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Mundial sub 19: Un oro que anuncia una avalancha (73-69)

24 años después, España se proclama campeona del mundo junior tras derrotar en la prórroga a Francia

Victory Onuetu, la pieza malagueña del oro

España celebra el título. / FIBA

España es 24 años después campeona del mundo junior. La gloriosa generación del 80 conquistó en Lisboa el oro y anunció la mayor época de esplendor del baloncesto nacional. Son los juniors de oro 2.0, la generación de 2004 y sucesivas anuncian que el dominio de España en la canasta europea y, por qué no, llegar a esa frontera final del oro olímpico, único hueco en la extensísima vitrina de la FEB. España derrotó a Francia por 73-69 en una final a cuchillo, con algunos físicos alienígenas en los dos equipos y con una prórroga que dejó a los dos equipos derrengados. Pero ahí reina España, que se había presentado en la final ganando sus seis partidos anteriores por 34.5 puntos de media. Era otro tipo de encuentro, pero ganó también. Allí está también el joven alhaurino de adopción Victory Onuetu, formado en Los Guindos y que mantiene la llama malagueña 24 años después.

No fue el partido más brillante de España, pero era una final y se trata de ganarla y pasar a la historia. Lo hizo el equipo de Dani Miret, con una generación de jugadores con físicos especiales, muchos de más de dos metros, poderosos, atléticos, mestizos y con capacidades especiales. Quien sólo viera la final puede llevarse a engaño. Es un equipo que es cemento armado pero también ha tocado el violín. La suma de las generaciones 2004, 2005 y 2006 (más las previas de 2001 con Aldama, 2002 con Garuba y otros proyectos interesantes de 2003) es un alud, una avalancha de talentos especiales que sugieren una época dorada. Se suceden los títulos europeos, fue la plata sub 17 del año pasado en Málaga de esa 2005, es un estilo que se ha anclado en la FEB y que se ha potenciado en los últimos años desde que Sergio Scariolo cogiera las riendas y diseñara una forma de trabajar que se extiende hasta los niños de 12 años que se concentran por primera vez en el programa de detección. No es sólo lo que ha ganado el técnico italiano con la absoluta sino también el legado. Muchos clubes, los de élite y los de más abajo, muchos entrenadores, jóvenes y veteranos, contribuyen a este éxito. Y a lo que viene...

España jugó un partido al límite, por momentos dio la impresión de que estaba ya desbordada físicamente en un duelo de una exigencia profesional por los cuerpos que había en pista y el ritmo. Pero transmite una fe en la victoria de los grupos especiales, lo que saben que van a ganar y tienen un mullido colchón de confianza porque tienen esa certeza.

Miret redujo la rotación a ocho jugadores. Moreno, los sevillanos David Gómez y Luis García y el malagueño Onuetu apenas jugaron, pero han contribuido en la final. El base del Barça Rafa Villar fue un titán, con unas piernas y una defensa tremendas, dio puntos en un día que hacía falta. A su lado, Jordi Rodríguez, el escolta que tira y mete de la fina escuela de la Penya. Miembro del quinteto ideal. En el perímetro también Sediq Garuba (cantera del Madrid, ahora en LEB Plata en Cartagena), el hermano pequeño de Usman. Algo limitado delante, un animal en defensa. Baba Miller como cuatro, un físico que jamás hubo en el baloncesto español. Un 2.11 que se mueve como un escolta y hace de todo. Se forma en Florida tras pasar por el Madrid. Izan Almansa, el cinco titular, enlaza los MVP del Mundial sub 17, el Europeo sub 18 y el Mundial sub 19 en apenas 12 meses. Un pívot que sufrió con Francia pero que tiene un tacto especial para acabar y un físico tremendo. Se desarrolla en EEUU y jugará en la G League la próxima semana. Junto a ellos, el finísimo De Larrea (Valencia), el más joven, un talento diferente que no ha estado fino en los dos últimos mundiales pero que es canela. Lucas Langarita (Zaragoza), un escolta de piernas tremendas también, descaro y que ya jugó en ACB. E Isaac Nogués, importantísimo en el torneo, con una dosis extra de físico, intensidad y energía. Cantera del Joventut, saldrá a LEBPlata, a Huesca.

Son los nuevos juniors de oro, los Golden boys de 2023, que entroncan con aquellos de Lisboa, que cambiaron la historia del baloncesto español para muy bien. Ahora es el momento de dar oportunidades en un contexto complicado. Lo merecen los chavales, se lo ha ganado. Son las primeras olas de un tsunami que va a inundarlo todo.

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