Regresión inesperada (62-67)

resultado y Crónica del Unicaja - Movistar estudiantes

El Unicaja encadena otro partido muy malo, con muchos momentos ofensivos de impotencia, para caer ante el Movistar Estudiantes

Decidió una falta sacada por Brizuela a Jaime

Adams bota el balón ante Pressey.
Adams bota el balón ante Pressey. / M. Pozo / Acb Photo

26 de octubre 2019 - 22:19

En la construcción de un equipo hay momentos de progreso y retroceso. Justo cuando parecía que el Unicaja había arrancado la moto con una señora victoria en Valencia que entroncaba con la de Vitoria semanas atrás, el equipo ha gripado. Es tentador unir la baja de Alberto Díaz a las derrotas en Oldenburg y ante el Estudiantes, señalarla como causa. Seguro que influye la pérdida del ancla del pelirrojo. Pero sería muy pobre dejar ahí el análisis, debería haber recursos en este equipo para ser más serio aunque no esté uno de sus sostenes. No son tanto las derrotas, que duelen, como la manera. Ha sido una semana de retroceso muy claro en el juego tras seis victorias consecutivas.

Aunque hubo opciones de ganar hasta el último minuto, el partido del Unicaja fue un ejercicio de impotencia hasta perder (62-67). La falta de acierto, que comienza a ser preocupante, en el triple y en situaciones cómodas llevó a que poco a poco el aro se fuera cerrando. Casimiro comprimió la rotación a 10 jugadores (se vistió Pablo Sánchez porque Jaime Fernández no está a tope) y el Estudiantes tejió una red en la que el Unicaja estaba atrapado. En 12 minutos se habían perdido ocho balones ya. Algunos de una falta de sincronía más propia de pretemporada, bolas a la grada sin nadie donde mandaba el sistema. Los chispazos de un Avramovic en progresión eran ofensivamente los principales recursos. Sólo un triple de un Adams, esta vez en versión Mister Hyde, sobre la bocina permitía llegar a los 25 puntos en 20 minutos. Con porcentajes de tiro en el 30% es normal, aunque es cierto que el Movistar había conseguido reducir el número de posesiones. Sin ser un prodigio de brillantez, los madrileños encontraban más focos anotadores y parecían tener la paciencia necesaria aunque el tanteo fuera bastante bajo.

Intentaba el Unicaja librarse de las cadenas, pero le era imposible. Encadenaba demasiados ataques sin anotar, Adams abusaba del bote y no se encontraban vías de agua. A finales del tercer cuarto, la distancia se propulsaba a los 15 puntos (33-48) en medio del caos y un correcalles (18 pérdidas al final). Un par de arrebatos de un Thompson del que se espera algo más de continuidad permitían acortar (41-52) al final del tercer cuarto. Sin Pressey en pista, el Unicaja aprovechó para, en dos minutos, enchufarse al encuentro. Hasta los tres puntos bajó la renta y Avramovic penetró para ponerse a uno, pero Palacios se lo negó. Recuperó el aliento un Estudiantes con el base americano. Mostraba el cuadro madrileño cierto oficio y capacidad de sufrimiento. Dangubic hacía un mate brutal y cambiaba el aire. El Unicaja atacaba mal y ello se traducía en contraataques estudiantiles. Cuando los culmina un pívot, Palacios dos veces, es que algo se hace mal, supone que el balance defensivo es malo.

Echó el último aliento el Unicaja, con el Carpena en ebullición, hasta colocarse a dos puntos (62-64) después de varias defensas buenas y arrebatos anotadores, más de casta que por fluidez o por baloncesto puro. Pero una inteligente falta que Brizuela sacó a Jaime para ganar tres tiros libres acabó por decidir un encuentro malo del Unicaja, que cierra una semana de regresión inesperada en el juego, perdiendo buena parte del crédito acumulado en la racha ganadora. Toca reflexión.

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