?
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