Melvin Ejim, la navaja suiza

El canadiense fue determinante en Tenerife con su nivel físico y ha repetido actuaciones con mucho impacto esta temporada aunque sin mucho brillo numérico

Cemento y pegamento

Melvin Ejim, en el último Media Day.
Melvin Ejim, en el último Media Day. / Javier Albiñana

“¿Por qué crees que es fijo y capitán en una selección de Canadá llena de jugadores NBA?”. La pregunta es, en realidad, una respuesta desde dentro del club cuando se cuestiona por la importancia de Melvin Ejim (Toronto, 1991) en el Unicaja. Un revisionado del partido del pasado domingo en el Santiago Martín de La Laguna potencia aún más el colosal partido del canadiense. Piernas hercúleas, intensidad máxima, manos rápidas, cuerpo duro... Defensivamente fue un espectáculo ver cómo desbordaba energía para ir a las ayudas a los jugadores más determinantes del Lenovo sin descuidar su marca. A grandes soluciones, grandes remedios. Ibon Navarro, ante la ausencia de Barreiro, empleó a Ejim en el puesto de tres, donde sólo ha jugado de manera puntual. Cuando pone el balón en el suelo no es clarividente y a menudo se obceca, pero tiene también su cara positiva a la hora de hacer el quinteo más duro. Su despliegue fue clave para marcar el territorio. Los árbitros, con sus errores, permitieron jugar físico a los dos equipos. Y el Unicaja puso ahí tierra de por medio.

En Los Guindos hubo algún debate cuando se decidió acometer la renovación de Ejim dentro de la apuesta por retener masivamente al bloque que ganó la Copa del Rey y que ha devuelto la ilusión a la afición. Hay jugadores más talentosos y con el techo más alto que Ejim. Mejores al peso, pero ¿mejores para el equipo? Es una pregunta que también existió en el verano. El fichaje de Wimbush estaba prácticamente pactado, pero se metió por medio el Zenit. El zurdo americano es un jugador con un potencial tremendo, pero acabó saliendo de Rusia a mitad de temporada. La composición de una plantilla es un equilibrio muy frágil. Como ha constatado el Unicaja repetidamente en el último lustro, reunir a buenos jugadores no equivale a un buen equipo. Y se optó por Ejim, sobre el que los informes de quienes habían trabajado con él en la temporada 2019/20 eran óptimos. Quedó un mal sabor de boca del final de su estancia de ese partido en el que al Unicaja se le fue en el último minuto el pase a semifinales de la ACB en la burbuja de Valencia, cuando falló dos tiros libres y un mate claros. “Cuando me llamaron y me dijeron que me quería el Unicaja empecé a dar saltos en mi casa”, decía el pasado mes de agosto en su presentación con la camiseta verde por segunda vez. Se está sacando esa espina en esta nueva etapa.

Ejim fue MVP de unas finales de la Lega con el Reyer cuando el cuadro veneciano consiguió el título. Ha tenido más episodios de protagonismo ofensivo que aquí en Málaga. También se le destaca como un estajanovista del trabajo, por ejemplo del tiro. Es bastante frecuente contemplarle acabar los entrenamientos y hacer numerosas series hasta que casi apagan la luz del Carpena. Hace poco le visitaba uno de sus hermanos, que juega en la NCAA, y practicaba con él en la pista central. Ha tenido tramos de temporada en los que estaba por debajo del 20% en triples. Ahora está en un más que decente 34%, con confianza para animarse más. Sus números dicen poco. 4.6 puntos y 3.1 rebotes en 14 minutos en pista. Pero su impacto se multiplica en los intangibles. Bloqueos, cierre de rebote, ayudas, cambios defensivos... Es cierto que tiene algún brote inestable en algún partido, pero la balanza se decanta claramente de su lado. Se lleva pocos titulares, pero Ejim fue esencial en el triunfo ante el Lenovo Tenerife.

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