Vivos pese a todo (75-81)

REsultado y crónica del Acunsa GBC-Unicaja

Horrible partido del Unicaja en San Sebastián ante el descendido colista, que consigue sacar con decentes minutos finales

Opciones abiertas todavía de ir al play off

Las fotos del Acunsa GBC-Unicaja
El Unicaja intenta defender a Viny Okouo. / Acb Photo

Hay que ser un hincha furibundo del Unicaja para aguantar hasta pasadas las 23:00 horas de un martes y verlo cómo pena para conseguir una triste victoria (75-81) en la pista del colista, ya descendido, de la ACB, el digno Acunsa GBC. Con Viny Okouo haciendo un destrozo importante en la segunda mitad para regodeo. El ridículo definitivo de una temporada horrible pudo llegar en la plaza de toros de Illumbe. Allí evitó el descabello el Unicaja, que aún alberga serias opciones matemáticas para acceder al play off. Tiene que ganar al Real Madrid el domingo en el Carpena y esperar un tropiezo del MoraBanc, en Badalona este jueves o ante el propio Acunsa GBC en casa. Opciones hay después de esta gira vasca de la que regresa con dos victorias. El equipo no se ha abandonado, eso que hay que reconocérselo. Ha peleado profesionalmente para seguir vivo. Pero el baloncesto que practica es de difícil digestión, infumable. Se ven gestos de celebración y caras liberadas cuando salen las cosas bien. No se duda de que se quiera ganar, pero el juego es malo.

En cualquier caso, la victoria es lo principal. Una vez acabe la temporada, habrá que pasar página y resetear. Cambiar en diferentes estamentos del club, que entre aire fresco. Si hay menos dinero, pues habrá que usar imaginación. Pero quien esté al mando, nadie aún en la presidencia 50 días después de la marcha de Eduardo García, tiene faena. Y el director deportivo que haya, muchísima, igual que el técnico, sea Katsikaris u otro.

Es difícil jugar peor al baloncesto de lo que lo hizo el Unicaja en San Sebastián durante largos tramos del partido. Tras una correcta versión en Vitoria, volvió otra vez una inexplicable. Una máquina de perder balones (18 al final), de cometer imprecisiones, impropias de jugadores de buen nivel, que los siguen siendo, a los que la temporada le está arrastrando. El huevo o la gallina, si el equipo ha devorado a algunos o algunos han devorado al equipo. Cinco minutos finales, con la inspiración de un Jaime Fernández que ha encadenado dos partidos que le hacían mucha falta para su confianza en tierras vascas para liquidar el partido. También con un Waczynski honesto que ha sido de lo más regular de la temporada, con algún destello de un Brizuela que ha bajado del nivel celestial en el que ha estado un par de meses. Alguna respuesta de una Guerrero perdido a Viny y un sólido Abromaitis, un buen jugador de baloncesto contratado para un rol equivado.

En el primer tiempo, ningún equipo llegó a los 30 puntos, con porcentajes por debajo del 40%. Se podía vislumbrar qué tipo de partido venía. Se suele decir que las defensas se imponen a los ataques en estas situaciones, pero había momentos en los que los ataques se defendían solos. A un ritmo mortecino, con ataques resueltos con decisiones discutibles, sin continuidad. Con 25-29 se iba el partido al descanso. Estiró tras la salida el Unicaja, marchándose por ocho puntos (33-41), pero Viny emergió para tirar de su equipo. Un rol más importante tras la mili en Lituania le ha dado más confianza tras sus cuatro temporadas en el primer equipo en Málaga en la que no aprovechó las oportunidades. Seguramente le valga para hacer una carrera decente con su condición de cupo en la ACB.

Katsikaris gritaba y destrozaba su pizarra estrellándola contra el suelo. Era comprensible el enfado del técnico griego con sus jugadores. Un técnico de su capacidad seguramente se sienta frustrado. Pero, pese a la victoria, también cabe preguntarse si se optimizan los recursos, con todas las taras que se quieran de una plantilla confeccionada con los pies y desequilibrada hasta el extremo. Con cromos repetidos y carencias.

El partido entró en el cuarto final muy igualado y el Acunsa tuvo estuvo por delante (60-59). Pero el Unicaja aceleró en los cinco minutos finales para hacer el break. Encontró un quinteto de seguridad Katsikaris, con un aumento de la anotación de los dos equipos. Pero salió vivo el Unicaja, que volvió a pasar problemas después de irse (67-76) con la presión donostiarra en la salida de balón.

Queda un partido de temporada regular ante el Real Madrid. Habrá protestas de la afición antes del partido el domingo. El equipo vuelve vivo de su gira vasca. Pero es difícil creer en él.

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