No lo bastante duros (87-82)
Resultado y crónica del Unicaja-Lenovo Tenerife
El Unicaja da la cara y compite con el Lenovo, pero peca de blando en tramos del duelo en los que pudo voltearlo
Katsikaris dio galones a un Cole errático que no ayudó al equipo
El Unicaja estuvo en el partido hasta el último minuto en La Laguna, pero aún es demasiado blando y la duda, hasta que no la despeje, es si podrá endurecerse y coger callo. Si la vara de medir es la segunda mitad de temporada de la 2020/21, hay evidentes progresos y se puede seguir en una vertiente optimista. Pero persisten problemas estructurales, paliados en parte por un gran Barreiro y por Eric, que tienen difícil resolución. Gran parte reside en lo que pueda construir Fotis Katsikaris, que quiere dar galones a Norris Cole y le mantuvo de manera pertinaz en pista pese al horrible partido del americano, que no puede engañar con sus cifras (12 puntos y seis rebotes). Fitipaldo le hizo un hijo (31 puntos), mataba circulaciones con el abuso del bote, falló tiros en momentos en los que podía acercarse y no ofreció soluciones más allá del yo. Encajar su muy evidente talento en una estructura es el reto.
Perdió el Unicaja (87-82), dejando la sensación de que era un partido ganable, porque consiguió frenar algunas de las armas más dañinas del Lenovo. Pero ofensivamente (el carrusel de tiros libres finales infló) el partido fue deficiente. Muchas pérdidas, absurdas varias de ellas. Problemas en el rebote, que en parte se tapan con el peso de Jonathan Barreiro en este equipo, que no habrá que medirlo en puntos. Habrá días en los que anote más, los 13 puntos en el Santiago Martín no estuvieron nada mal, pero ya aporta muchísimo. Da una dureza que no existía en el plantel en esa posición. Bloquea, cierra rebotes, toca muchos balones divididos. Y en el arranque de partido, además, era el único que anotaba. Los siete primeros puntos del equipo fueron suyos. Sufría muchísimo el Unicaja en ataque en lo que sería la nota predominante en el primer tiempo. Nada menos que 11 pérdidas de balón, algunas de ellas risibles. Una de las señas de identidad de los equipos de Katsikaris suele ser el cuidado de la bola. Se perdieron demasiadas.
El Lenovo sigue el patrón de las últimas temporadas, un equipo que juega de memoria, que exprime las posesiones hasta encontrar el tiro liberado y que comparte el balón extremadamente bien. Sólo perdió un balón en 20 minutos, por ejemplo. Mandaba 20-11 el cuadro canario y un tiro libre de Bouteille y un triple de Abromaitis en el rebote contenían daños al final del primer cuarto (20-15).
El Lenovo intentaba cegar a Jaime Fernández, ya había hablado en la previa Vidorreta sobre su peligro. 2x1 constantes contra el madrileño para que tuviera el menos tiempo posible el balón en las manos. Cole no hacía jugar al equipo y en defensa alterna momentos en los que sí es duro y contiene el pick and roll del rival con otros, en la misma jugada, en los que se le va el santo al cielo. El rebote era también una fuga constante (ocho en ataque para el Lenovo) y eso compensaba que el rival no estaba fino en el tiro triple. Pese a que había mucho margen de mejora, el Unicaja estaba en el partido al descanso (38-34).
Empezó mal en la reanudación y el Tenerife colocó una alambrada en esa diferencia de entre cinco y 10 puntos. Tiene distintos venenos para los rivales Vidorreta. Fitipaldo se elevó varios cuerpos y Shermadini ofreció el contrapunto. Una antideportiva de risa de Eric, de árbitros que no han jugado al baloncesto, propició que el Tenerife se fuera por 11 puntos (58-47).
Tuvo momentos el Unicaja de recorte. Un par de buenas defensas, con Nzosa se arriesgó y se pudo abarcar más campo y Alberto condujo dos contragolpes, que no hubo margen apenas, bajaron a los cinco puntos. Ya en el cuarto final, erró Cole un triple para ponerse a tres. Con seis abajo se perdieron dos ataques. Jaime se echó al equipo a las espaldas para quemar las últimas balas. Se llegó a colocar a tres el Unicaja, pero el Lenovo no perdonó desde el tiro libres, con un Fitipaldo inconmensurable. Se compitió y se dio la cara. Pero aún el cuadro malagueño no es lo suficientemente duro para ganar en una pista complicada.
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