Imposible ilusionarse con este Unicaja (78-68)
Resultado y crónica del Dijon-Unicaja
lndecente partido del Unicaja en Dijon, superado por un equipo con dignidad que tuvo más hambre
Actitud mala del equipo y los mismos problemas en el juego persisten
Pasados dos meses de competición y una quincena de partidos, cuesta horrores ilusionarse con este Unicaja, que no encadena buenas actuaciones. Fue indigno su partido en Dijon (78-68), donde fue pisoteado por un rival con orgullo que se desquitó de lo que pasó en Málaga. No juega a nada el equipo cajista, metido en una espiral complicada, en la que apenas saca la cabeza en algún partido para volver a hundirla. En la BCL la situación no es límite, fue la primera derrota, aunque es posible que se tenga que jugar en Grecia el primer puesto del grupo en la última jornada para evitar el play in. Pero esto va más allá, es la evolución y el crecimiento de un equipo, que no se percibe. En el mejor de los casos, se estanca. Siguen los partidos blandos y esta vez ni se compitió realmente, el Dijon gobernó sin problemas, aunque el resultado final se maquillara.
Fue indecente la puesta en escena del Unicaja en el partido, como si no importara, como si sobrara. De lo poco bueno del cambio de la Eurocup a la BCL se saca que hay menos encuentros intersemanales y menos desgaste. En una vorágine de 12 partidos al mes se puede entender alguna dimisión en un día concreto, puede dar alguna coartada, pero no en una de seis. Este formato castiga los descuidos e impide ser comprensivos con la dejadez en un momento puntual. De salida, 11-2 para un Dijon con sangre en el ojo. Fue vapuleado en el Carpena, pero no es el equipo que entonces demostró ser. Es un finalista de Liga en Francia, semifinalista de BCL hace un años. Tiene las señas de identidad del baloncesto francés, poderío físico y atlético. Y rebosaba hambre, se vio desde el primer minuto, la que le faltaba al equipo de Katsikaris. Empujado por el público animoso de su coqueto pabellón, daba bocados en defensa.
En ataque, el Dijon no tenía que esforzare demasiado porque generaba una ventaja con facilidad pasmosa. El Unicaja ponía una alfombra roja. Empezando por Cole y terminando por un Eric al que se le acaba el crédito. No va a ser un jugador sólido en defensa, al hecho de que no esté en su mejor forma se une una deficiente lectura. Puntualmente puede taponar o frenar a un rival, pero no hay continuidad. Pero no se libraba casi nadie, sería injusto personalizar sólo en ellos. Gavin Ware hacía un destrozo importante en la zona, tirando desde media distancia sin nadie a dos metros a la redonda. Así, con algún otro recurso, metió 20 puntos en la primera mitad sin soluciones en la pista y en el banco. Con la salida de Alberto Díaz, como suele ocurrir, el equipo tuvo minutos más dignos. Igualaba el Unicaja 21-21 tras dos triples de Brizuela y Francis Alonso al comienzo del segundo cuarto.
Pero el ataque sigue siendo un dolor de muelas, con el botesistema por defecto. Encalló una vez más el Unicaja. Eric seguía en pista salvo un interludio de Nzosa, con dos faltas y un par de errores. Y Holston, al que en la ida Cole borró del mapa, campaba a sus anchas, con canastas propias y asistiendo a compañeros. El alma mater del equipo francés se sentía muy cómodo en la pista. También superaba a un Jaime desconocido. Al descanso, 47-32.
Salió con otra actitud el Unicaja tras el descanso, habría charla dura de Katsikaris, no era complicado hacerla mejor. Cole parecía, ahora sí, motivado por frenar al dañino Holston. Técnica doble y cuatro faltas para el diminuto base de Michigan después de que golpeara con mano abierta (perfectamente antideportiva) después de una falta de Brizuela al vasco. Iban 23 minutos de partido y el Unicaja ya estaba en la frontera de los seis-ocho puntos (56-50). Eric metía un par de canastas, Brizuela más puntos y el partido se abría.
Pero esta vez la rotación no mejoraba al equipo y el Dijon, aún sin Holston, recuperaba el mando del encuentro y se iba al último cuarto con 11 puntos de renta (60-49). Los tramos buenos de partido cuesta optimizarlos. Se había estado a seis pero no se había cambiado completamente la tendencia del partido. Cole volvía a querer ganar el partido por sí solo y se volvieron a encadenar ataques y defensas de muy bajo nivel, insuficientes para ganar un partido. Holston retornó al partido y el Dijon recuperaba completamente el mando, metiendo canastas una tras otras bajo el aro (casi 50 puntos en la pintura), con esa alfombra roja intacta. Sería un error mirar sólo a los pívots, aunque se estudie el mercado en esa posición. La plantilla sigue desequilibrada y posiblemente no se le saque todo el jugo. Es imposible ilusionarse con este equipo.
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