Faena redonda en Cluj (70-86)
Resultado y crónica del Cluj-Unicaja
El Unicaja marca el ritmo en Rumanía y en un último cuarto demoledor consigue sacar un triunfo por más de seis puntos (70-86) que le hace depender de sí mismo para ser líder
Un demoledor cuarto final después de un partido bien trabajado permitió al Unicaja conquistar un triunfo capital para su suerte en la Basketball Champions League. Es la competición europea el salvoconducto para que la temporada cajista no sea incomestible. Y en Cluj-Napoca ofreció un versión sólida y consistente salvo un agujero negro en el segundo cuarto. Esta vez sí, remató con un triunfo (70-86) que tiene premio doble. Al vencer por más de seis puntos (por lo que ganó el cuadro rumano en el Carpena), el equipo malagueño depende de sí mismo para quedar primero de grupo y tener factor cancha en los cuartos de final. La desgraciada retirada del Prometey le ha dado una vida extra el equipo de Ibon Navarro para que la BCL se aclare. Y el equipo cumplió con un partido que en el último cuarto sublimó, ganando la batalla del rebote (39-43) y compartiendo mejor la bola (22 asistencias).
El Unicaja salió al partido con un plan claro en la cabeza y lo fue desarrollando bien. Salvo siete minutos fatales en el segundo cuarto (22-5 de parcial), en el que el nivel físico rumano con su quinteto más potente cambió el paso, el ritmo y el peso del duelo lo llevó el Unicaja, con un excepcional Alberto Díaz al comando en las dos canastas. Ibon Navarro varió el librillo. Ya lo había hecho alguna vez puntualmente, pero esta vez colocó a Bouteille de dos y el francés jugó quizá su mejor partido de la temporada. Esa idea de que no coincidan Brizuela y el francés la sigue desarrollando. Hay así siempre, ante la falta de Jaime, un exterior más incisivo y anotador en pista. Y se tapa defensivamente la carencia del francés y el vasco con el respaldo de un Francis Alonso en un rol inopinado pero efectivo y con un Jonathan Barreiro que está negado desde el triple pero que ofreció un trabajo muy interesante en el rebote en momentos difíciles de la segunda mitad. Hubo un cambio radical tras el descanso. Perdía la batalla del rebote (ocho de ataque del rival, sólo uno en los segundos 20 minutos), pero el Unicaja volteó la partida.
Cameron Oliver transporta al Unicaja a otra dimensión. Es un jugador que se necesitaba como el comer. Es etiqueta negra. En su primer partido de verdad, el californiano dejó aroma de pelotero muy caro. 19 puntos y nueve rebotes. Con errores en la lectura, lógicos en su adaptación a Europa, en los dos aros pero con una presencia impagable e impactante. En la primera defensa puso un tapón altísimo. Los dos siguientes tiros rumanos fueron malos por la presencia intimidatoria. Y en ataque el catálogo también muestra tiro. Corre rápido y un par de mates también lucieron.
El Unicaja gobernó y es una buena noticia. Con Ibon Navarro el equipo ha ido muchos minutos por arriba en los cuatro partidos. Esta vez se concretó. Llegó a estar ocho abajo (42-34), pero salvó bien el minuto final antes del descanso (41-42). Hay que darle valor y crédito al triunfo. El Cluj-Napoca podía sonar a chiste antes del arranque de la competición, de hecho accedió vía fase previa, pero ha sido el mejor equipo de la competición, con números en la mano hasta hoy. El Unicaja limitó muchísimo el juego del equipo de Transilvania, que había tapado sus carencias antes. Esta vez no.
El partido entró con empate en el último cuarto, 56-56. Y ahí el Unicaja exhibió músculo. Mooney le dio una buena réplica a Alberto, pero la salida del pelirrojo, al que Navarro estaba resguardando de faltas, cegó definitivamente a los rumano. Y llegaron los triples. Cameron, Brizuela, Bouteille... Y justamente el pelirrojo el que clavaba la daga final con otro desde ocho metros (65-78). Desde ahí hasta el final, el equipo malagueño tiró en los tres últimos minutos de oficio. Forzó faltas y negó los triples al equipo rumano. Y lacró el triunfo con más de los seis puntos necesitados para que el panorama se abra muchísimo. Una victoria el miércoles en Oostende daría el primer puesto del grupo y el factor cancha en los cuartos de final. La BCL es el camino más corto para, una vez que se solvente la salvación, hacer aún una temporada productiva. Si se consigue algo importante, fue por esta victoria en Cluj.
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