El epitafio merecido (90-96)

Resultado y crónica del Unicaja-REal Madrid

El Unicaja no aprovecha las opciones que concedió el Real Madrid para ganar y se queda fuera del play off

Tras remar mucho, decisiones malas en el último minuto condenan

Darío Brizuela se lamenta tras fallar un tiro clave. / Alvaro Cabrera

El epitafio de la nefasta temporada 2020/21 del Unicaja estuvo a la altura del peor curso del siglo XXI de la entidad malagueña, dentro y fuera de la pista. Fuera de unos play off que no se mereció jugar, el Real Madrid, que ganó 90-96, concedió numerosas oportunidades al Unicaja para medirse a él dentro de 10 días en los cuartos de final. Le perdonó la vida y le dejó con varias opciones en el cuarto final. Es cierto que el equipo de Katsikaris no se abandonó y fue animoso para ir a por el triunfo, pero las decisiones y el acierto en el último minuto fueron terribles. Deon Thompson, clave en la remontada, falló dos tiros libres para dar la primera ventaja del partido a su equipo. Darío Brizuela, con dos abajo a falta de 16 segundos, decidió atacar el aro ante Taylor para lanzar un tiro dificilísimo de manera precipitada, cuando había tiempo para masticar una jugada y tener un lanzamiento mejor, quizá un triple para ganar. Con cuatro abajo, a falta de seis segundos, Abromaitis pisó la línea de banda en el saque.

Se fue por esos detalles el partido después de remar río arriba. Quizá no dé para más esta plantilla, que no ha tenido estabilidad durante la temporada, salvo los meses de octubre y noviembre, con un calendario amable. Desde entonces ha sido fustigada continuamente. Las limitaciones físicas de la plantilla han sido un lastre acusado durante toda la temporada. La endeblez y desatención defensiva en tramos de un partido en el que la temporada se puede prolongar fue sintomática. El Madrid consiguió una innumerable cantidad de canastas fáciles tras un corte y un pase. Así, sencillo. El Unicaja padecía una barbaridad para lo mismo.

El cierre refleja lo que hay, un equipo que ha perdido más que ha ganado. No se puede salir a verlas venir en un encuentro al límite, puntos que acabaron pesando. Jaycee Carroll dejó claro con ocho puntos de arranque y un triple desde nueve metros (2-11) que el Real Madrid no venía de paseo a Málaga, aunque después hubiera bajada de pistón. El Unicaja mostraba una impotencia terrible para atacar, le era muy complicado crear situaciones de ventaja para tener tiros mínimamente cómodos. Es un mal que se ha agudizado en esta última etapa de la temporada, con el ataque llevado a demasiados impulsos personales. Se atacó mejor en la segunda parte, cuando el Real Madrid concedió opciones.

Laso rotaba a su plantilla priorizando necesidad de minutos o de descanso y su equipos se movía sin problemas en los 10 puntos de ventaja, con el Unicaja con los mismos problemas ofensivos. Abromaitis emergía como una solución anotadora, era el único que obtenía algún tiro cómodo. Jaime percutía para meter algún punto, pero el Madrid estiraba (24-39) hasta un punto que amenazaba con que el partidose podía quebar definitivamente demasiado pronto.

Echó una mano, más bien un pie, Rudy Fernández. El que puso de una manera que los árbitros vieron intencionada debajo de Brizuela en un lanzamiento triple del vasco. Innecesaria acción en un jugador de la categoría del mallorquín. La jugada acabó con Rudy expulsado por la antideportiva y por una técnica posterior tras advertencia previa. En el vaivén, el Unicaja metía seis puntos, otro triple de Brizuela en la posesión posterior, y coronaba un parcial de 0-8 (32-39). El Madrid tenía alguna dificultad más para anotar, pero Alocén encestaba un triple lejano para dejar en seis la distancia al descanso (39-45), una vez el triple posterior de Abromaitis no entró en tiempo.

Quedaba remar bastante, pero el Unicaja seguía en partido después de un momento crítico en el que se podía haber ido toda esperanza. Pero con ese escaso nivel defensivo no era posible cambiar la tendencia del encuentro a menos que el Madrid se abandonara. Y no lo hacía. En torno a los 10 puntos se movía el duelo, con mucha sensación de suficiencia visitante. El Unicaja hacía el partido largo y no se marchaba del mismo, pero era un frontón. Cuando llegaban las opciones de recortar, una mala defensa, un mal ataque y a seguir pelando como Sísifo.

Ya en el último cuarto, el Unicaja rebajó a seis puntos tras un triple de Francis Alonso, dando la talla en un partido de exigencia. Katsikaris había elegido a Bouteille por Waczynski porque estaba metiendo, pero en encuentros así se ve el enorme boquete defensivo que es el francés, con mucho talento para anotar pero escasa sangre para moder. Falló una canasta Jaime para bajar de los seis puntos (69-75) y la respuesta del Madrid fueron triples de Causeur y Garuba para ya ponerlo muy difícil a cinco minutos del final. Regresó el Unicaja, que se fabricó una opción para ganar, pero la desaprovechó con malas decisiones y los errores variados

Es el resumen de una temporada terrible en todos los aspectos, que la pandemia ha hecho aún más mala. Hay manos libres ya para hacer un cambio radical en muchos estratos del club.

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