Con buena letra (91-77)
Resultado y crónica del Unicaja-Movistar Estudiantes
El Unicaja saca adelante un partido serio ante el Movistar, con gran acierto en triples en el último cuarto y sobreponiéndose durante el duelo a la ausencia de Darío Brizuela
Con buena letra, con progresos en distintos aspectos del juego siguiendo la línea de antes del parón, el Unicaja sacó adelante un partido que se le fue endemoniando progresivamente, con la lesión de Darío Brizuela, que se retiró en el segundo cuarto con problemas de tobillo. Un gran acierto en la segunda mitad, especialmente en un último cuarto muy certero desde el triple, despegó al Movistar Estudiantes, un equipo talentoso pero sin la consistencia deseada, una amalgama de jugadores llamativos que no ha fraguado. Es por ello está en situación crítica. Un paso adelante colectivo del equipo de Katsikaris, que encontró asideros en varios jugadores para levantarse. Desde un Alberto Díaz que apretó los dientes para jugar con dolores en su rodilla izquierda para ser el jugador más valorado del partido (23) atisbando un triple doble hasta un debutante Malcolm Thomas que causó buena impresión (11 puntos y cuatro rebotes) aunque esté lejos de su mejor forma. 91-77 y primera victoria en el Carpena desde el 6 de diciembre, ante el UCAM Murcia. Desde entonces se habían perdido siete partidos, tres de Eurocup y cuatro de ACB. Un lastre demasiado grande, aun en tiempos pandémicos en los que se atenúa el factor cancha.
Toda mejoría, insistía Katsikaris, empezaba desde atrás. Y el Unicaja está siendo más sólido en canasta propia. No hay otro camino para crecer que atajar la sangría que había antes. Es anormal meter un 58% en tiros de tres y un 39% en tiros de dos, como hizo el equipo malagueño. Pero la mejoría atrás permitió ganar con cierta holgura, cuando convergió el acierto de Bouteille y Alonso en el periodo final para romper el partido. Como ha pregonado el técnico griego desde que llegó, el talento existe, no poco. Se trata de aguantar en los partidos, no se fue el Unicaja del mismo y se agarró en un segundo cuarto áspero y espeso (22-28 llegó a dominar el Estudiantes) tras cinco minutos sin anotar en juego. Porque las llamaradas anotadoras pueden llegar casi desde cualquier jugador cajista.
La asignación de roles es uno de los campos en los que el nuevo técnico cajista más insiste. Ahora mismo, un jugador capital es Adam Waczynski. El polaco está rindiendo en sus niveles de solidez en los dos lados de la pista más altos que se le recuerdan en sus cinco años en Málaga. Sufrió con Avramovic al comienzo, pero después fue ajustando. En el clásico síndrome del ex, el serbio metió los primeros 10 puntos de su equipo. Pero después se fue encaminando la defensa sobre él.
Pasado ese momento delicado en el segundo cuarto, el Unicaja se sintió fuerte. Katsikaris comprimió la rotación. Rubén Guerrero salió como titular, pero después no volvió. Nzosa y Malcolm Thomas se turnaron. El africano es defensivamente impagable. Varias personas claves en su formación estaban en las gradas del Carpena, han venido a visitarle. Y el nuevo jugador transformó en canasta los primeros cuatro balones que tocó para mantener al equipo en el partido. Se le vio mandón en defensa, gritando y ordenando. Pero aún, lógicamente, se pierde en algunos momentos y el fondo físico tiene que trabajarlo, no parecía exuberante. Ya lo advertía Katsikaris, había que esperar 10 días mínimo para verle a un buen nivel. En su primera aparición, no obstante, dejó claro que es una pieza más para sumar a un equipo que necesita músculo y fuerza.
Con 38-38 se llegó al vestuario. Tras unos minutos de más defensa que ataque, Francis Alonso se reencontró con el aro en un partido que debe valerle para reflotar. La lesión de Brizuela le hizo tener más protagonismo. Ante el entrenador que no confió en él la pasada temporada en Fuenlabrada, volvió a exhibir su puntería, con 20 puntos capitales en el despegue. Exhibición de Alberto Díaz, con dos triples para mandar la distancia por encima de los 10 puntos(74-61) en el cuarto final. Y gran papel de Bouteille en el cuarto final. Con más jugadores para la causa, el Unicaja venció con cierta autoridad al Movistar. Puede parecer normal, pero de donde se viene no lo era.
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