La Copa es lo de menos (72-76)

Resultado y crónica del Unicaja-Joventut

El Unicaja remonta en una segunda parte de locura 20 puntos de desventaja, pero no remata la faena ante un Joventut muy superior baloncestísticamente a los de Katsikaris

Jaime Fernández se lamenta.
Jaime Fernández se lamenta. / Marilú Báez

El Unicaja estuvo a punto de ganar un partido desastroso, en el que durante 25 minutos recibió un tremendo baño baloncestístico del Joventut. Fue justa la derrota (72-76) por lo que se vio durante la mayor parte del partido, aunque se soñó y se palpó un triunfo tras una remontada, de perder por 20 puntos a ganar por uno (71-70) minuto final. Pero el baloncesto premió a quien mejor lo jugó. Tuvo un triple para ganar Suárez, pulmón de este equipo y clave en la remontada. Y, tras el rebote en ataque de Eric, un alocado tiro sin mucho sentido de Cole, punteado y a cuatro metros aún con tiempo por delante, fue el final. Fue significativo que el Unicaja ni siquiera pudiera hacer una falta en ocho segundos para que Ribas acabara metiendo la puntilla. De Cole se esperaba que ganara partidos con ese prurito de campeón de la NBA. De momento, los pierde.

En un partido en el que había que salir con el cuchillo entre los dientes, el Unicaja fue pisoteado durante muchos minutos por el Joventut, que le dio una lección de baloncesto y que le dejó virtualmente sin Copa del Rey. Es lo menos, siendo grave, la ausencia casi al 100% en Granada. La remontada final y que se pudo ganar no debe enmascarar la sensación de otro año igual, de que el equipo se ha vuelto a caer y se arrastra por la pendiente. Ya no son los equipos de Euroliga, es que parecen inaccesibles los que deberían estar igual o por debajo. La Penya, con un equipos de canteranos reforzados por varias piezas de calidad, cabalga en la Eurocup y en la Liga Endesa en la parte alta, donde debería estar por presupuesto y empaque un Unicaja que enlaza temporadas pusilánimes. Sí, pudo ganar por un partido por esas cosas que pasan en el deporte. El Carpena, que está teniendo mucha paciencia y un comportamiento ejemplar durante esta temporada de regreso del público, empujó, sólo pitó al equipo merecidísimamente el descanso. El equipo respondió entonces y llegó a tiempo de competir el encuentro. Pero los jugadores que deben ganar partidos, si hay que comerse sus defectos es para ello, no lo hacen.

Quedan tres jornadas para el final de la Copa y el Unicaja está virtualmente fuera de la cita de Granada. Es algo inaudito en la historia reciente. Se falló en alguna Copa, en demasiadas, pero siempre con opciones hasta el final. Sólo las matemáticas impiden esta vez considerarlo un hecho. En un segundo tiempo de efervescencia y en el que el Unicaja jugó por momentos en estado febril, de hiperactividad, se demostró por dónde deberían ir los tiros. Algunas pistas en estructuras de quinteto y compatibilidad de jugadores hubo. Alberto y Suárez volvieron a enarbolar la bandera, pero una plantilla deficientemente construida y que no va sobrada de carácter no pudo sacar adelante ante un equipo mucho mejor. Al que pudo ganar, pero del que está muy lejos sobre la pista, a años luz.

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