Shermadini sabe cuánto pesa

Málaga/Está en la flor de su carrera. Con 28 años le llega una de las oportunidades de su vida. Tras coronarse como el mejor poste de la ACB, Shermadini aparece para ser primera espada de un proyecto pujante en Euroliga. Aunque en la distancia parece algo apocado, en las distancias cortas se muestra como un tipo reflexivo y con ideas claras. La sensación de que está cerca de la cima no es ajena, él mismo lo subraya. "Es una gran ciudad, gran equipo, tengo grandes compañeros y un gran entrenador… Todo lo que necesito para el juego, todo… Por supuesto que soy feliz", reconoce.

Tras el de Ray McCallum, su nombre es la gran incógnita en el entorno del club de Los Guindos. Vino a marcar las diferencias que provocaba más allá del Pirineo, pero aún tiene un pie en el barco y otro fuera, como él explica: "Es mi primera temporada aquí. Tampoco es fácil para mí, pero siempre intento hacerlo lo mejor posible durante en entrenamiento para ayudar a mis compañeros, para entrenar bien, para jugar bien. También en los partidos", a lo que suma: "En Andorra, tienes razón, todo el equipo jugaba para mí, ya sabes. También, el entrenador, Joan [Peñarroya], fue muy bueno. Él siempre estaba diciendo "pasad el balón dentro" y también aquí el coach Plaza siempre está diciéndolo. Encontraremos el modo de jugar bien, dentro y fuera". En ese hilo, el capitán Carlos Suárez pide paciencia con el georgiano: "Viene de un equipo que el 80% de las jugadas eran para él. Necesita un tiempo de adaptación con nosotros y también nos hemos de adaptar a él. La calidad la tiene", asegura del que a veces es su compañero bajo el aro.

Cuenta Shermadini con el sublime honor de haber saboreado dos veces el dulzor de la Euroliga. "Esta competición es increíble, inexplicable para mí", comenta mientras hace memoria de sendos entorchados: "Primero fue en 2009, con Obradovic de entrenador. Teníamos un equipo increíble: Diamantidis, Mike Batiste, Nikola Pekovic, Jasikevicius… Grandes nombres y grandes jugadores. En aquel momento no jugué porque fue mi primera temporada en Europa, fue mi primer equipo Panathinaikos fuera de Georgia. Esa temporada fui campeón de Euroliga, de la liga griega y de la copa griega", expone. Buen recuerdo guarda también de la obtenida con el Olympiacos en 2013, con más foco. "En Londres derrotamos al Real Madrid. Esa final fue increíble otra vez. Jugué ese partido y fue fantástico. La Final Four de la Euroliga es… Todo el mundo conoce cómo son las finales de la NBA pero quizá es lo mismo en Europa. La Final Four de Euroliga es increíble, realmente increíble", asegura.

El jueves a las 21:00 volverá a encontrarse en el Carpena con un viejo amigo, Zeljko Obradovic. "Él fue mi entrenador dos temporadas. Estuvimos juntos en Panathinaikos y estoy muy feliz de verlo de nuevo en nuestro pabellón en Málaga. Espero verlo y saludarlo", dice. Será en el debut continental, para el que Shermadini se siente preparado. "Ahora que he venido aquí soy muy feliz de volver otra vez a la Euroliga. Conozco los partidos, tengo la experiencia y lo sé todo",asegura.

La conversación está llena de gratos recuerdos y buenas vibraciones hasta que aparece el tema de las ventanas FIBA. "Es duro, es duro por los jugadores que juegan Euroliga y NBA. No podemos ir a ayudar nuestros equipos porque… No sé como decirlo. La Euroliga no para porque después hay más partidos", declara pensando en los agravios para Georgia: "Va a ser difícil para la selección. Shengelia y yo no estaremos. No podemos ayudar. Espero que encuentren el modo de que nos permitan ayudar a nuestro equipo nacional porque es realmente complicado. Nosotros no decidimos esto, somos jugadores".

La tranquilidad con la que afronta la situación obliga a guardar calma con su rendimiento, que de llegar a parámetros lógicos será diferencial. "Cada partido estamos mejorando, todo irá bien", dice para despedirse.