Promitheas - Unicaja: Billete a la Final Four de la BCL (83-90)
El Unicaja consigue en Patras sellar su clasificación para la Final Four de Belgrado con un partido serio y sin alardes y vuelve a estar a dos victorias de conquistar un título europeo
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Así te contamos el duelo
El Unicaja vuelve a estar en una Final Four, a dos victorias de un título europeo. No hay aún fanfarrias porque el nivel actual del equipo malagueño le obliga a estar ahí. Pero también hay que ser justos con el equipo y el cuerpo técnico. Y se debe valorar el no fallar cuando se es favorito y hay que ganar. Sí, la distancia de una versión del Unicaja normal con el Promitheas es sideral. También se tiende a minusvalorar a lo desconocido. Pero estar siempre ahí, no tener un mal día, también es meritorio. Y en este momento dorado de la historia del club hay que paladear cada evento. Habrá tiempo de debates posteriores sobre la BCL, su nivel y la idoneidad de seguir en ella, pero después de ganar el título el 28 de de abril en el grandioso Stark Arena de Belgrado. Sólo entonces se podrá mirar a los demás desde una atalaya de superioridad que hoy es aún injustificada. Todavía no jugó una final de esta competición el Unicaja. Y será el primer paso, el día 26, en la semifinal. Y ahí habrá presión, no habrá margen de error. Es humano, pero en estos partidos ante los griegos ha habido tramos de distensión poco frecuentes en este equipo. Habrá que evitarlos en Serbia para salir campeón. La motivación será otra.
El marcador del partido reflejó el proceso (83-90). De nuevo el Unicaja comenzó algo holgazán el partido, con un nivel de tensión menor de la demandada para un play off. Como en Manresa, con un horroroso porcentaje en triples, falló los ocho primeros y llegó a ir 1/13. Sucede que el nivel del rival no le daba para poner tanta distancia como a los de Pedro Martínez. Con Cowan de inicio en el banquillo, con él y el fichaje Bryce Hamilton para salir para revolucionar, el Promitheas castigaba con Echenique las continuaciones y el colombiano hacía números quizá para regresar a la ACB o algún equipo de más nivel. La presión a toda cancha de los griegos tras canasta incomodaba al Unicaja. Vivía del rebote de ataque bastante (12 al descanso, con Lima omnipresente aunque después no transformaba los libres), pero no se acababa de sentir cómodo. Con 26-17 para los rivales, uno de esos momentos de Alberto Díaz para cambiar el ritmo del partido. Forzó una pérdida, cogió un rebote de ataque y metió un triple con adicional de la esquina para seis puntos en 15 segundos que estrechaban al final del primer cuarto (26-23).
La defensa había sido deficiente y por ahí pasaba el margen de mejora cajista más obvio. Y así fue, con Alberto exigiendo al rival y a sus compañeros, el Promitheas tenía más dificultades. Echenique seguía rebañando y Hale metiendo con chispazos, pero no con tanta continuidad. No podía correr el Unicaja a placer, le costaba imponer su ritmo aunque se cerraba el rebote porque el balance defensivo del Promitheas era bueno, pero iba volteando poco a poco la situación. Aparecía Kravish con su tiro de media distancia letal, empezaron a entrar algunos triples y ya dominaba la situación el Unicaja, con una bandeja de Perry sobre la bocina (43-46).
Pese a que el Promitheas volvió a colocarse por delante en una buena racha, el partido ya se jugaba en unas coordenadas favorables para el Unicaja. Defendía algo mejor, sin alardes, ya no anotaba tan sencillo el rival y no hacía falta vivir del rebote. Perry metía alguna buena mano atrás, Ejim elevaba el nivel y Alberto le acababa dando una pátina de seriedad a todo. Cuando el malagueño y el canadiense coinciden en pista y se les añade Taylor se configuran quintetos que difícilmente se van de los partidos y que son un dolor de muelas para los rivales. En ataque, Kalinoski y Kravish, esta vez era el plan K, martilleaban el aro y la distancia crecía. Sin ser un recital, varias canastas en transiciones sin botes, el catón del baloncesto.
El hueco era ya de 11 puntos al final del tercer cuarto (54-65). Y las bocinas del Dimitrios Tofilos de Patras ya apenas sonaban. Tras un triple de Kalinoski la distancia era ya de 17 puntos (61-78) y todo parecía resuelto, pero el Promitheas obligó a tomárselo en serio hasta el final, se colocó a seis puntos con un Hale desatado. Otra vez Kalinoski dejó el partido resuelto y expidió definitivamente el billete para Belgrado. Una misión bonita, un reto apasionante. Un millón de euros y prestigio para el club pendiente.
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