'In crescendo' del Unicaja (85-67)

Resultado y crónica del Unicaja - Obradoiro

El Unicaja consigue una convincente victoria ante el Obradoiro después de un mal primer cuarto al que sucedieron 30 minutos de un baloncesto apreciablemente mejor

Frank Elegar realiza un mate espectacular.
Frank Elegar realiza un mate espectacular. / Marilú Báez

El Unicaja realizó un in crescendo en su primer partido de 2020 para acabar a un buen nivel de juego y con un resultado convincente (85-67) para derrotar al correoso Monbus Obradoiro. Tras ir a remolque durante todo el primer tiempo, la inercia creada en un segundo cuarto ya más serio tras el enésimo mal arranque le permitió demoler al equipo gallego en un partido completo, en el que la defensa acabó siendo el factor definitivo. Conforme avanzó el partido se vio un ataque más engrasado, incluso en estático aunque el escenario más cómodo de este equipo es la transición y contragolpe. Con pases creativos y canastas de fantasía poco frecuentes, con un buen catálogo de mates de un acertado Elegar, en uno de sus mejores partidos de verde, la afición disfrutó con su equipo. Cantó el himno y hasta algún villancico. Pero, sobre todo, vio a un equipo más clarividente. Veamos si es una línea.

No obstante, le costó al Unicaja coger el ritmo del partido, que se empezó jugando a lo que quería Pepe Pozas. El base malagueño manejaba los hilos del partido, con plena confianza del entrenador. El Obradoiro mostraba un acierto altísimo y había metido 24 puntos en siete minutos de partido ante un Unicaja laxo, que no llegaba a un puntear tiros y que no se sentía cómodo.

Como suele ser demasiado habitual, el Unicaja encontró equilibrio cuando salieron a la pista Alberto Díaz y Carlos Suárez en la primera rotación del partido. Esta vez, por ejemplo, Rubén Guerrero había sido titular en labor de desgaste a Kravic, que por apariencia física tiene algunos gestos de Shermadini, sin alcanzar la calidad del georgiano. Estaba siendo un hombres importante y el marbellí tuvo esa tarea. Pero no funcionaba el juego del equipo.

6-15 o 19-26 fueron ventajas que alcanzó el equipo gallego, en el que Aleix Font exhibía parte del potencial que se le presuponía en categorías inferiores. La salida de Díaz y Suárez cambió el panorama. El Obradoiro había castigado mucho las ayudas y una deficiente defensa del bloqueo directo.

No es que fluyera el baloncesto a borbotones, pero sí dieron el empaque necesario para limitar las canastas sencillas del rival, que habían llovido en los primeros compases. Si en el primer cuarto se recibieron 26 puntos, en el segundo se redujola sangría a 12. Buenos minutos de Elegar, un jugador limitado pero que puede hacer cosas aprovechables. Se buscó un par de canastas y estuvo activo. También Ejim dio un relevo de cierta calidad en sus primeros minutos en el Carpena en más de un mes. Un dos más uno de Jaime Fernández a tres segundos del final devolvió al Unicaja el liderazgo en el marcador que no había poseído desde el 4-3 de los primeros compases. La mejoría defensiva y también un progreso en el rebote habían permitido reducir el caudal del Obradoiro, no obstante, un rival lo suficientemente competitivo para no bajar la guardia (40-38 al descanso).

El Unicaja regresó enchufado tras el descanso, manteniendo una tensión defensiva correcta, aunque había alguna grieta por la que se colaba Kravic. No era culpa de Elegar, que impactaba en el partido bastante. Tocaba tres balones que su equipo recuperaba y confirió presencia en el rebote. Ello permitía correr y generar canasta fáciles. Josh Adams ejecutó varias. Un dos más uno en transición, dos tiros libres, un triple... También un Deon Thompson al que los números no le quitan frialdad metía un mate en un contraataque, con Jaime llevando las operaciones.

Se fue hasta los ocho puntos de renta el Unicaja (50-42), más tarde hasta los 10 (56-46). Y el público mostraba entusiasmo con lo que veía. Un pase de canasta a canasta tras tiro libre recibido de Suárez a Díaz, una buena penetración de Brizuela con rectificado... Se defendía bien al peligroso Fletcher Magee, algo obcecado con el tiro. Y al final del tercer cuarto se tenía una renta interesante (62-51).

Siguió la buena tendencia en el cuarto final. Una mejor ocupación de espacios en ataque y la confianza ganada en defensa permitió ver un juego mucho más fluido, con la bola compartida y más dinamismo. Un dos más un de Alberto Díaz , con adicional errados, llevaba la distancia hasta los 14 puntos (68-54) y daba tranquilidad para afrontar el tramo final de partido. Brodzianski se negaba a rendirse en el cuadro gallego, pero un rectificado de Waczynski tras otra buena circulación de balón colocaba un 77-61 ya definitivo. Jaime quiso dar espectáculo con Elegar y el Unicaja se fue entre los vítores de su afición, que aplaudió la progresión durante el partido de su equipo.

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