Nzosa vuelve a tener dolores en el pubis y regresa de Estados Unidos

El pívot congoleño regresa de su estancia, donde no ha trabajado físicamente apenas, y se le examina para ver cuál es el estado de la lesión que le hizo perderse el último mes y medio de competición

Yannick Nzosa, con Paul George.
Yannick Nzosa, con Paul George. / @yannick_nzosa

Quizá la mejor noticia de una temporada aciaga en el Unicaja fue la irrupción de Yannick Nzosa. El joven pívot congoleño debutó aún con 16 años de manera impactante en Andorra tras haber tenido minutos en pretemporada y ganó peso hasta ser un hombre importante en la rotación de Luis Casimiro, primero, y más tarde de Katsikaris, aunque el técnico griego no pudo disfrutar mucho de él porque el tramo final de la temporada lo pasó en el dique seco. “Debemos ir con mucho cuidado con él”, decía Katsikaris. Tenía un problema en el pubis y dolores que aguantó durante un par de meses antes de que se le parara porque el sufrimiento crecía.

En las últimas semanas de la temporada Nzosa progresó y cada vez tenía mejores sensaciones, también estuvo ejercitándose al acabar la temporada. Se marchó a ver a la familia en París y después marchó a Estados Unidos, como era intención de CAA, la agencia con la que firmó poco después de su explosión y que lleva a grandes figuras de la NBA, como Paul George, con el que el jugador del Unicaja posaba a través de las redes sociales en su estancia en California. Pretendía que se familiarizara con rutinas y métodos de trabajo porque le ven un proyecto claro para salir en un puesto alto del draft. El asunto es que el canterano cajista vuelve a tener molestias y dolores en la zona y se le pidió que adelantara su regreso a Málaga, algo que debía hacer a última hora de ayer. El siguiente paso es evaluarle para ver cómo está la zona.

Los problemas de pubis fastidian bastante porque son dolorosos y dificultan la movilidad, una de las cualidades fundamentales del congoleño. Así que existe cierta preocupación en el seno del Unicaja por la situación de la joven perla africana, con contrato hasta 2024 pendiente de una revisión acordada pero aún no firmada por la que se le subirían los emolumentos y la cláusula, que ascendería al máximo que pueden pagar las franquicias NBA sin que les compute en el límite salarial, unos 700.000 euros, y 1.5 millones para equipos europeos. El jugador y sus agentes tenían claro que estaban en un lugar en el que ya se había apostado por Nzosa y que era un trampolín ideal para ir a la NBA, algo que podría hacer desde el verano de 2022. Ya ha jugado varias decenas de partidos oficiales, en ACB y Eurocup.

Hay reservado un lugar importante en la rotación para Nzosa, pero falta ver su estado físico porque parece poco probable que pueda empezar la pretemporada el próximo 9 de agosto a las órdenes de Katsikaris. El juego interior cuenta ahora mismo con Rubén Guerrero, Nzosa, Abromaitis, Carlos Suárez y Jonathan Barreiro, que puede jugar de tres y cuatro, aunque la tendencia es esta última posición. Falta por fichar al menos un pívot más. El estado físico de Nzosa y de Carlos Suárez, cuyo último partido fue en febrero y que ha encadenado varias lesiones musculares en los últimos tres años, puede dejar mermado, ya de partida, el juego interior. Es por eso que se le pidió al congoleño que regresara de Estados Unidos para ver cuál es su estado.

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