Lo que pudo ser (88-63)
Resultado y crónica del Unicaja-Divina Joventut
Las piezas del Unicaja reencajan con el regreso de Jaime Fernández y un Alberto espectacular
Se amarra bien el quinto puesto y se estrecha la lucha por el cuarto lugar
El revisionismo imperante estos días se podría aplicar también al Unicaja. ¿Qué podría haber sido con Alberto Díaz y Jaime Fernández en un tramo determinante de la temporada como el que se pasó? Pues igual no se hubiera jugado este domingo en el Carpena porque este martes comenzaba la final de la Eurocup. Pero es un ejercicio de baloncesto ficción, lo cierto es que el Unicaja no fue lo suficientemente sólido para sobrevivir sin su referente defensivo y su jugador ofensivo más desequilibrante y se fueron victorias bien maceradas pero no rematadas.
La buena tunda que le metió el Unicaja al Joventut (88-63), ganándole el average a un rival directo, con un brutal Alberto Díaz y un chispeante Jaime de vuelta, da confianza para pensar en que se puede hacer un bonito final de temporada aunque exista ese resquemor por una oportunidad perdida que quizá no vuelva. El Unicaja hizo un partido defensivamente muy bueno, del mejor nivel del curso, quizá con algún tramo de fuga de rebote defensivo como tara. Ayudó el mal día del Joventut (1/15 en tiros de campo en el primer tiempo y casi 20 pérdidas al final), pero hay que concederle crédito a jugadores y entrenador cajistas. Se desactivó a Laprovittola, máximo anotador y asistente de la competición, con tres jugadores distintos defendiéndole y sacándole de punto.
Después de marcharse (28-12) mediado el primer cuarto, con triples de Salin para hacer hueco, el Joventut volvió al partido, llegaría a colocarse a sólo dos puntos al comienzo del tercer cuarto. Se nota también en la recuperación de efectivos no sólo la calidad de los que regresan sino que hay más cantidad de efectivos, hay más piernas y aliento. En ese momento delicado tras casi perder 16 puntos de renta, Casimiro juntó en el campo a Díaz, Fernández y Suárez y el resultado fue devastador. El Joventut sólo anotaría tres puntos en ocho minutos y el parcial fue de 22-3.La estabilidad que concede el núcleo español potencia las cualidades del resto del equipo y durante muchos minutos voló el Unicaja, arrancando los aplausos de un Carpena que respondió, casi 8.000 espectadores.
De ahí al final fue un festival. Se celebró mucho el regreso de Jaime Fernández, que debe ser el jugador bandera en los próximos años del equipo malagueño. Se le vio activo, agresivo. Contamina positivamente al resto y genera unos espacios que no ha habido en estas siete semanas en los que no ha estado.
El Unicaja está ya en una pelea clara con el Valencia por el cuarto puesto, el lugar más natural al que puede aspirarse. Las buenas vibraciones ofrecidas ante el Joventut sirven para canalizar la ilusión de aquí hasta mayo. Vienen ahora dos semanas para trabajar, cargar el depósito de gasolina, en un parón que tras el partido de ayer no parece positivo. Con estos jugadores sanos, la idea de Casimiro recobra una apariencia más vigorosa, se hace más creíble. Por un momento de zozobra pareció que podría sobrar el resto de la temporada. Los jugadores mandaron un mensaje en el parqué del Carpena bastante positivo. Por más que se piense en lo que podía haber sido.
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