UCAM Murcia - Unicaja: Un avión rumbo a la Final Four de la BCL (74-96)
Gran victoria ante el UCAM para llegar a la última fase de la Basketball Champions League después de una segunda parte maravillosa
La tangana final murciana intentó deslucir un triunfo sin paliativos
Así contamos la victoria
Final Four de la Basketball Champions League: Fecha, sede, historia...
El Unicaja vence con ese aire solvente y burocrático del equipo grande que sabe perfectamente que va a ganar. No desprendía esas sensaciones desde el mejor equipo de la historia del club, de la era Scariolo y los títulos. Está a dos victorias de que ese plural también acompañe a la etapa de Ibon Navarro. Una entrada esplendorosa en la Final Four de la Basketball Champions League, por la puerta grande tras arrasar en Murcia (74-96). El barniz del juego brillante con el que despachó en la segunda mitad al UCAM, al que ha dado un baño de baloncesto en estos dos partidos, aumenta el gozo por todo lo que se ensució este duelo desde la entidad católica y que tuvo su corolario en un final manchado por una enésima enganchada de Sadiel Rojas, esta vez con Kravish. Hay que decirlo, ejemplar el comportamiento del grueso de la afición murciana (no mucha, eso sí, es semana grande de fiestas en la ciudad pimentonera) hasta esa tangana, con el mismo modus operandi que la de Barreiro. Dos jugadores que no han dado un ruido, pero que saltaron con el dominicano. No se puede decir lo mismo del banquillo murciano. Varios de sus componentes dejan mucho que desear con alardes impropios de un equipo que representa los valores de una universidad católica. Enfrió la celebración final y el baloncesto salió perdiendo. Ganaron los 50 irreductibles cajistas que se metieron 10 horas de autobús para apoyar al equipo. La alegría se la llevaron de vuelta para paliar la paliza.
Llueven las canastas de Darío Brizuela y Tyler Kalinoski, Mario Saint-Supéry dibuja un pase de fantasía en el aire para Kravish y mete dos tiros libres. Es la cinta del regalo hasta que entra el otro baloncesto en juego para pagar frustraciones. Pero no quita un ápice de mérito al gran triunfo malagueño en un partido con minas del que salió ileso, con un triunfo de mucho nivel que le permitirá estar en un gran escaparate, se ha complicado que sea en Málaga porque Jerusalén puja si el Hapoel se mete. El cuadro malagueño es el único que resuelve en dos partidos para estar en la Final Four.
El Unicaja salió al partido con las ideas claras e imponiendo su juego (5-12), partiendo desde una gran defensa que sacó del partido al inicio a Thad McFadden. Era el camino a seguir, pero lógicamente había curvas. En un ambiente encendido y dentro de los cauces lógicos, pero con muchos huecos libres en el Palacio, Sito metió pronto al factor X de esta eliminatoria, Chris Chiozza, el último fichaje pimentonero, el mismo día del cierre del mercado en la BCL. Era su debut, pero su salida al campo le dio una marcha extra al UCAM que cambió la dinámica del partido. Es un base explosivo, metió un triple en su primera jugada. Viene con la cabeza limpia y, aunque tener minutos por primera vez en un partido de esta tensión es delicado, las personalidades mandan. Parcial de 8-0 local para acabar arriba el primer cuarto (20-16).
Se había encasquillado el Unicaja en ataque. Había factores que hacían daño. El balance defensivo no era óptimo, de hecho causó un par de canastas o faltas tras canasta por una falta de atención que reprochaba Ibon Navarro a sus jugadores. El Unicaja compartía mejor la balón, parecía con un punto mayor de aplomo que no se traducía en el marcador. Había poca presencia en el rebote de ataque y el UCAM, en cambio, sí hurgaba en el aro verde. Por fortuna, era Jordan Sakho, poco ducho en el tiro libre, quien sufría más faltas. Pero el cuadro murciano se mantenía en partido raspando el 40% en tiros de campo y con sólo cuatro asistencias al descanso (tres de Trice), mientras que el Unicaja repartía 11 y lanzaba por encima del 50% tanto en dobles como en triples. Aun así, 40-40 tras 20 minutos. La tercera falta de Brizuela propiciaba que Ibon tuviera que ajustar la rotación juntando a Perry y Carter. Dos triples del montenegrino habían propiciado amagos de despegue que no se concretaban. Un triple de Trice dejaba todo abierto tras 20 minutos.
Había hecho el Unicaja daño con el juego entre pívots, compartiendo bien la bola y buscando resquicios en la defensa murciana, pero había que ajustar detalles en el descanso. Lo hizo Ibon. La mentalidad fue la adecuada. Tiro a media distancia de Kravish, esos que son bandeja para él, triple de Thomas desde la esquina y bonita bandeja larga de Djedovic. 0-7 de parcial y tiempo de Sito. Era una declaración de intenciones del equipo malagueño, que se ponía a jugar al baloncesto con un Kendrick Perry fastuoso a los mandos. Qué nivel del base montenegrino. El partido se iba más hacia los 10 puntos de renta malagueña y llegaron a ser 11 (58-69) tras un triple en carrera de Brizuela. Previamente había metido Kalinoski, también dos de Perry. Hay momentos para lucimiento colectivo, con grandes circulaciones para meterla en el momento justo.
Pese a ello, el UCAM no se iba del duelo. Empujaba con el aliento de su afición. Tras un momento de gran juego colectivo se marchó hasta por 15 puntos (63-78). Sito se encomendó a una zona, sacó a los jugadores más agresivos para responder y bajó a 10. Pero ya no era posible. El Unicaja pisó el acelerador bordando el baloncesto y se fue hasta los 20 puntos de renta antes de que Rojas ensuciara un final que abrillante lo que hizo el Unicaja en Murcia. Un triunfo grande para estar en una Final Four europea. No es la de Atenas 2007, pero se está a dos victorias de un título. Los demás están a tres.
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