Siete minutos que valen por 40 (90-86)

Resultado y crónica del Unicaja-Urbas Fuenlabrada

El Unicaja saca adelante un partido que tenía muy complicado ante un Urbas Fuenlabrada con talento pese a su posición

Horrible primer tiempo salvado por un gran tercer cuarto

Yannick Nzosa entra a canasta.
Yannick Nzosa entra a canasta. / Acb Photo / M. Pozo

Un espectacular tercer cuarto (más concretamente siete minutos, del 20 al 27) en el que se vio la versión condensada de lo que sería el juego ideal de este Unicaja, fiereza defensiva, agresividad y facilidad para correr y producir, salvó un partido delicado, en el que el Urbas Fuenlabrada fue más tiempo por arriba en el marcador y en el que el equipo malagueño tuvo que superar dificultades. Nadie, salvo Madrid y Barça y no siempre, ganan con facilidad en esta Liga Endesa. Y no está el Unicaja para dispendios y exhibiciones. En casa juega más cómodo, aunque escuchó los primeros pitos de la temporada porque el primer tiempo fue paupérrimo. Ese espejismo real de siete minutos, con un parcial de 17 puntos a favor, cambió la suerte del encuentro (90-86). Pero los problemas persisten y hay que reflexionar en este parón de partidos internacionales, ver si hay fórmulas para mejorar. Porque debe crecer muchísimo para pensar en algo serio.

Como es ya habitual, el Unicaja salió al partido por debajo de las prestaciones del rival. Cuando se repite con tanta frecuencia no es un exceso de confianza o una falta de alerta. Será bloqueo mental o sobredosis de tensión. O la recurrente falta alarmante de baloncesto que exhibe el equipo. Katsikaris cambió, como en Dijon, y colocó a Cole con Jaime, pero no parece problema de nombres. Desde el principio, el Urbas Fuenlabrada iba imponiendo su ritmo, con varios focos anotadores distintos. La defensa del pick and roll era de nuevo un drama, el rival generaba ventajas de manera constante. A trancas y barrancas, el equipo malagueño se mantenía en el partido (14-20), sin mayores soluciones desde el banquillo.

Con Guerrero y Suárez fuera de la rotación, el técnico griego intenta encontrar más mecanismos y conocimiento en juego entre sus jugadores, pero no surte efecto. Desde el 16-26, cuando aparecieron los primeros pitos de la temporada en el Martín Carpena, ha habido paciencia, por el mal desempeño del equipo, el Unicaja mejoró defensivamente. Con Alberto Díaz, perdiendo inusualmente un par de balones, en pista hay unos mínimos defensivos que ayudan al equipo. También Nzosa, que jugaba más por los problemas de falta de Micheal Eric, aportaba con presencia en la zona. Seguían los problemas con el manejo de la bola (10 pérdidas al descanso), pero poco a poco goteaban puntos mientras se protegía el aro. Un triple y un dos más uno de Francis Alonso, un triple de Brizuela y una canasta de Micheal Eric igualaban con sudor el partido (30-30).

Pero vino otro apagón. Minutos lamentables de Cole en pista, con desatención defensiva, abuso del balón y malos tiros. Cuatro minutos sin anotar y el Fuenlabrada otra vez por delante, con dos mates espectaculares, de póster, de Alexander. Con mal cuerpo se iba al descanso (33-39), con la necesidad de mejorar mucho para sacar adelante un partido tenso y con presión.

Y sí, se creció de una manera exponencial, desde un nivel defensivo mucho más alto. El quinteto fue Cole-Brizuela-Bouteille-Abromaitis-Nzosa. Fue un torbellino el equipo malagueño, robando balones, con anticipación, agresividad en las líneas de pase. El escenario en el que este equipo puede marcar diferencias. Fue un estallido de seis minutos y medio en los que se anotaron 27 puntos. Entre medias, canastas de bellas facturas, mucha velocidad y vértigo. Con poco, el Carpena estaba encendido, no hay que ofrecerle demasiado para que levite. Abromaitis, el jugador más regular del equipo, marcaba la máxima renta (64-53) del partido, el Unicaja no había estado por delante hasta el minuto 25.

Sucede que el momento de exuberancia no duró demasiado. El Fuenlabrada, después de un tiempo de Raventós, volvió al partido y estaba ahí al final del tercer cuarto (65-61). Ese gestionar momentos buenos, optimizarlos en el marcador, le cuesta al Unicaja. Ya en el cuarto final, triples de Francis Alonso y Alberto Díaz, asistiéndose uno al otro, daban ventaja (75-66) al equipo malagueño casi en la frontera de los 10 puntos de ventaja. Pero el partido había que masticarlo hasta el final porque se atragantaba.

Eric fallaba una bandeja increíble y Cheatham colaba un triple que hacía daño (75-71). Apostaba entonces Katsikaris por el trío Díaz-Cole-Brizuela para dinamizar. Otro triple de Abromaitis, excelente, y sendas canastas de Cole y Brizuela daban otra vez tranquilidad (82-71) a falta de tres minutos. Un cortocircuito de Cole, bastante frecuente y peligroso, complicó el final. Le dio un mamporro a Samar y le ofreció una última bola al Urbas (88-83). No se pudo hacer acopio de average, pero se sacó un triunfo capital para seguir aspirando a objetivos mínimamente ambiciosos.

Estadísticas

stats