Fracaso consumado (89-91)

Resultado y crónica del Unicaja-Baxi Manresa

El Unicaja cae ante el Baxi Manresa ofreciendo una mejor cara que en el primer partido, pero con un doloroso tiro de Thomasson a un segundo que le expulsa de la BCL

Dejan Kravic bota ante Valtonen.
Dejan Kravic bota ante Valtonen. / Fiba Bcl

El Unicaja es ahora mismo un club al que sostiene, todavía y se desconoce por cuánto tiempo, una inversión importante de su patrocinador, una historia y una tradición, también una afición menguante en número pero con un núcleo reducido fiel. Se ven brotes verdes en la cantera, pero deportivamente está muy abajo, mucho más de lo que se podía creer. Se ha sorteado el peligro de descenso con una racha decente de cuatro victorias en cinco partidos de ACB ante rivales de la segunda mitad de la tabla. Pero no está para nada más, ni para hacer algo serio en la Basketball Champions League, la competición a la que se decidió descender, un cambio “estratégico” asumido por Antonio Jesús López Nieto, el verano pasado, renunciando a regresar a la élite continental porque no era viable. Seguramente es el nivel real deportivo del club. Ya se estuvo en los cuartos de final gracias en buena parte a la invasión rusa de Ucrania. Y se cierra la competición con una derrota ante el Baxi Manresa (89-91), de forma dolorosa con una canasta a falta de un segundo de Thomasson que no pudo ser repelido por un lanzamiento a la desesperada de Bouteille. Un equipo catalán que está muy por encima deportivamente con menos de un tercio del presupuesto malagueño. Es el retrato perfecto de la deriva. Al menos se guardó la cara en el segundo partido del play off, que desde 2019 no se jugaba un partido de eliminatorias (Copa aparte) en casa. Se estuvo siete puntos arriba en el cuarto final, pero, como durante toda la temporada, se han perdido perdido partidos claves con canastas rivales en el último segundo. Esta vez también. Es un detalle más de un equipo perdedor.

Ante un rival henchido de confianza, que tiene algunos tics de aquel Unicaja del subcampeonato del 95 del recientemente fallecido Javier Imbroda, con poco más de media entrada pero un muy buen ambiente en el Carpena, el Unicaja estuvo en el partido siempre, aunque el rival superara la decena de puntos de renta.

El Manresa exhibió en las tablas malagueñas todo lo que se pregona de él, aunque tuvo momentos en los que el Unicaja apretó. Tuvo un momento de duda en el segundo cuarto, al arranque, cuando los de Navarro pudieron ajustar mejor la defensa y cambiaron un poco el guión. Se marchó por cuatro puntos (26-22) después de que el Baxi sólo metiera dos puntos en seis minutos. Pero rápidamente se activó y, tras varias pérdidas y malas decisiones cajistas, volvió a poner la velocidad de crucero y a regresar a la proyección de 100 puntos. Un triple de Darío Brizuela sobre la bocina dejaba el 42-50, por debajo de los 10.

Era duro ver cómo un pase manresano en estático creaba ventaja para un tiro cómodo o cómo tras una canasta la transición rival se montaba para dejar una bandeja con dos pases bien hilvanados. Moneke (buen jugador al que le sobran tantos gestitos) hacía un butrón impresionante, no había defensor que lo contuviera. Carlos Suárez fue el que lo consiguió más tarde. El ataque, de nuevo, iba a impulsos. Producía Jonathan Barreiro, el único jugador que sale reforzado de la eliminatoria. Se estaba en el 30% en triples y se necesitaba alta puntería desde fuera. Porque volvía el botesistema. Cuando enfrente hay capacidad no se desborda tan sencillo y entonces todo se oscurece.

El Unicaja consiguió con esfuerzo y sudor que al rival le entraran dudas. Bouteille metía una ráfaga, se defendía al límite y se pudo conseguir una renta de siete puntos que no se pudo gestionar. Mooney metió un par de canastas importantes, pero se flipó demasiado. Francisco igualó el partido con un triplazo, el americano cajista falló y, tras una lucha, le quedó la posesión a los manresanos. Thomasson ejecutó desde cinco metros. No hubo respuesta.

El Unicaja se va de la BCL con seis victorias y siete derrotas. Un balance negativo que ratifica una temporada desastrosa. Habrá que tomar medidas en verano. Porque de campaña fallida hay riesgo de pasar a club fallido.

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