Un final ruinoso (84-82)
Resultado y crónica del Tofas Bursa - Unicaja
El Unicaja se fabrica una oportunidad para ganar en Turquía cuando estaba casi sin opciones, pero acaba perdiendo tras una mala defensa y un pésimo ataque para finalizar
El Unicaja vuelve de Bursa con cara de tonto. Remontó un partido que estaba casi imposible mediado el último cuarto, cuando perdía por 11 puntos (81-70). Se colocó por delante a falta de 40 segundos. Y lo perdió en una última posesión incomprensible, en la que casi nada se hizo bien, con un ataque tras tiempo que pareció diseñado por Orhun Ene en vez de por Casimiro.
Jaime hizo una temeridad que le salió bien con un caño en campo propio a un rival para salir de la presión, que había puesto al límite. A partir de ahí, bote, bote, dos malos pases, de Thompson y de Alberto Díaz, y el balón recuperado por el rival. Una dolorísisima derrota (84-82) en Turquía que pone cuesta arriba el Top 16 de la Eurocup en el primer envite. Se perdió, aun con las bajas, una excelente oportunidad, fabricada in extremis, para coger las riendas y marcar territorio. Y en una fase tan extremadamente corta como ésta, a saber si vuelven.
Con el agua al cuello, después de penar y estar en el partido con fatigas, Casimiro tomó una decisión que parecía muy arriesgada a falta de seis minutos. Poner en pista a Rubén Guerrero, que no había jugado ningún minuto antes. El marbellí metió un mate y defensivamente fue clave para el colapso de rival, que estuvo cinco minutos sin anotar y permitió un parcial de 0-11. Pese a que falló opciones ofensivas, con alguna decisión discutible, tuvo corazón para no irse del partido y dar la vuelta. Otro cantar es por qué no se jugó con esa determinación y agresividad en defensa a lo largo de todo el encuentro. Hubo momentos de laxitud. Se perdonan los desaciertos, pero visto a posteriori cómo mordió ahí el equipo, cabe poca disculpa por esa pachorra anterior.
Thompson, en su mejor partido de verde, metió una canasta tras rebote para poner al equipo arriba a 44 segundos (81-82). Ya sin Guerrero, Ugurlu se metió hasta la cocina para meter el 83-82 a 23 segundos. Quedaban 23 segundos y tiempo para masticar el ataque debía ser definitivo. Y no se puede ni tirar a canasta cuando se tiene una bola para ganar el partido. Pero fue lo que sucedió. Thompson parecía el hombre elegido, por estar caliente. Pero se la pasó a Alberto Díaz cuando recibió de cara para jugar. Y el base se la quitó de encima sin que el ala-pívot pudiera recuperarla. Devin Williams metió un tiro libre a 1.3 segundos aunque tiró a fallar. Y el triple desesperado de Alberto Díaz no tocó aro.
Todo, en el día en el que el Unicaja compartió mucho mejor el balón (22 asistencias, 15 en el primer tiempo) y tuvo un acierto decente desde el triple (36%, empeorado al final), al equipo le faltó consistencia para ganar en Bursa en el estreno del Top 16 de la Eurocup, aunque estuviera en un tris de hacerlo al final. La manta siempre deja algunas partes del cuerpo al descubierto. La ausencia de Carlos Suárez, más seguramente que la de Adams, fue importante. En un equipo que adolece de inteligencia baloncestística, la figura del capitán se agiganta. Capaz de repartir juego desde el poste alto como ningún otro jugador, hábil para cerrar rendijas al ataque visitante y organizar a sus compañeros atrás como ningún otro interior del equipo. Clarividente, en suma, para saber lo que se necesita en cada momento. El Unicaja eso no lo tiene y cuesta pensar que vaya a adquirirlo cuando ya ha pasado casi media temporada.
El equipo de Casimiro aguantó la cara a un Tofas Bursa con las ideas claras, con un núcleo interesante de americanos reforzados por inteligentes locales, conscientes de sus roles. El partido se fue cayendo del lado turco progresivamente. El Unicaja aguantó el primer tiempo con un muy buen movimiento de balón, seguramente gracias a la ausencia de Adams, que da muchas cosas pero que retiene la circulación con abuso del bote con demasiada frecuencia. Claro que se pierde improvisación, potencia y capacidad de desborde sin él. Pero el Unicaja encontraba mecanismos para hacer daño. Sucede que no era capaz de blindar el aro propio y eso le costaba ir a remolque (48-44).
El tercer cuarto fue doliente, el Unicaja no conseguía imponer el ritmo. Melvin Ejim hacía un partido muy serio, intentando ocupar el lugar de Suárez con dignidad. Toupane alternaba un robo con dos malas decisiones. Y por dentro seguía la sangría constante. Además, Brizuela salía del partido por cinco faltas en el minuto 29. Un tanto inexplicable que estuviera con cuatro faltas en pista. Con el partido casi perdido y con un average malo en perspectiva, a Casimiro le salió bien la jugada de Guerrero y el Tofas colapsó. La oportunidad de ganar un partido perdido se la ganó el Unicaja, pero la última defensa y el último ataque fueron deficientes. Y la victoria se quedó en Turquía. Hay que ganar cuatro partidos y ya quedan cinco oportunidades.
No hay comentarios