Nzosa enciende la luz (78-81)
Resultado y crónica del Morabanc Andorra-Unicaja
El apabullante debut del joven congoleño cambia el curso del partido y el Unicaja rasca una victoria importantísima en Andorra
Brizuela y Alonso, ejecutores atacantes del triunfo
Siempre sale el sol y en Andorra hubo un fogonazo de luz llamado Yannick Nzosa que cambió una situación crítica para el Unicaja. Puede parecer exagerado en la jornada 3, pero una derrota en el principado le hubiera dejado muy tocado. Pero rascó un partido de mérito en una cancha siempre complicada (78-81). Casimiro puede tener muchos defectos, pero no es timorato para alinear a jóvenes. Hasta ahora había temporizado por respetar los roles. Le soltó las rienda al joven congoleño y cambió diametralmente el panorama. En el último cuarto se jugó las habichuelas con el congoleño y Pablo Sánchez para dar aire a una línea exterior con pocos efectivos. El trabajo conjunto de un Darío Brizuela persistente y un Francis Alonso letal le dio la vuelta al marcador en el último cuarto, en el que el Unicaja entró perdiendo y llegó a hacerlo por 10, para ganar un partido capital.
Habrá tiempo de hacer análisis más extensos, pero hay, debe haber, un antes y un después de este partido. Con la baja de última hora de Axel Bouteille, con un esguince de tobillo, Casimiro recompuso la rotación y colocó de partida a Abromaitis como tres. El Unicaja adolecía de entrada de los mismos problemas habituales, dificultad para generar triples cómodos, problemas para proteger aro y desequilibrio en ciertos emparejamientos. Metía cinco triples en el primer cuarto el MoraBanc, en buenas posiciones, y se marchaba por 25-17. Había mucho que corregir. Guerrero y Gerun mezclaban alguna acción buena con otras desesperantes. Y después quedarían peor.
Yannick Nzosa debutó en partido oficialmente mediado el segundo cuarto, aprovechando la tercera falta de Gerun. Y se hizo de día con el joven congoleño, de sólo 16 años. Los debuts a esa edad suelen ser testimoniales, pero su impacto en la pista fue brutal. Tan fácil como tener, pese a su aparente delgadez, un protector del aro. Siendo su físico privilegiado para jugar a este deporte, quizá lo que hace diferencial es su buena lectura del baloncesto, extrañamente inusual a su edad. Su refinamiento técnico en cuestiones defensivas es de aplaudir. La capacidad para recuperar después de salir a defender el pick and roll, para perfilarse para el rebote, su buen timing para el tapón... Hubo que esperar varios minutos para un error de concepto. Y de él fue la última canasta del cuarto, tras pase de Francis Alonso, para completar un notable segundo cuarto del equipo, mucho más intenso defensivamente (36-38).
Comenzada la segunda mitad, el Unicaja se sentía cómodo (39-43) y llegó un momento arbitralmente vergonzoso. Se expulsó a Adam Waczynski con una técnica por simular, ya se le había pitado otra en la primera mitad. La repetición demuestra cómo Pérez y Palsson le empujaban. El polaco no está bien, pero con la falta de efectivos que había, era importante su concurso. En el siguiente ataque del MoraBanc Andorra, técnica a Francis Alonso también por simular cuando le habían pisado corriendo hacia atrás. A un equipo que no está sobrado de confianza como es el actual Unicaja no le vino bien ese cúmulo de decisiones arbitrales. Se enchufó Hannah, muchas veces desequilibrante, para meter dos triples y poner otra vez el marcador cuesta arriba (52-45) para el Unicaja. Los chispazos de Brizuela no cambiaban la dinámica y volvía a marcharse el MoraBanc a los 10 puntos (60-50), distancia a lo que no se llegaba desde el primer cuarto. Después de que Llovet sellara a Guerrero para desesperación colectiva, Nzosa volvió a pista y al final del tercer cuarto se llegaba con 64-54 a favor andorrano. Brizuela daba síntomas de fatiga y, como ha sucedido en los primeros partidos, los equipos interpretan mejor a Gal Mekel conforme pasan los minutos. Se ciega al israelí y las dificultades para generar juego crecen. Y su toma de decisiones, alternadas con pases de altas escuela, no es la mejor.
Con Nzosa otra vez de protagonista, con Mekel y Alberto alimentándole, con minutos para Pablo Sánchez para darle refresco al cansado juego exterior, un triple de Francis Alonso en carrera en contragolpe ponía al Unicaja a sólo dos puntos (66-64). Y dos tiros libres fabricados por el malagueño y otra canasta de un Nzosa estelar daban ventaja (66-68) al equipo malagueño a falta de cuatro minutos. Se había remado mucho y se necesitaba tanto la victoria. Brizuela se echó el equipo a las espaldas y otro monumental triple de Francis Alonso con la posesión a cero desde ocho metros y en desequilibrio daba una ventaja que debía ser capital (73-77) para la suerte del partido. Un tapón que pareció legal de Nzosa a Tunde fue dado por canasta y Alberto Díaz, muy listo, sacó una antideportiva a Paulí que parecía sentenciar, pero errores en los tiros libres dieron a Hannah una opción con un triple lejano para empatar. No entró.
Y el Unicaja respiró aliviado en una victoria muy necesaria, que debe marcar una raya con lo visto hasta ahora. El 27 de septiembre de 2020 debutó Yannick Nzosa con el club cajista. Puede ser una fecha de antes y después, un punto de inflexión.
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