"Veo en Toronto, como viví en Málaga, esa ilusión especial de la primera vez”
Entrevista a Sergio Scariolo, entrenador ayudante de Toronto Raptors
Desde Toronto, horas antes del inicio de la final de la NBA ante los Warriors, Sergio Scariolo habla en 'Málaga Hoy' sobre su experiencia con los Raptors
"La eliminatoria del Valencia-Unicaja se equilibra al ser a tres partidos”, asegura
Sergio Scariolo (Brescia, 1961) atiende la llamada de Málaga Hoy después del penúltimo entrenamiento de su equipo, Toronto Raptors. Allí trabaja desde el pasado verano y esta madrugada comienza una aventura alucinante, estar en el banquillo de una final de la NBA. Toronto y Golden State Warriors arrancan el duelo baloncestístico más seguido del planeta. Afincado en Málaga, Hijo Adoptivo de la provincia, Scariolo sigue desde la distancia y al detalle también lo que se cuece por aquí.
–¿Cuál es su primer recuerdo vital de la NBA?
–Yo creo que las primeras cintas del Doctor J que llegaban a Europa. Creo que fueron esos primeros VHS que llegaban y que dejaban a todo el mundo con la boca abierta.
–Sentirá que está pisando la luna o algo así.
–Bueno, es que no he pasado directamente a aquello de esto, porque si no sería de quedarte en la cuneta de un infarto. Ha habido algún paso intermedio (risas).
–¿Qué dimensión tiene aquello?
–He estado en una final de Juegos Olímpicos, pero esto es una dimensión superior respecto a cualquier cosa. Lo comparan con el Mundial de fútbol a nivel de repercusión. De medios, de interés, de un poco de todo... Pero, por otro lado, siempre es baloncesto. Es una serie puede ser que contra uno de los equipos más fuertes que has podido jugar. A olvidar todo esto, prepararse y competir, como cualquier otro desafío.
–¿Cuál es su papel concreto en el cuerpo técnico de los Raptors?
–Desde finales de temporada regular estoy coordinando el ataque, tengo la responsabilidad de elegir los sistemas a jugar, los ajustes durante el partido, entre serie y serie... Cómo quitar a la gente de enmedio para Kawhi (risas). Es divertido, pero no es dar rienda suelta a tu creatividad, hay parámetros bastante estrictos. El sistema de juego, características, rivales, marcajes... Hemos ido rotando funciones. Somos tres lead assistants (ayudantes principales). Adrian Griffin y Nate Bjorkgren son los otros. Y nos hemos repartido defensa, ataque y situaciones especiales. Son jugadas de banda, de fondo, saque del rival, tras tiempo muerto contrario, posesiones con pocos segundos, 2x1...
–¿Cómo es esa reubicación como ayudante para un técnico de su trayectoria y palmarés?
–Esa faceta particular ha sido muy suave, muy fluida. Obviamente, ha habido una fase de adaptación recíproca porque tienes que habituarte. Segundo entrenador o primero siempre es diferente. Tú tampoco eres el mismo de haces muchos años. Fundamentalmente, todo se ha basado en el conocimiento recíproco personal y técnico. Hay bastante de saber cómo comunicarle y cuándo, según el tipo de aceptación que prevés que va a tener tu apuesta. Hay cosas que tienen su momento. Mi función es detraer y fusionar lo que traigo de Europa con un sistema ya establecido y, en general, en una liga en la que mucho se hace así porque se hace así. En mi situación, he tenido suerte. Nick [Nurse, primer técnico] entrenó hace muchos años en Europa, conoce baloncesto internacional, volvió hace poco a la selección canadiense. He encontrado un entrenador receptivo, mucho espacio, autonomía y ha trasladado este respeto a todo el mundo. Si te tratara como un ayudante novato no sería fácil. Me he encontrado muy cómodo después de dos o tres meses. El rol no te digo que lo que menos me costó, pero no fue cosa del otro mundo. En vez de presentar ideas al equipo las presentas al primer entrenador y en la mayoría de los cosas recibes la aprobación. No puedes presentar ciertas cosas por sentido común. Si no salen, a olvidarte y no sentirse triste. Aquí se trata de ganar partidos.
–¿Se respeta su opinión?
–En la NBA hay una sublimación del concepto de primer entrenador, como un coordinador de todo. Cada uno es responsable de una faceta. Hemos rotado esas facetas. Hay otros que desde el día 1 al 100 se quedan encasillados en lo mismo. Me ha venido fantástico en mi primer año de NBA, me he podido empapar de todo en todas áreas. Hay gente que tiene una etiqueta encima de especialista y no hay manera de que opinen de otros temas.
–Vemos por allí de comentarista a Leo Rautins, que jugó aquí en Málaga con Maristas.
–Sí, sí, hablo con él. Es uno de los dos analistas que acompañan al comentarista. Tengo buena relación con él.
–¿Cómo es Toronto?
–Es un ciudad muy bonita, internacional, cosmopolita, con muchos barrios. No les gusta mucho que se les diga, pero es una Nueva York más en pequeño, obviamente, con barrios de distintas etnias, el agua, el lago, los grandes rascacielos... Es una ciudad preciosa. Se puede disfrutar ahora más, aunque hasta enero no vimos nieve. Luego hizo mes y medio duro y ya fue suavizando.
–Por lo que se ve en imágenes hay una excitación grande en la ciudad.
–Increíble. Es uno de los equipos más seguidos fuera de su pabellón. Lleva aficionados fuera, en cualquier pabellón hay alguno y ha habido partidos, en Miami por ejemplo, que jugamos por Navidades con casi mitad del pabellón nuestro. Hay viajes a zonas cercanas como Milwaukee, Chicago, Boston o Philadelphia. La victoria en la final del Este se ha vivido al 100% como si fuera un título. Desde la premiación en pista, la parafernalia, el confeti, miles de personas en las calles... Había gente a las cinco de la mañana bloqueando las calles, hora que aquí no es frecuente ver a nadie. El día después fui a dar una vuelta. Cada tres pasos, veías una camiseta, una gorra o algo distintivo del equipo. Percibo ese aire distinto que también viví en Málaga, de las primeras veces que consigues algo. Son especiales, es algo nuevo y la gente disfruta.
–¿Kawhi Leonard cómo es?
–Es un gran jugador, un tío con una capacidad de concentración y un equilibrio mental tremendos, con una gran habilidad para hablar cuando tiene que hablar. En el tú a tú habla mucho, no se corta. No es uno que constantamente habla o que habla cuando no toca, cuando por alguna razón es inútil hacerlo. Tiene un equilibrio muy marcado a la hora de controlar sus emociones. Cuando no se le ve casi nunca está cabreado, es un profesional, escucha mucho, muy respetuoso. No es expresivo, pero es un ejemplo positivo. Cuando el crack del equipo es un tío normal, sin 25 tíos detrás, que no te exige trato de estrella y que en la cancha defiende como el que más pues es una gran ventaja. Tampoco el resto tiende a hacer tonterías. La sobriedad de un tío que se ve que lo quiere es que su equipo gane, que hace las cosas más aparentes y las menos para que el equipo venza ha sido fundamental para crear una mentalidad ganadora.
–¿Qué tal la adaptación de Marc Gasol? Parece con más impacto real que en números obvios.
–No hay duda de que también para formar una mentalidad ganadora ha sido fundamental. Suma en la línea de que hace lo que hace falta para ganar. Eso es lo más importante. Hay aspectos más técnicos, como su presencia defensiva, su dureza o capacidad de concentración, su capacidad de pase, que nos ha abierto otro camino distinto a las iniciativas de Kawhi para generar ventaja. Ser otro jugador veterano con mentalidad ha ayudado.
–¿Qué hay de verdad en lo de que se entrena menos en la NBA que en Europa?
–Es cierto que se entrena menos con contacto, la mayoría de las sesiones son sin contacto. Se trata de rentabilizar al máximo el tiempo, para no sobrecargar a los jugadores, pero a la vez para poder entrenarles y preparar los partidos. Es muy instructivo e interesante. Ya lo había visto, vi pretemporadas y play off. Es algo importante, jugando 4.5 partidos por semana y teniendo jugadores con 35 minutos de partido y esta clase de ritmo e intensidad física... No es lo misma velocidad a la que se juega en Europa que la de aquí, es algo superior. El entrenamiento debe tener la carga física mínima indispensable y una carga táctica funcional al partido que tampoco agobie. Son muchísimos partidos y viajes. No es lo mismo una semana cada 10 jugando cuatro partidos. Aquí juegas hasta cinco partidos y ese paso del cuarto al quinto marca diferencias. Los back to back [partidos en días consecutivos] son duros, son entre 15 y 20 al año. Para jugadores para y entrenadores también. Llegas a las dos de la mañana a un hotel. A las nueve debes tener tu plan de partido, tu vídeo... Intentas adelantar cosas antes, pero en los back to back es imposible dormir más de tres horas.
–¿Será más duro con sus ayudantes ahora?
–Depende, depende (risas). Hay dos posibilidades El primer entrenador es una función que abarca muchas cosas. Un nivel muy alto de presión e igual un pelín menos de volumen. Los ayudantes, un poquito menos de presión directa pero más volumen. Una lectura es que sabes que no hay que pedir cosas que no vas a usar. Por otro lado, cuando te das cuenta de que puedes tirarte x horas de trabajo diario durante 10 meses seguidos, piensas que se puede hacer en mes y medio. Si no me he muerto, nadie se muere (risas).
–¿Hay allí debate sobre el abuso de triple?
–Al revés, aquí se debate sobre el abuso del tiro de dos. Números en la mano, es acojonante cómo tienes que aceptarlo. Con el nivel de información de estadística visual y avanzada al que puedes acceder te das cuenta de que es muy así, que el triple es muy productivo. Defiendo todavía en unas puntuales acciones de juego la validez del tiro de dos que no sea mate, que es la primera opción de todo el mundo, pero he tenido que modificar mi visión en unas cuantas de las opciones de tiros de dos. Cuando tienes los datos y profundizas, nadie es tonto. Tienen las mejores mentes, el acceso al mayor volumen de información. Nadie se inventa las cosas por un gusto estético. Aquí la gente está haciendo cola para comprar entradas, pagando muchos miles de dólares para ir a una final. Y para ver ganar.
–¿Cuánto puede costar?
-Con menos de 2.000 euros estás tan lejos de la pista que ni ves. La gente con los mates y los triples se vuelve local y hay pabellones llenos. Y, por supuesto, todo hace que los espacios sean tan ampliados que el resto de acciones, de 1x1 sobre todo, que es lo que enamora a la gente, tiene facilidad. Tienes a los mejores atletas enfrente, pero las normas defensivas y esta amplitud de cancha y que el 1x1 sea una opción constante para crear propician esos tiros, esos números.
–Entonces no habrá ese debate de ampliar la pista que en Europa sí existe.
–Aquí es un poco más ancha la pista, aquí se tira desde las esquinas sin problemas de pisar. De hecho es el segundo tiro más buscado y deseado tras el mate porque es la distancia triple más cercana. Cuando la curva se inicia empieza a alejarse. Hay estadísticas de equipos que evitan completamente el tiro de dos que no sea de zona restringida, equipos que generan triples desde la esquina... Hay una acepción casi generalizada de que el baloncesto va por ahí.
–¿La estadística avanzada lo marca todo?
–Llamarla así es un poco genérico, no te puedes imaginar hasta dónde llega. Lo avanzado en Europa es elemental aquí. Llegan los informes, sistemas y programas. Europa ha ido evolucionando, pero aquí hacen congresos anuales analíticos de baloncesto. A veces se pasan, porque la detección acaba por depender del ser humano, que debe clasificar, y las conclusiones las debe hacer alguien con un alto conocimiento del juego. Siempre hay un factor humano que decide, pero puedes decirle a tu equipo de analistas que busquen estadísticas de lo más rebuscadas. Por ejemplo, esta temporada quiero que me toméis nota de que un jugador ha botado tantas veces con la derecha o la izquierda, ha recibido en tal o cual sitio de la pista. Cada movimiento está grabado y clasificado. Se trata de elegir y filtrar y hay millones de variantes.
–Enfrente los Warriors, Sergio. Un equipo que compite ya casi con los mejores equipos de la historia. ¿Cómo se le mete mano? ¿Hay opciones?
–Primero, no pensándolo. Hemos superado muchos obstáculos en este play off. Hemos ganado series donde empezamos perdiendo. Hay que reaccionar a rachas, parece que han metido 150 puntos y sólo han metido nueve con tres triples. Se perderán partidos y se puede responder. Contra un equipo tan bueno es mucho más importante saber superar las dificultades que igual de importante que intentar evitarlas o reducirlas. Desde el punto de vista mío, el ofensivo, se trata de buscar una buena selección de tiro, buena colocación de jugadores cuando se toma ese tiro, perder pocos balones. Un 30% de sus puntos viene en transición. Y eso lo puedes controlar algo porque depende de tu ataque, hay que intentar no regalárselo. En la estática hay más complicaciones. Ahí vamos mejor. Pero hay tanto manejador de balón y tanto triplista enfrente que tu margen de error es mínimo.
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