La historia de Sean Smith García
Baloncesto
El hijo del mítico Mike, "medio malagueño y medio sevillano", mide 2.04 metros, tiene 24 años y este año ha destacado en la Division II de la NCAA con la Universidad de St Cloud (Minnesota)
Sean Smith García nació en Madrid (1995). Allí jugaba su padre, el mítico Mike, silueta del logotipo de la ACB y jugador legendario en el baloncesto español (Maristas, Caja de Ronda, Joventut, Real Madrid, Caja San Fernando y Lucentum Alicante). Pero Sean se define como "andaluz 100%, mitad malagueño y mitad sevillano". Desde los siete a los 13 años vivió en Málaga con su madre, Claudia, y su hermana y después marchó a Sevilla, con su padre, que tiene allí su residencia una vez se retiró del baloncesto. "Andalucía es mi lugar en el mundo", decía el padre.
Hace cuatro años, Sean Smith emprendió la aventura americana. Acaba ahora su etapa universitaria tras dos años en un Junior College, Southwest Mississippi, y otros dos en Minnesota, con los Huskies de St Cloud, a una hora de Minneapolis y dos de Duluth, allí en los escenarios nevados de Fargo. St Cloud State milita en la Division II, en la Northern Sun Intercollegiate Conference (NSIC). Acabó la temporada con un balance de 22-9 tras ser eliminada en primera ronda del torneo nacional.
En su último año universitario, Sean Smith ha hecho cifras apreciables. 13.6 puntos (58% en tiros de dos, 26% en triples y 76% en libres), 7.5 rebotes, 3.7 tapones y 3.2 asistencias por partido en 30 minutos por encuentro. Pese a ello, no está del todo satisfecho. "Perdimos en el torneo nacional en la primera ronda. Individualmente pensaba que era mi último año y que podía tener más protagonismo, ser All American (entre los mejores jugadores del país), pero teníamos a otro chaval con mucho talento y el entrenador le dio más protagonismo", cuenta tras sus clases y sus entrenamientos Sean: "Ha sido una buena temporada, he liderado en la nación en tapones, pero tenía la intención de estar en 18-20 puntos y no ha sido el caso, había protagonismo y tiros para el otro compañero". Ha sido elegido mejor jugador defensivo de la NSIC.
Sean Smith cumple 24 años, mide 2.04 metros y es un jugador fibroso y con alta capacidad atlética, los genes son los genes. "Ha sido una buena experiencia. En Europa jugaba más de dos y tres, aquí he jugado principalmente de cuatro, a veces de tres y a veces de cinco, pero sobre todo de cuatro. Por mi altura y por condiciones atléticas me han hecho jugar algo más dentro. Sinceramente me ha ayudado mucho. Ahora sé jugar en el poste bajo, leer cortes, defender en las ayudas con más atención... No he tirado muy bien este año de tres. Mi juego siempre ha sido rápido, 1x1 y contraataque. Ahora me he incorporado el juego interior. Podría jugar de tres en Europa y postear con jugadores más bajos. Puedo hacer un poco de todo, defensivamente creo que puedo aportar mucho. De uno a cuatro puedo jugar", relata el hijo del mítico Mike Smith.
"St Cloud es una ciudad muy bonita, pero el clima es horrible. Viniendo de Málaga y Sevilla, aquí en abril hay gente con sudadera y chaqueta, aún hay nieve por la calle... La gente muy bien, es muy simpática y muy acogedora", relata sobre su ciudad estos años Sean Smith, orgulloso de la experiencia: "Ha sido buena, la faceta de poder entrenar con gente de buen nivel, una liga deportiva más avanzada... Todas los atletas que puedan creo que deberían intentarlo... Me ha licenciado en Sports Management, te forman para que puedas ser agente, director deportivo... La gestión deportiva en general".
Está en proceso Sean Smith de enfocar su carrera hacia el profesionalismo. "Estamos a ver qué agencia cojo, a lo mejor me lleva mi padre... Mi intención es jugar en Europa. España, Europa, Italia y Alemania... Cualquier liga competitiva. Es el año más importante, hay que elegir bien. El baloncesto es completamente diferente, aquí es un juego más individualista, 1x1 y 2x2. En Europa hay más 5x5, corte, pase, poste bajo... Aquí 1x1 y pick and roll", desgrana el jugador sobre las diferencias a los dos lados del Atlántico.
La figura paterna, evidentemente, está presente en su carrera. Pero Sean conoce el baloncesto en su etapa en Málaga. "Viví desde los 7-8 años hasta los 13 en Málaga, con mi madre y mi hermana. Vivía allí entre El Limonar y Cristo de la Epidemia. Empecé a jugar en La Picolina, en la EBG, pero después estuve jugando 3-4 años en Maristas. Ya después en Sevilla en Dos Hermanas, en el club donde estaba mi padre", rememora Smith, que estuvo en las pistas donde su padre hizo historia en el baloncesto español: "Empecé jugando al fútbol, a los 8-9 años mi padre me dijo que lo probase y me enganché. El primero consejo que siempre me dio fue que nunca me dejase llevar por las críticas o comparaciones por ser hijo de él. Que era mi carrera, mi propio nombre. Viendo mis partidos, me decía que tenía que ser más agresivo, pero siempre consejos buenos, sin presionarme. Desde chico nunca me obligó a jugar, nunca lo vi como obligación". Su madre, Claudia, nació en Argentina pero lleva 40 años en Málaga.
"En verano paso varias semanas en España, voy rotando entre Málaga y Sevilla, perdí contacto con más gente de Málaga pero me sigue gustando ir por allí. En los primeros años en Sevilla decía que yo era sólo malagueño, ahora mitad y mitad", bromea Sean, nacido en 1995, el mismo año que Rubén Guerrero y un año antes que Francis Alonso, dos malagueños que han destacado en la División I de la NCAA. "Los he visto bastante bien, que dos malagueños estén ahí y que estén dando buena reputación es bueno para el baloncesto de Málaga", recuerda.
"Es muy divertida esta vida, nadie quiere abandonar esto, estudias y hace deporte.... Pero son ciclos y ahora me ilusiona mucho lo que viene", acaba Sean Smith García, que se dispone a escribir una carrera con nombre propio.
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