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Resultado y crónica del Unicaja-Nizhny Novgorod

El Unicaja pasa por encima del Nizhny y se asegura el pase al Round of 16 de la Basketball Champions League

Jaime Fernández bota el balón. / Javier Albiñana

El Unicaja firmó el impreso para el Round of 16 de la Basketball Champions League con el atajo del primer puesto del Grupo C, alcanzado en buena lid tras deshacerse del Nizhny Novgorod ruso (93-69). La facilidad, salvo el descalabro de Dijon, con la que el equipo cajista ha conseguido, con una jornada de antelación, conquistar el primer puesto del grupo, que era obligado, y con marcadores amplios no obsta para que se haya cumplido con el deber. En una competición de menor enjundia no hay que llevarse a engaño por esta sencillez y ahora se elevará el nivel, no será un paseo aunque haya presión y deber de llegar lejos.

Ha servido esta primera fase para aterrizar en un planeta distinto y catar otra realidad. El premio añadido es evitar una eliminatoria de play in en las primeras semanas de enero que hubiera sido un dolor de muelas. Habrá un trámite la próxima semana en la pista del Lavrio y la BCL no regresará hasta finales de enero. Sin distracciones para centrarse en subir posiciones en la Copa del Rey. Ver al equipo continuamente en la segunda mitad de la clasificación de la ACB chirría. En Europa, con la exigencia menor, se ha cumplido la primera etapa, de dificultad baja. Subirá porque habrá rivales mejores y habrá tramos de semanas más intensas.

Katsikaris toca teclas en vista de que el equipo necesita cosas distintas. Barreiro de tres de salida, Guerrero adelanta en la rotación a Nzosa, alguna estructura de quinteto distinta, con Alonso de escolta, ya avisó de que lo haría en función del rival. El equipo siguió en la tónica habitual en los comienzos. Espesura ofensiva (15 puntos en el primer cuarto), apenas la conexión Jaime-Eric daba algo de anotación. El Nizhny, con más efectivos que en la ida y con parte del espinazo de la selección de Rusia, que justamente dirige Zoran Lukic, parecía que podía hacer daño. Strebkov y Toporov causaban algunos problemas. Hasta el minuto 15 el partido estuvo enmarañado. El Unicaja empezó a leer mejor el partido con los minutos de Carlos Suárez. Es evidente que el capitán está lejos de su tope físico, a sus 36 años es difícil que lo recupere, pero en sus manos y en su cabeza hay aún mucho baloncesto. Empezó a dotar de sentido al ataque, repartiendo juego desde el poste alto y desde el poste bajo. Sí, perdiendo un par de balones por arriesgar pases. Pero también generando puntos fáciles con pases ágiles y menos previsibles de los que habitualmente realiza en estático el equipo antes de pasar al bote.

Dos triples de Bouteille y dos canastas de talento de Cole, algo alocadas pero con su sello porque si se le fichó es con sus virtudes y defectos, disparaban la ventaja al final del primer tiempo (38-25). Buenos minutos de Rubén Guerrero, de nuevo, teniendo presencia debajo de los dos aros y enlazando buenas prestaciones para coger consistencia.

Tras el merecido reconocimiento a Alfonso Queipo de Llano, el padre del baloncesto malagueño, en un emotivo acto al descanso en el que se honró de manera cariñosa, como se hacen los homenajes, a una figura capital para la canasta de la provincia, el Unicaja se disparó en el marcador con más canastas de Eric y un triple de Jaime (48-27) en un parpadeo. Tan rápido como el Nizhny redujo (52-39) y Katsikaris pidió un tiempo muerto. Pero la diferencia se estabilizó entre los 15 y los 20 puntos (71-50 al final del tercer cuarto), con Bouteille exhibiéndose en un contexto propicio para él. Los 6.137 espectadores, con miles de niños de clubes de toda la provincia y un bonito ambiente, pudieron ver una victoria del Unicaja, que ha cumplido con su primer cometido en una competición con un buen envoltorio pero que en Málaga, de momento, sabe a poco. A finales de enero volverá al Carpena. Es de esperar que con un espectáculo mejor en la pista.

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