Perdidos en la niebla (20:00)

Previa y horario del Nanterre - Unicaja del Top 16 de la Eurocup

El Unicaja visita al Nanterre en la oscuridad de una racha inédita de derrotas

La situación cala en el club más allá del vestuario, que debe superar su estado anímico para avanzar

Los jugadores del Unicaja, en el partido de ida contra el Nanterre. / Javier Albiñana
A. Espinal

03 de febrero 2021 - 07:20

Nueve partidos consecutivos perdiendo, 12 derrotas de 13 envites, un cambio de entrenador y ni un gesto institucional que confirme nuevos horizontes. El mismo equipo que sacaba pecho como uno de los favoritos para ser importante en la Eurocup juega hoy en la pista del Nanterre para apurar sus opciones matemáticas de superar el Top 16. Necesita carambolas y victorias, pero hay vida. El viaje a Francia le servirá al Unicaja, sobre todo, para encontrarse con el hambre que aún le queda y tratar de olvidar sus traumas.

La niebla en torno al Unicaja es tan gruesa que el sol no se percibe y en medio de las semanas de oscuridad está Katsikaris, tratando de sacar del bache anímico a un equipo que necesita confianza, fuelle y algún puntal más en el plantel. Así de denso es el panorama en torno a lo que, en otro tiempo, era un choque en el que los franceses deberían de hacerlo muy bien para ganarle al Unicaja, para apuntarse una victoria de prestigio contra un presupuesto mayor, un equipo más veterano y unos objetivos distintos. Este año, la cosecha verde en Europa está cerca de pudrirse.

La épica a la que solía agarrarse el equipo en momentos delicados y que más de una vez le hizo demoler las apuestas es difícil de generar en un estado anímico peculiar. Aunque en los últimos envites se han encontrado puntos de partida sobre los que construir, el aspecto mental, la falta de forma de algunos efectivos como Díaz o Suárez, y la incertidumbre aún pesan demasiado.

Katsikaris quiere sacar de ahí al equipo. Ya dijo que quería ver sólo las cosas buenas y aunque en el último partido contra el Valencia, el aire del equipo parecía más alegre, el choque de la semana pasada contra el Nanterre dejó muestra de que los galos tienen entre manos algo ilusionante, un hito para ellos en un momento de la temporada en el que se encuentran bien a pesar de la ausencia de normalidad en el campeonato francés.

Con la defensa como asignatura pendiente y cambios de plan que no se habían visto –Nzosa fue el titular más joven que se recuerde contra el Valencia–, los malagueños no tendrán a Gerun que está esperando un destino en el que jugar sin perder un euro de los que tiene firmados con el Unicaja. Un movimiento que hace pocas semanas era cuestión de minutos para el presidente del club, pero que, con el cambio de año parece ser demasiado difícil. La posible llegada de refuerzos parece hipotecada a la marcha del pívot, la ausencia de movimientos para la Eurocup –ayer cerró su ventana de fichajes– deja a la actual plantilla como únicos responsables para disipar la niebla y la fe por pasar de ronda algo tocada.

Acabará por ganar el Unicaja y verá entonces a qué puede optar para salvar el año. La siguiente fase de la Eurocup está lejos, pero los tres partidos europeos que tiene asegurados pueden ser una herramienta para rehabilitar al equipo desde el vestuario y la incidencia de su nuevo entrenador. Katsikaris necesita suspirar de tranquilidad cuanto antes en lo que se refiere a baloncesto para poder ir entendiendo y construyendo alrededor de lo que son los meros resultados. Si desde algún escalón superior al griego se dejó la temporada para barbecho se dará cuenta pronto.

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