Con vitamina Ibon (18:30)

Día I de la era Ibon Navarro en el Unicaja. Cuanto más se alargue mejor será para el club malagueño. Será el tercer entrenador en 13 meses, una media insostenible para un club que solía ser un lugar proteccionista con los entrenadores, en el que los proyectos cuajaban para largo plazo. Ha habido ya más entrenadores en la última década que en los 20 primeros años de existencia tras la fusión, síntoma de inestabilidad con el paréntesis del lustro de Joan Plaza.

Encontrar el rumbo es obligado y en el Unicaja siempre ha sido la brújula un entrenador, por la particular idiosincrasia de la entidad. Lo sabe bien el director deportivo, Juanma Rodríguez, que vivió las exitosas eras de Imbroda, Maljkovic, Scariolo y los dos primeros años de Aíto. Ahora es Ibon Navarro la apuesta, un entrenador pujante pese al traspié de este año en Andorra, con ambición y que tiene en el Unicaja una gran oportunidad para subir un escalón en una carrera ascendente. Su suerte será la del equipo malagueño, en el momento más delicado deportivamente y como institución quizá desde la citada fusión del año 92.

El estreno de Ibon Navarro es con picadores. Llega el Real Madrid, herido por estar inmerso en un inusual bache de resultados. Ha perdido los tres últimos partidos de ACB, también los tres que jugó esta semana, incluidas dos caídas fuertes en la pista del Fenerbahce y ante un Barcelona que le tiene comida la moral. Perdió por 18 puntos en casa ante los catalanes menos de 48 horas antes de que el equipo blanco visite el Carpena. Es un equipo con una plantilla profundísima que permite a Pablo Laso dosificar esfuerzos. Son a veces frecuentes estos baches en los equipos de Euroliga, que rebasan los 80 partidos por temporada, pero ha perdido el Madrid más partidos en las tres últimas semanas que en los cinco primeros meses de competición. ¿Lo convierte en más abordable para el Unicaja? Es un arma de doble filo. Es un equipo tremendamente orgulloso, como ha demostrado en toda la década de Laso, y ahora mismo con dudas, pero herido. Antes de la Copa necesita revitalizarse y lo intentará en un Martín Carpena que registrará la mejor entrada en dos años, desde el estallido de la pandemia.

El Unicaja sigue con la baja de Jaime Fernández, que, como recordaba Ibon Navarro en su presentación, marca el estilo cajista. Seguramente se vista el quinceañero Mario Saint-Supéry. Huelga hablar del potencial del Real Madrid. Un equipo lleno de internacionales, con jugadores absolutamente diferenciales (se critica, no obstante, el puesto de base) en todas las posiciones y que se puede permitir el lujo de fichar a mitad de campaña a un hombre del calado de Gaby Deck tras su extraño paso por la NBA. Que confluya esa duda blanca con el momento de excitación que suele provocar un cambio de entrenador puede ser una situación propicia.