Scariolo: "A Carlos Cabezas le hizo especial su amor y pasión por el juego"
"Espero que el baloncesto sepa mantener a Carlos con cierta cercanía para que sepa transmitir a los jóvenes esa pasión por el juego, esa capacidad de compromiso, de esfuerzo, ese no tener miedo a nada", glosa para 'Málaga Hoy' Scariolo a su ex pupilo
“Gracias a Sergio Scariolo por haberme sacado lo mejor de mí mejor y llevarme a lo más alto”, decía Carlos Cabezas en su alocución de despedida. Sí, fue con el técnico italiano con quien desplegó la plenitud de su baloncesto. Le tuvo cinco años en el Unicaja, uno más en el Khimki y un verano en la selección española. Desde Bolonia, en plena pretemporada de construcción en su nuevo proyecto de la Virtus, atiende a Málaga Hoy camino del entrenamiento vespertino para hablar de uno de los jugadores que más tiempo dirigió en su carrera.
“Ya le llegó el momento. Él y Pau son los únicos de la generación de oro que aún no habían anunciado su retirada oficial y creo que la longevidad de Carlos tiene su razón en sus condiciones físicas privilegiadas, pero también en su pasión por el juego. Había ganado gloria, prestigio, títulos y dinero y se puso a jugar en sitios fuera del itinerario tradicional del baloncesto mundial. Pero con humildad, con deseos de ponerse en discusión y de ganarse los galones en la cancha, y eso es lo que habla fenomenal de su amor por el juego, que lo hizo especial y ha empujado hacia arriba y hacia adelante prácticamente en todo momento”, decía el técnico de Bresca sobre la extensa carrera de Carlos Cabezas.
“Cuando llegué a Málaga Carlos estaba en un limbo en el que todavía no había dado el salto de convertirse en un jugador de rotación definida y consolidada, pero Boza ya le había hecho debutar y tocar pista”, prosigue el seleccionador nacional, que explica cuál fue su primera impresión sobre el jugador malagueño: “Cogí el equipo y rápidamente pensé dos cosas. Que Carlos ya estaba preparado para ser el único suplente del base y que Louis Bullock rendiría bastante mejor al escolta que al base, quitándole tareas de organización del juego, de subir bajo presión y dejando que Mous Sonko tuviera esta tarea. Y las cosas fueron bien y todo el mundo se benefició. Mous tuvo un rol de base titular, Louis de escolta titular y Carlos tuvo un rol definido de único suplente del base y desde ahí siempre fue un factor saliendo del banquillo aunque también lo usamos mucho de titular, podíamos presumir de tener dos bases titulares. Siempre tenía un impacto de agresividad defensiva e intensidad, pero yo contaba con que si le llegaba la pelota para un tiro importante no le temblaba la mano. Y si le hubiesen hecho una falta y ganaba dos tiros libres en la vida hubiera tenido miedo”.
“Por esa razón siempre lo he querido llevar conmigo, a la selección, al Khimki después. Esa capacidad de salir del banquillo, ese ser incisivo y la capacidad de impactar inmediatamente en el partido, de ser un microondas, con unos tiempos muy cortos para entrar en el juego, siempre ha sido destacable”, apuntaba Scariolo sobre las cualidades del Cabezas: “Recuerdo el primer Europeo, el de 2009. Cuando estaba planteándome la estructura del rol del base pensé en Ricky Rubio de titular y en Raúl López y Carlos como jugadores para complementar a Ricky pero de una forma un poco atípica, que nunca he repetido. En ese año vino muy bien, que jugara sólo uno de los dos. A título de ejemplo, un partido icónico, cuando Raúl jugó el partido de cuartos de final cuando ganamos muy bien a Francia. Pero ya tenía en la cabeza que Carlos iba a ser el hombre del día siguiente, como el jugador mejor que teníamos para limitar y parar a Spanoulis, como así hizo. Esa capacidad de jugar más o menos protagonismo, pero siempre podía contar con él. Ha sido una aportación increíble que ha hecho a esos equipos”.
“Ahora que se retira, que lo tendréis y, espero, lo tendremos más cerca de casa. Espero que no necesariamente el baloncesto malagueño, sino el baloncesto en general, sepa mantener a Carlos con cierta cercanía para que sepa transmitir a los jóvenes esa pasión por el juego, esa capacidad de compromiso, de esfuerzo, ese no tener miedo a nada. Eso que ha hecho que sea Carlos Cabezas uno de los jugadores a los que le tengo un mayor cariño personal porque siempre me ha dado la sensación no le cabía en el pecho y ese corazón siempre lo ponía a disposición del equipo de forma incondicional", cerraba en términos elogiosos Scariolo sobre el recién retirado jugador malagueño, al que le queda este viernes un último baile.
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